Televisiones y entidades de gesti¨®n reabren la ¡®guerra¡¯ de las tarifas

?Los operadores privados de televisi¨®n, con Mediaset y Atresmedia a la cabeza, se han rebelado contra las nuevas tarifas elaboradas por las entidades de gesti¨®n de derechos de autor para el uso de su repertorio. La fuerte subida de los precios de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) ¡ªun 40% respecto a los acordados en 2015¡ª ha tensado unas relaciones de por s¨ª conflictivas, que podr¨ªan acabar en los tribunales. Los operadores, que tambi¨¦n cuestionan el aumento de precios de AGEDI (entidad que representa a los productores de fonogramas) y AIE (Artistas, Int¨¦rpretes y Ejecutantes), se niegan a firmar el nuevo convenio ¡°por abusivo¡± y han optado por efectuar pagos a cuenta. ¡°No ha habido ninguna circunstancia en el mercado para justificar el alza de precios¡±, dicen los dos grandes grupos audiovisuales.

Por volumen de facturaci¨®n, las televisiones son el sector que m¨¢s ingresos reporta a las entidades de gesti¨®n. Seg¨²n el acuerdo vigente hasta ahora, los operadores tienen pactada una tarifa por disponibilidad promediada (TDP): no pagan por el uso efectivo que hacen de los contenidos representados por las entidades sino que abonan una especie de tarifa plana, un porcentaje de sus ingresos, que les permite acceder a todo el cat¨¢logo.

El pago es independiente de la intensidad de uso. Las televisiones desembolsan la misma cantidad por la m¨²sica que acompa?a a un telediario que por las series de ficci¨®n, el f¨²tbol, los programas de debates o los formatos musicales como Tu cara me suena, Operaci¨®n Triunfo o La voz. Atendiendo a ese criterio, en 2015 los operadores privados nacionales abonaron a la SGAE por la TDP un 3,75% de su facturaci¨®n publicitaria, que equivale a unos 67,7 millones de euros. De los 1.805 millones que ingresaron las televisiones, Mediaset acapar¨® 873 millones y Atresmedia 846, seg¨²n los datos de la consultora InfoAdex. Ambos grupos son los principales pagadores.

En 2016, las televisiones vieron incrementar las tarifas de la SGAE un 20%. As¨ª, pasaron a desembolsar el 4,45% de sus ingresos. Los 67,7 millones de euros se convirtieron en 85,1. Con las nuevas tarifas, la factura de 2017 ascender¨ªa a 99,3 millones, seg¨²n calculan las cadenas (27,6 millones m¨¢s que si se aplicaran las cuotas vigentes en 2015). Adem¨¢s, a esa cifra habr¨ªa que sumar los pagos de las cadenas p¨²blicas (TVE y auton¨®micas) y de las plataformas online de pago.

Desde que vencieron las tarifas de 2015 no han existido acuerdos con los operadores. La Ley de Propiedad Intelectual, que entr¨® en vigor ese mismo a?o, puso fin a la fijaci¨®n unilateral por parte de las entidades y las oblig¨® a negociar con las asociaciones representativas de usuarios. Pero la SGAE ha remitido unas tarifas que, en algunos conceptos, como el que se aplica a la parte literaria o la realizaci¨®n de obras audiovisuales, duplica las anteriores: del 0,67% ha pasado al 1,2%.

La SGAE pone a disposici¨®n de los usuarios varias modalidades de tarifas: una de ellas es ¡°por uso efectivo¡±, que est¨¢ vinculada a la demanda. La otra es ¡°por disponibilidad promediada¡± (TDP), que se calcula mediante determinados porcentajes que se aplican a aspectos como la obra musical o la literaria.

Es en el bloque de la TDP en el que los precios se han disparado, seg¨²n denuncian los operadores. En 2016 subi¨® casi el 20% y para este a?o, la SGAE ha aprobado un incremento que supone un 40% respecto a los precios de 2015. En el caso de las tarifas conjuntas de AGEDI-AIE, los operadores lamentan que no se tiene en cuenta ¡°ning¨²n factor para determinar la contribuci¨®n econ¨®mica de la m¨²sica respecto a los fonogramas incorporados en las grabaciones audiovisuales¡±.

De manera recurrente, las cadenas defienden que las tarifas se establezcan en funci¨®n del uso efectivo del valor que aportan a los usuarios. ¡°Adecuadas y equilibradas¡±, dice la ley. Pero las televisiones califican de ¡°generalizados y desproporcionados¡± los incrementos. ¡°Las subidas son un sinsentido y en estas circunstancias las negociaciones son imposibles¡±, toda vez que ¡°por el mismo uso pretenden cobrar mucho m¨¢s¡±, coinciden Atresmedia y Mediaset.

En realidad se trata de una duplicidad de pago, ya que cuando las cadenas realizan una serie, por ejemplo, ya remuneran por su trabajo al director, productor, guionista y m¨²sico.

La falta de entendimiento entre los usuarios y los organismos de gesti¨®n colectiva amenaza con inundar de nuevo los juzgados. ¡°Es necesario ordenar un mercado muy conflictivo y que conduce a una litigiosidad tremenda¡±, explica Antonio Fern¨¢ndez, director general de ADEPI, que agrupa a las principales entidades de gesti¨®n de Espa?a. Insiste en que las tarifas han sido presentadas ante la Secci¨®n Primera de la Comisi¨®n de Propiedad Intelectual y cumplen los criterios que marca la ley. ¡°El problema es que algunos operadores no est¨¢n pagando o realizan pagos a cuenta. No pagan pero est¨¢n explotando el repertorio¡±, dice. ¡°Por su tama?o, las televisiones est¨¢n en una situaci¨®n de superioridad. Las telecos que ofrecen contenidos audiovisuales tambi¨¦n est¨¢n incumpliendo¡±, sostiene Fern¨¢ndez, seg¨²n el cual ¡°para algunas empresas, pleitear es barato¡±.

En el ¨¢mbito audiovisual, la SGAE est¨¢ perdiendo terreno en la representaci¨®n del repertorio audiovisual de Reino Unido y EE?UU. Directores y guionistas de estos pa¨ªses han encomendado su administraci¨®n a DAMA (Derechos de Autor de Medios Audiovisuales), organismo que en 2018 gestionar¨¢ el 80% de los contenidos de ficci¨®n de la televisi¨®n en abierto y el 90% de las plataformas de pago, seg¨²n su director general, V¨ªctor Romano. ¡°Cada vez m¨¢s autores, directores y guionistas dejan la SGAE y se dan de alta en DAMA¡±, dice. Esta entidad da respuesta a una de las principales demandas de los operadores: pagar por el uso. ¡°Tras el apag¨®n anal¨®gico de 2010, todas las se?ales de televisi¨®n est¨¢n identificadas y no se necesita una gran inversi¨®n para controlar las emisiones. Todo est¨¢ informatizado¡±, remarca Romano.