¡°Los museos protegen obras absolutamente est¨²pidas¡±

En enero de 205, el sueco Ruben ?stlund (Styrs?, 1974) protagoniz¨® uno de los momentos m¨¢s eg¨®latramente divertidos del cine reciente. En un acto de soberbia, decidi¨® grabarse junto a su productor en su habitaci¨®n del hotel Trump en Nueva York durante la lectura de las candidaturas a los Oscar. Su Fuerza mayor estaba en la preselecci¨®n de nueve filmes, parec¨ªa f¨¢cil entrar en el quinteto finalista. Durante los primeros cinco minutos del v¨ªdeo (un ¨¦xito de YouTube), ambos comen una manzana, responden a un timbrazo en la puerta. Llega su momento y empiezan a escuchar el listado. El primer nombre que se oye es el de la polaca Ida (que semanas m¨¢s tarde obtuvo la estatuilla). Ambos no se dan cuenta de que ya est¨¢n eliminados (la lectura se hace en orden alfab¨¦tico y el nombre de su drama era Force Majeure). SIguen atentos. "Queda una", dice el productor. Pues no, nadie dice "Force Majeure". Se abrazan: "Estamos muertos", dicen con risas circunspectas. Desaparecen de pantalla y empieza el estallido. ?stlund sufre un ataque, el productor le aconseja: "Respira, respira". El director enloquece, grita. Huye. "Me baj¨¦ a Central Park, no me lo pod¨ªa creer. Me hab¨ªan calentado demasiado la cabeza, me ve¨ªa con la estatuilla", recuerda dos a?os despu¨¦s entre risas. "Luego sub¨ª y pens¨¦: 'Qu¨¦ m¨¢s da, que cuelgue el v¨ªdeo". ?Lo volver¨¢ a hacer? "?Lo de grabarme? Pues mira, s¨ª. A los americanos les encantan esas historias de cenicientas, y yo aporto ese giro dram¨¢tico para la pr¨®xima vez".

La pregunta es pertinente porque The Square, su siguiente trabajo, gan¨® la ¨²ltima Palma de Oro de Cannes y es la gran favorita al Oscar a mejor pel¨ªcula de habla extranjera. Y porque entre otros temas, habla del ego en el arte moderno, en un f¨¢cil paralelismo con el cine. Su protagonista, padre divorciado con dos hijos (como ?stlund) es el comisario jefe de un museo de arte moderno en Estocolmo que poco a poco cae en desgracia por su papanatismo, y a trav¨¦s de ¨¦l ?stlund arremete contra la correcci¨®n pol¨ªtica, la impostura del arte actual que se parapeta en una ret¨®rica cr¨ªptica ante ataques externos, contra el miedo al otro, juega a incomodar al espectador. "Vivimos momentos absurdos, como este de la promoci¨®n de pel¨ªculas, ?verdad?", cuenta relajado en San Sebasti¨¢n, certamen en el que The Square particip¨® en la secci¨®n Perlas. "Me gusta estar aqu¨ª porque as¨ª podemos hablar de Luis Bu?uel, porque su visi¨®n del surrealismo en la vida diaria ha supuesto una enorme influencia en esta pel¨ªcula. En realidad, el t¨ªtulo perfecto para The Square era El discreto encanto de la burgues¨ªa, pero Bu?uel ya lo cogi¨®. Y Viridiana, todo lo relacionado con los pobres, y como le resuelve. ?Qu¨¦ genio! Amo la falta de sentimentalismo del cine de Bu?uel. Eso mismo lo hered¨® mi maestro Roy Andersson [ganador en 2014 de Le¨®n de Oro de Venecia con Una paloma se pos¨® en una rama a reflexionar sobre la existencia], y a m¨ª me ha influido m¨¢s las charlas de Roy sobre Bu?uel que las mismas pel¨ªculas de Bu?uel".

?stlund saca la metralleta cinematogr¨¢fica contra el arte moderno y los museos: "Es que esas instituciones no tienen ninguna conexi¨®n con lo que ocurre fuera de ellas. Se comportan de manera protectora y elitista con obras absolutamente est¨²pidas. Y lo mismo pasa con el cine. Si no entiendes una pel¨ªcula obtusa en un festival, es que eres tonto. Ya ni discutimos qu¨¦ es arte". Al inicio de The Square una periodista entrevista al protagonista y le pregunta sobre qu¨¦ es y no es una exposici¨®n. "Y el texto, delirante, lo saqu¨¦ de un ensayo real de un profesor de bellas artes. Es como el cuento del traje nuevo del emperador. Me resulta fascinante el entramado econ¨®mico que sustenta la imbecilidad del arte moderno".

Para a?adir m¨¢s le?a, The Square es el nombre de una instalaci¨®n art¨ªstica creada por ?stlund y Kalle Boman en mayo de 2015, un cuadrado en el suelo convertido en santuario de confianza y humanidad: dentro no puede pasar nada malo. "Confiar en la sociedad es un valor fundamental en Suecia para sustentar nuestra forma de vida. Hoy en toda Europa estamos exagerando miedos al extranjero, al otro, que no son reales y nos conducen a la paranoia. Muchos medios de comunicaci¨®n y partidos pol¨ªticos buscan el sensacionalismo o crean un conflicto para llamar la atenci¨®n".

En la siguiente pel¨ªcula, ?stlund abandonar¨¢ el juego de un protagonista cercano a ¨¦l ("Me gusta que sea yo y a la vez no sea yo, porque as¨ª reflexiono sobre lo que har¨ªamos cualquiera ante lo que le pasa"), pero no se alejar¨¢ de su estilo cortante. "Volver¨¦ a combinar actores suecos y estadounidenses, aunque filmar¨¦ por todo el mundo. Ya tengo el guion de mi siguiente proyecto. Mi esposa es fot¨®grafa de moda, trabaja en ese mundo de modelos y belleza, con botox por todos lados. Y voy a ahondar en ese universo con otra jerarqu¨ªa social regida por argumentos banales que comportan un valor econ¨®mico. Porque la belleza es una loter¨ªa, no depende de uno. Y adem¨¢s, ?qui¨¦n decide si eres guapo o guapa?".