Ensay¨¦monos mientras podamos
Se multiplican los signos que permiten sospechar un relativo cansancio hacia la novela
1. Tendencias
Bueno, no es nada definitivo, pero es otro dato: la prestigiosa revista Publishers Weekly ¡ªla m¨¢s influyente en el mercado global de la edici¨®n¡ª solo ha incluido cuatro ficciones entre los ¡°mejores¡± libros publicados en EE?UU en 2017. Poco a poco se van multiplicando los signos que permiten sospechar un relativo cansancio hacia la novela. Eso no quiere decir, en absoluto, que la ficci¨®n vaya a dejar de ser la reina de la edici¨®n, ni que sus historias est¨¦n dejando de copar los primeros puestos de las listas de best sellers. Y es evidente ¡ªsobre todo para los libreros¡ª que se venden muchos m¨¢s ejemplares de novelas que de ese gigantesco caj¨®n de sastre taxon¨®mico que, para entendernos, llamamos ¡°no ficci¨®n¡±. Lo que ocurre es que ese gran n¨²mero de copias vendidas se concentra en cada vez menor n¨²mero de t¨ªtulos. Se venden muy bien las novelas de firma ¡ªhay quien las llama de marca¡ª, de las que este final de curso hemos estado muy bien provistos, para euforia (dentro de lo que cabe, que nunca es mucho) de libreros. Consultando algunas de las listas de ventas a las que tengo acceso, constato que entre los libros m¨¢s vendidos en las ¨²ltimas tres semanas figuran novelas de Aramburu (de Patria se han vendido casi ?600.000 ejemplares!), Dan Brown (Origen), P¨¦rez-Reverte (Eva), Almudena Grandes (Los pacientes del doctor Garc¨ªa), Follett (Una columna de fuego), Mar¨ªas (Berta Isla) y Auster (4 3 2 1), todas ellas, por cierto, publicadas por Planeta y Random House, los megagrupos que controlan ¡ªcasi absolutamente¡ª el mercado de los superventas de ficci¨®n en Espa?a. En todo caso, y como ha sucedido en otras ocasiones en la historia reciente (en el caso espa?ol, los m¨¢s mayores recordar¨¢n los a?os finales de los setenta, cuando el ensayo ¡°pol¨ªtico¡± era lo m¨¢s demandado hasta que fue desplazado por la consolidaci¨®n popular del fen¨®meno de la ¡°nueva narrativa¡±), se confirma que en tiempos de inseguridad o desaz¨®n, la gente busca en el ensayo respuestas a los retos del tiempo. Y por otro lado, las televisiones ¡ª?especialmente las series¡ª y, en cierto modo, las redes sociales ¡ªcon su incesante e indiscriminado crepitar de gossip e historias m¨¢s o menos autobiogr¨¢ficas¡ª colman con bastante eficacia la dosis de ficciones que la gente necesita a diario, y como consecuencia, los lectores tienden a ser m¨¢s exigentes con las novelas que adquieren. De modo que se aprecia un ligero repuntar de ventas en el terreno del ensayo, con algunos ejemplos, como Imperiofobia (Elvira Roca; Siruela) o Sapiens (Yuval Noah Harari; Debate), que se mantienen durante muchos meses en las listas, y otros nuevos, como Escucha, Catalu?a. Escucha, Espa?a (J. Piqu¨¦, J. Borrell, L. Burniol y F. de Carreras; Pen¨ªnsula), que parecen responder a ansiedades y preguntas m¨¢s perentorias. Como, sintom¨¢ticamente, tambi¨¦n parecen hacerlo las nuevas colecciones econ¨®micas (los franceses las llaman petits prix) que, a su modo, parecen resucitar otras tendencias de los setenta, justo en un momento en que las cifras de venta del libro de bolsillo tradicional est¨¢n de capa ca¨ªda: f¨ªjense, por ejemplo, en los estupendamente dise?ados (entre 48 y 80 p¨¢ginas; 7,90 euros) ¡°nuevos cuadernos¡± de Anagrama ¡ª?un sello que empez¨® su andadura precisamente con no-ficci¨®n y peque?os libros de alta divulgaci¨®n y programaci¨®n marcadamente a la izquierda de la izquierda¡ª o en otros ejemplos aislados, como en el breve (pero en formato mayor) Qu¨¦ fue la Guerra Civil (Carlos Fern¨¢ndez Liria y Silvia Casado; Akal), que, curiosamente, calca el t¨ªtulo de Juan Benet publicado en 1976 por La Gaya Ciencia (el inolvidable sello fundado por Rosa Reg¨¤s) en una colecci¨®n econ¨®mica de extraordinario ¨¦xito. Y se anuncian m¨¢s colecciones de ese tipo: Turner ¡ªun sello consagrado casi exclusivamente a la no-ficci¨®n¡ª est¨¢ programando los primeros t¨ªtulos de una serie interdisciplinar, y ah¨ª tienen tambi¨¦n la colecci¨®n de ¡°poes¨ªa port¨¢til¡± (a menos de cinco euros) de Penguin Random House, con obras de poetas consagrad¨ªsimos como Wilde, Lorca, Baudelaire, Dickinson y otros. Desde la legendaria colecci¨®n Alianza 100 ¡ªideada por el incombustible Rafael Mart¨ªnez Al¨¦s a mediados de los noventa¡ª no se ve¨ªa tanto movimiento en la edici¨®n de petit prix. Claro que uno de los inconvenientes de colecciones como la citada es que, colocados sus diminutos libros en expositores cerca de las cajas registradoras, mucha gente se olvidaba de pagarlos. Y as¨ª les fue.
2. Empoderamientos
La nueva conciencia feminista ¡ªm¨¢s extendida y radical en la denuncia p¨²blica de abusos hist¨®ricos y discriminaciones de g¨¦nero¡ª se manifiesta a su manera tambi¨¦n en la edici¨®n. Los editores se desvelan por conseguir libros de y sobre mujeres (j¨®venes, preferentemente) porque son conscientes de su amplia demanda. Incluso, a prop¨®sito de esa ansiedad de los editores por encontrar libros de mujeres, se producen an¨¦cdotas divertidas y m¨¢s o menos ap¨®crifas, como la de cierto escritor que, tras ser rechazado su libro por muchos sellos, decidi¨® reenviarlo fingiendo ser una autora, logrando de ese modo que un editor se interesara (y lo publicara, ya con su verdadero nombre). Ese nuevo empoderamiento de la mujer se percibe tambi¨¦n en las historias gr¨¢ficas escritas y dibujadas por ellas. Dos recibidas recientemente han llamado particu?larmente mi atenci¨®n: Hardcore Maternity (Lumen), de Marga Casta?o (dibujante) y Esther de la Rosa (guionista), dos publicitarias que han logrado componer una divertida (y muy mordaz) historia sobre un grupo de j¨®venes madres neoyorquinas luchando para que las trampas (los varones suelen llamarlas ¡°delicias¡±) de la maternidad no sepulten sus otras facetas como mujeres. La otra es Mujeres de ciencia (coedici¨®n fraternal entre N¨®rdica y Capit¨¢n Swing), de Rachel Ignotofsky, un magn¨ªfico glosario ilustrado ¡ªy muy regalable¡ª acerca de medio centenar de mujeres, muchas de ellas olvidadas, que han contribuido al progreso cient¨ªfico y t¨¦cnico a trav¨¦s de los tiempos, negando contundentemente el (a¨²n) extendido prejuicio de que ellas est¨¢n menos dotadas para la ciencia.
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