Las ni?as de Balthus se exhiben en Madrid

A comienzos del pasado diciembre, una de las m¨¢s bellas obras de Balthus, Teresa durmiendo (1938), fue v¨ªctima de la intransigencia de nada menos que 10.000 firmantes de una protesta en la que se exig¨ªa al Metropolitan que retirara la tela porque incitaba a la pederastia. El prestigioso museo neoyorquino se neg¨® argumentando que su misi¨®n es recoger trabajos importantes que representan todas las culturas y los tiempos. Tambi¨¦n rechaz¨® incluir en la cartela que la pieza pod¨ªa ¡°herir la sensibilidad del espectador¡±. La exposici¨®n Derain/Balthus/Giacometti. Una amistad entre artistas que se puede ver en la sede madrile?a de Mapfre desde el jueves 1 de febrero hasta el 6 de mayo, incluye entre las 200 obras expuestas algunas similares a la criticada en Estados Unidos.

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La m¨¢s evidente es Los d¨ªas felices (1945-1946), en la que una peque?a de 11 a?os dormita reclinada en una butaca. Tapada parcialmente por un ligero vestido, al fondo se ve a un chico que atiza el fuego de una chimenea. Para la comisar¨ªa de la exposici¨®n, Jacqueline Munck, conservadora jefe del Museo de Arte Moderno de Par¨ªs, coproductores de la muestra, ¡°la pintura es una representaci¨®n teatral en la que el artista, muy joven entonces, autorretrat¨® su estado de ¨¢nimo. Se sabe que Balthus hizo primero el retrato de la ni?a y despu¨¦s el resto. La peque?a estaba acompa?ada por su madre y fue premiada con un helado. Cada uno proyecta en su mirada sus propios sentimientos¡±. Pablo Jim¨¦nez Burillo, director cultural de Mapfre, fue a¨²n m¨¢s contundente durante la presentaci¨®n de la muestra: ¡°El propio Renoir tambi¨¦n ha sido v¨ªctima de los fundamentalismos que parecen estar tan de moda. Esa gente no puede ir al museo del Prado, por ejemplo. Balthus nos ha dejado escenas del realismo m¨¢s po¨¦tico y eso es lo que queremos mostrar en esta exposici¨®n¡±.

Distribuida en las dos plantas del edificio, la muestra descubre la intensa relaci¨®n entre tres de los m¨¢s importantes protagonistas del siglo XX: Andr¨¦ Derain (1880-1954), Balthus -Balthasar Klossowski- (1908-2001) y Alberto Giacometti (1901-1966). En un momento en el que el mundo del arte est¨¢ centrado en el surrealismo y la abstracci¨®n en torno a la d¨¦cada de los treinta, ellos se interesan por un realismo metaf¨ªsico ajeno al academicismo. En palabras del director del museo parisino coproductor de la exposici¨®n, Fabrice Hergott, ¡°aqu¨ª se pueden ver obras en las que lo importante es la pura belleza, algo no suficientemente valorado entre los historiadores de arte contempor¨¢neo¡±.

La comisaria a?ade que es una exposici¨®n para sentir, pero tambi¨¦n para conocer c¨®mo eran los intensos lazos entre algunos artistas que, como estos, llegaron a compartir modelos, marchantes y relaciones. Como ejemplo, pone el caso de Breton al que los tres conocieron por diferentes v¨ªas antes de que existiera el Surrealismo. ¡°Los tres coinciden en la primera exposici¨®n de Balthus en la galer¨ªa Pierre Loeb, en 1934. Y a partir de 1935 sus lazos se estrechan. Se relacionan con escritores como Antonin Artaud, Jean Paul Sartre, Albert Camus, Louis Aragon o Jean Cocteau; pero tambi¨¦n con dise?adores como Paul Poiret o un entonces jovenc¨ªsimo Christian Dior. Entre los marchantes, Pierre Matisse, lleg¨® a hacer exposiciones con todos ellos¡±.

La belleza es, sin duda, el hilo conductor de los seis apartados en los que se divide la exposici¨®n. En el primero, titulado La mirada cultural, se hace hincapi¨¦ en lo que los tres artistas tienen en com¨²n: la tradici¨®n figurativa y las culturas primitivas. Dos importantes piezas ilustran el arranque: Le Joueur de cornemuse (El gaitero) de Derain y Femme qui marche (Mujer que camina), de Giacometti. Siguen los paisajes y bodegones agrupados bajo el ep¨ªgrafe Vidas silenciosas.

Uno de los apartados en los que la belleza es el valor art¨ªstico m¨¢s evidente es el dedicado a las modelos. El ¨®leo de Derain Isabel Lambert (1935©\1939) sirve para demostrar como las mismas mujeres posaban para uno u otro artista indistintamente. La modelo de Derain fue retratada despu¨¦s por Giacometti a la vez que Balthus trabaja con adolescentes muy parecidas a las mujeres que inspiran a sus colegas, como se puede ver en la secci¨®n dedicada a las visiones de lo desconocido, donde Los d¨ªas felices reina sobre todas las dem¨¢s piezas.