Andreas Gursky: met¨¢foras de nuestros d¨ªas
Los monumentales paisajes del cotizado artista alem¨¢n cuelgan en las paredes de la renovada Hayward Gallery
Reconocido como uno de los fot¨®grafos m¨¢s relevantes de nuestro tiempo, Andreas Gursky (1955, Leipzig, Alemania) ha alterado el concepto de la fotograf¨ªa a trav¨¦s de monumentales paisajes que resueltos en una asombrosa infinidad de detalles se erigen como met¨¢foras de la vida contempor¨¢nea. Utilizando t¨¦cnicas de manipulaci¨®n digital, no con el prop¨®sito de crear una ficci¨®n sino de ensalzar aquello que existe en nuestro entorno, sus im¨¢genes se presentan como un puente entre la fotograf¨ªa tradicional y la fotograf¨ªa tecnol¨®gica. Su obra nos recuerda, tanto en lo tem¨¢tico como en lo formal, que el mundo ya no es el mismo y que en su naturaleza est¨¢ seguir cambiando.
¡°Como artistas, es nuestra labor liberar a las im¨¢genes de los est¨¢ndares est¨¦ticos existentes, conocidos o adquiridos¡±, recuerda el fot¨®grafo alem¨¢n a su colega Jeff Wall, en una conversaci¨®n recogida en el monogr¨¢fico Andreas Gursky. El libro sirve como cat¨¢logo a la retrospectiva que bajo el mismo titulo se exhibe en la renovada Hayward Gallery de Londres. La muestra agrupa sesenta de las fotograf¨ªas m¨¢s representativas de la trayectoria de m¨¢s de cuatro d¨¦cadas de este cotizado artista que bate r¨¦cords en las subastas? (en 2007,?99 Cent II Dyptich se convirti¨® en la fotograf¨ªa m¨¢s cara de la historia cuando alcanz¨® los 2,3 millones de euros por su venta en Sotheby?s, r¨¦cord superado por los 3,7 millones de euros?que alcanz¨® la venta de?Rhein II en 2011).
La percepci¨®n que el p¨²blico ten¨ªa de la fotograf¨ªa, como una imagen adecuada para ser impresa en papel y reproducida en grandes ediciones, cambi¨® a aquella imagen de gran formato con una edici¨®n muy limitada y que realmente solo puede ser admirada en las paredes de una galer¨ªa, gracias a obras como las del Gursky. Este cambio concedi¨® a la fotograf¨ªa un valor como objeto comparable al de la pintura. Los tama?os de su obra a veces sobrepasan los cinco metros e impactan al espectador con su monumentalidad, quien nuevamente se ve sorprendido por la infinidad de detalles de los que disfruta al acercarse a la obra. Pero nada es lo que parece; mediante una cuidadosa combinaci¨®n digital que enlaza muchas im¨¢genes similares el artista consigue una riqueza de detalles imposible de alcanzar desde una perspectiva ¨²nica. Crea ¡°un tipo de im¨¢genes que desaf¨ªan nuestras expectativas sobre c¨®mo debe ser un fotograf¨ªa, y ha demostrado convincentemente que existe m¨¢s de un acercamiento v¨¢lido o uso 'aut¨¦ntico' del medio¡±, escribe Ralph Rugoff, director de la Hayward Gallery, en el pr¨®logo del libro.
Gursky nos sumerge en ¡°un mundo sin jerarqu¨ªa, en donde todos los elementos pict¨®ricos tienen la misma importancia¡±, tal y como apunta ¨¦l mismo en una reciente entrevista a la que se hace referencia en el libro. As¨ª, consigue situar en nuestro campo de visi¨®n temas cuya complejidad y magnitud no podr¨ªamos abarcar de otra forma. Calificado como un astuto cronista del capitalismo global ha viajado por todo el mundo documentando aquellos lugares que definen nuestra era: los deshumanizados bloques de viviendas en Paris Montparnasse, (1993), la uniformaci¨®n est¨¦tica de las modelos en la pasarela en V&R, (2011), el fren¨¦tico pulso de los parqu¨¦s burs¨¢tiles en Tokyo, Stock Exchange, (1990), los atosigantes pasillos de los supermercados en 99 Cent, (1999), las desconcertantes naves de distribuci¨®n de libros en Amazon, en Amazon, 2016 y el desolador mar de pl¨¢stico que dibuja el paisaje almeriense en El Ejido (2017), entre otros. Sin embargo, la desapasionada y distanciada mirada del autor permite que sea el espectador quien saque sus propias conclusiones.
Realismo, precisi¨®n y objetividad eran tres de los preceptos acu?ados por Bernd Becher, quien fue maestro de Gursky en la Kunstakademie, Academia de Bellas Artes de D¨¹sseldorf (donde en la actualidad imparte clases). All¨ª conoci¨® a Candida H?ffer, Axel H¨¹tte,Thomas Struth y Thomas Ruff; juntos forman la denominada escuela de D¨¹sseldorf y son conocidos en el mercado del arte como la 'clase Becher', alcanzando altos niveles de cotizaci¨®n. Pero entre las influencias fotogr¨¢ficas del artista alem¨¢n no podemos olvidar la de su padre; fot¨®grafo comercial de ¨¦xito que instal¨® el estudio en su domicilio. ¡°Su forma de iluminar, lo aprendi¨® de m¨ª¡±, dir¨ªa su progenitor.
La exposici¨®n comienza con las obras de los a?os ochenta e incluye Klausen Pass (1984), donde el artista fotografi¨® el rocoso paisaje desde un punto de vista bastante alejado (algo que es habitual en su obra). Gursky dice no haberse percatado de la presencia de las figuras dispersas al pie de la monta?a hasta que ampli¨® el negativo (hecho bastante improbable incluso para un aficionado de la fotograf¨ªa).? Pero su descubrimiento le abri¨® camino para comenzar a indagar sobre la relaci¨®n del individuo con el espacio que habita. ¡°Nunca me intereso por el individuo¡±, reconoc¨ªa el artista en una reciente entrevista con The Finantial Times, "?sino en la especie humana y en su entorno. Mis im¨¢genes tratan de la forma en la que nos desplazamos en el espacio. El universo es enorme y estamos muy limitados en nuestra percepci¨®n¡±.
Sus obras en ocasiones alcanzan unas calidades abstractas, con la intenci¨®n de establecer ambiguamente una conexi¨®n con las tambi¨¦n monumentales obras del expresionismo abstracto. De ah¨ª, que son frecuentes las comparaciones con la obra del pintor Barnett Newman. Tal es el caso de Rhein II, la pintoresca visi¨®n del Rin donde el fot¨®grafo no solo tuvo que esperar a que la luz, la direcci¨®n del viento y el nivel del agua fuesen los adecuados sino que elimin¨® varias de las construcciones que originalmente aparec¨ªan en la imagen para realzar su poder visual. Sin embargo, a Gursky le gusta subrayar por encima de todo su condici¨®n de fot¨®grafo. ¡°Mis fotograf¨ªas no son abstractas¡±, declaraba con motivo de una de sus exposiciones en la Gagosian Gallery. ¡°En ¨²ltimo caso son siempre identificables. La fotograf¨ªa no se puede desvincular de su sujeto¡±.
Andreas Gursky, Hayward Gallery. Londres. Hasta el 22 de abril.
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