Leonardo Padura vuelve al lugar del crimen
El escritor cubano explica en la Casa Trotski de Ciudad de M¨¦xico los secretos de ¡®El hombre que amaba a los perros¡¯, su gran novela sobre el asesinato del l¨ªder bolchevique
Leonardo Padura ha vuelto al lugar del crimen, la casa mexicana de Le¨®n Trotski. Le ha invitado otro de los personajes de su novela, Sieva, aquel ni?o que en el patio trasero del edificio donde este viernes est¨¢n los dos sentados, jugaba con los galgos rusos de la familia hasta que un piolet asesino acab¨® en 1940 con la vida de su abuelo. Al lado de Esteban Volkov Bronstein, Sieva, como llamaba el jefe de Ej¨¦rcito Rojo cari?osamente a su nieto, el escritor cubano explic¨® los detalles del proceso de m¨¢s de 20 a?os que culminar¨ªa en la publicaci¨®n de El hombre que amaba a los perros, su gran novela basada en una historia real donde, como le dijo un amigo, ¡°todos mienten¡±.
¡°Yo quer¨ªa saber qu¨¦ tan malo era ese tal Trotski¡±, cont¨® Padura recordando que en la Cuba de los 80, cobijada desde hacia dos d¨¦cadas bajo el manto de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, ¡°se hablaba de ¨¦l en voz baja o se le llamaba el gran enemigo¡±. Su primera indagaci¨®n fue ir a buscar a la biblioteca central de La Habana, donde s¨®lo encontr¨® dos libros: Trotski, el traidor y Trotski, el renegado.
Con 34 a?os, su primera visita a Ciudad de M¨¦xico y a la casa-museo le conmocion¨®. Las alambradas, las torres de seguridad, la recreaci¨®n del despacho donde se cometi¨® el asesinato, las gafas rotas sobre la mesa. Volvi¨® de aquel viaje con una cita de Marco Aurelio en la cabeza: ¡°aquello estaba deseando ocurrir¡±. Era julio de 1989 y apenas 15 d¨ªas despu¨¦s cay¨® el muro de Berl¨ªn. ¡°Eso signific¨® entre otras cosas que se abrieron los archivos de Mosc¨², y tuve mucha m¨¢s bibliograf¨ªa a mi alcance¡±.
El m¨ªo es un Mercader posible, no el verdadero, porque nadie sab¨ªa la verdad sobre ¨¦l
El ascenso homicida de Stalin, los procesos de colectivizaci¨®n de la econom¨ªa, el exilio a salto de mata de Trotski, las purgas a viejos camaradas. Comenz¨® a elaborar una cronolog¨ªa de todo aquello y la lista lleg¨® a sumar 1.400 p¨¢ginas. ¡°En ese punto fui consciente de que estaba ante un material complej¨ªsimo¡±. Tambi¨¦n se dio cuenta de que su trabajo de documentaci¨®n estaba descompensado. La balanza de Trotski rebosaba, pero su contrapeso dram¨¢tico, su asesino Ram¨®n Mercader era un gran vac¨ªo.
¡°Todas los documentos en los que se fue planeando fr¨ªa y meticulosamente el asesinato llegaban en ¨²ltima instancia a Stalin, que despu¨¦s de dar las instrucciones pertinentes, los destru¨ªa¡±. Padura aprovech¨® ese hueco para aplicar la fabulaci¨®n del novelista sobre ese personaje enigm¨¢tico. ¡°El m¨ªo es un Mercader posible, no el verdadero, porque nadie sab¨ªa la verdad sobre ¨¦l¡±. Todo alrededor de aquel esp¨ªa catal¨¢n era falso, empezando por el nombre: Jacques Mornard, Frank Jacson, Ram¨®n L¨®pez o Ram¨®n Iv¨¢novich L¨®pez, como hasta hace poco rezaba su tumba en un cementerio moscovita.
Como Ram¨®n L¨®pez vivi¨® sus cuatro ¨²ltimos a?os, del 1974 a 1978, protegido en La Habana por los servicios sovi¨¦ticos. ¡°Cuando descubr¨ª aquello fue definitivo, pensar que a aquel tipo me lo podr¨ªa haber cruzado por el Malec¨®n fue como si la Historia estuviera toc¨¢ndome en el hombro¡±. Padura intent¨® hablar con sus hijos, viaj¨® a Rusia, contact¨® con un familiar lejano en Espa?a y hasta coincidi¨® que su m¨¦dico cubano hab¨ªa tratado una vez a Mercader. Ninguno, ni siquiera el m¨¦dico, pudo o quiso decirle nada. ¡°Solo un par de personas que cuando las conoc¨ª no sab¨ªan qui¨¦n era en realidad Ram¨®n L¨®pez pudieron darme algo de informaci¨®n¡±.
As¨ª, por esa labor de detective, y porque el g¨¦nero negro es lo suyo, fue como decidi¨® la estructura de la novela. Tres historias ¨Cla de Trotski, la de Mercader, y la de un joven escritor cubano, trasunto del propio autor, que investiga el v¨ªnculo entre los otros dos¨C saltando en el tiempo y retroaliment¨¢ndose unas a otras. Un libro que bucea en la historia, en la pol¨ªtica y, como toda buena novela policiaca, en una b¨²squeda moral. ¡°Trato de no votar por uno o por otro, y hasta deslizo la pregunta de si es posible sentir compasi¨®n por alguien que fue manipulado desde ni?o y conducido al crimen¡±.
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Autor:?Leonardo Padura.
Editorial: Tusquets Editores (2011).
Formato:?eBook y tapa blanda (768 p¨¢ginas).
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