Un nuevo pa¨ªs llamado teatro
Refugiados y actores profesionales de la ONG Ca¨ªdos del Cielo dan a luz a una obra que se ha estrenado este viernes en el madrile?o Conde Duque
A cuatro d¨ªas del estreno, Eddy llega tarde al ensayo. En silencio, entra en escena y se mezcla con el resto del reparto. Minutos despu¨¦s, suena su tel¨¦fono m¨®vil. Un compa?ero se levanta y se lo apaga. Sin broncas, ni reproches, m¨¢s bien entre risas, la funci¨®n sigue su curso. Eddy no es actor; de hecho, hasta hace poco, este nigeriano de 38 a?os, nacido en Lagos, trabajaba como ingeniero naval y lo ¨²nico que le preocupaba era sobrevivir. Su participaci¨®n en la insurrecci¨®n popular contra las petroleras extranjeras que explotan y contaminan el Delta del N¨ªger casi le cost¨® la vida. Perseguido por las fuerzas armadas huy¨® hacia Espa?a en 2016, dejando atr¨¢s a los suyos, en busca de ¡°una vida mejor¡±. Encontr¨® asilo en el teatro.
¡°No hay ning¨²n lugar como casa, pero esto es lo m¨¢s parecido¡±, cuenta Eddy. Su nuevo hogar se llama Ca¨ªdos del Cielo, una compa?¨ªa teatral que lucha contra la exclusi¨®n social y que desde hace un a?o abri¨® su taller a refugiados. Camuflados entre un elenco de actores y bailarines profesionales, Eddy y sus compa?eros estuvieron anoche y est¨¢n hoy en los escenarios del madrile?o Conde Duque para interpretar Una guarida con luz, la ¨²ltima apuesta teatral de la directora y fundadora de la compa?¨ªa, Paloma Pedrero.
En esta obra, que se estrena en el marco del festival Ellas Crean, las barreras del idioma no suponen un problema para participar en un montaje donde la danza y el canto tienen casi tanto protagonismo como la palabra. Refugiados llegados de Siria, Irak, Kurdist¨¢n o Camer¨²n interpretan a una manada de perros que acompa?an a una pareja de canes abandonados a su suerte tras la hospitalizaci¨®n de su due?a. Una ¡°met¨¢fora sobre la sensibilidad¡± pensada como una lecci¨®n de amor de los animales hacia los humanos.
¡°Nos ayudan a demostrar que existimos y a expresar qui¨¦n somos¡±, dice Celine, de 19 a?os, originaria de Camer¨²n, que interpreta con Eddy un canto que proviene de la tradici¨®n compartida entre sus tierras de origen. Para esta joven y t¨ªmida camerunesa, que prefiere olvidar las razones que la llevaron a pedir asilo en Espa?a, formar parte del proyecto la ha ayudado a superar sus miedos y a encontrar amigos en un pa¨ªs donde no la esperaba nadie. Junto a chicas como Ruth, una peluquera iraqu¨ª de 27 a?os que por el momento se comunica a trav¨¦s de gestos, miradas y sonrisas, forma parte de una ¡°gran familia¡± a la que los protagonistas de la obra tratan como sus iguales: ¡°Cuando subimos al escenario, todos somos del mismo sitio. Nuestro pa¨ªs es el teatro¡±, explica Pablo Tercero, el int¨¦rprete principal.
¡°Aqu¨ª les decimos que vengan como quieran, como son. Aqu¨ª no hay extranjer¨ªas¡±, dice Pedrero. La dramaturga empez¨® este proyecto de integraci¨®n hace algo m¨¢s de una d¨¦cada con representaciones en las que participaron personas sin hogar, por las que fue premiada por la UNESCO. Esta es la primera vez que trabaja con refugiados y lo ha hecho porque cree en la capacidad del arte para devolver la identidad a los que lo perdieron todo, ya sea en un contexto de guerra o al ser excluidos por la sociedad. ¡°Un chico kurdo del taller, jam¨¢s pudo expresarse por problemas de identidad sexual y ahora lo dejamos que se pinte, que haga todo lo que quiera, que baile, que cante¡±, cuenta la autora, cuyo teatro, siempre comprometido, ha abordado temas como la eutanasia, la identidad sexual o el terrorismo en la reciente Ana el 11 de marzo.
En Ca¨ªdos del Cielo, la gente viene a ¡°renacer¡±. De los cerca de 70 refugiados que han pasado por la compa?¨ªa, el caso que m¨¢s impresiona a la directora madrile?a es el de Nedal. Este sirio de 28 a?os abandon¨® su pa¨ªs pero no su deseo de ser actor. Lleg¨® solo a Espa?a en 2016 sin conocer a nadie ni hablar espa?ol. En tan solo un a?o ha sido capaz de aprender un nuevo idioma, retomar sus estudios de administraci¨®n y direcci¨®n de empresas e incluso, aprovechando sus dotes interpretativas, de realizar su sue?o con un peque?o papel en una pel¨ªcula.
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