Zarzuela-Real: ll¨¢malo ¡®hache¡¯
La nueva fundaci¨®n que servir¨¢ para los dos teatros toma el mismo nombre que us¨® el Real hace 150 a?os: Teatro Nacional de la ?pera
El Teatro Real, que cumple 20 a?os desde su reapertura y 200 desde su creaci¨®n, a?ade un tercer aniversario en 2018. La nueva fundaci¨®n que servir¨¢ para unirlo con el de la Zarzuela, toma el mismo nombre que us¨® hace 150 a?os: Teatro Nacional de la ?pera.
En 1868 era imprescindible que el teatro perdiera su apellido Real. Los espa?oles hab¨ªan echado a Isabel II, y antes de la primera rep¨²blica, un Gobierno Provisional presidido por el General Serrano ten¨ªa que distanciarse de la monarqu¨ªa reci¨¦n derribada.
Los acontecimientos se precipitaron. El 30 de septiembre la Reina se refugi¨® en Francia. El 8 de octubre se nombr¨® el Gobierno Provisional y el 11 ya se celebra una ¡°funci¨®n patri¨®tica¡± en el reci¨¦n rebautizado Teatro Nacional de la ?pera.
Se represent¨® La muette de Portici de Auber, una ¨®pera ¡°revolucionaria¡±. El d¨²o Amour sacr¨¦ de la patrie se impuso como una segunda Marsellesa. Entre 1828 y 1830 es la banda sonora de la agitaci¨®n que acaba con la dinast¨ªa Borb¨®n en Francia y del movimiento de independencia de B¨¦lgica.
En 1868, en el ex Teatro Real la ¨®pera de Auber se cant¨® en italiano, por lo que los zumbones madrile?os le dec¨ªan Teatro Nacional de la ?pera¡ italiana.
Desde Par¨ªs nos llega un grabado aqu¨ª reproducido de aquella funci¨®n patri¨®tica en el que ellos llaman el Teatro de Oriente y as¨ª se ahorran tomar partido.
La transmisi¨®n de im¨¢genes se hace por los m¨¦todos m¨¢s r¨¢pidos de la ¨¦poca. Un apunte hecho en Madrid se graba en Par¨ªs y antes de 20 d¨ªas L¡¯Univers Ilustr¨¦ lo publica. Por el camino se pierden algunos detalles tontos como un piso entero de palcos y la curva del arco de escenario. Sin embargo, es sorprendente lo bien retratadas que est¨¢n las figuras principales. Incluso el que no ense?a la cara.
El grabado dice la verdad y miente a partes iguales. Los personajes son los que efectivamente ocupaban el palco. De espaldas, el general Topete; de frente el general Prim, el general Serrano, Adelardo L¨®pez de Ayala, Joaqu¨ªn Aguirre y el general Caballero de Rodas.
La perspectiva no es ver¨ªdica. El nuevo Gobierno no ocup¨® el antiguo palco real del teatro, se mantuvieron el que siempre hab¨ªa sido el palco de los ministros, el proscenio entresuelo de la izquierda.
Dicen las cr¨®nicas que el tenor Enrico Tamberlick y el bajo Antonio Selva bordaron el famoso d¨²o de la ¨®pera de Auber, bajo la direcci¨®n del maestro Bonetti. En uno de los intermedios, Tamberlick cant¨® una romanza con letra de Manuel del Palacio sobre una m¨²sica del maestro Marotta, con el t¨ªtulo de Espa?a libre, que emocion¨® a la audiencia y tuvo que ser repetida.
El programa se complet¨® con la obertura de Guillermo Tell de Rossini, otro ejemplo de personaje revolucionario y libertador de pueblos. Estaba claro que aquella noche todo ten¨ªa que ser simb¨®lico. No es verdad, en cambio, que se cantara el Himno de Riego como dice al pie del grabado L¡¯Univers Ilustr¨¦. Y tampoco es cierta la tradici¨®n, generalmente aceptada, del estreno del himno Abajo los Borbones con letra de Antonio Garc¨ªa Guti¨¦rrez y m¨²sica de Emilio Arrieta. Esa obra tuvo un estreno privado en un C¨ªrculo revolucionario y la primera interpretaci¨®n p¨²blica se hizo en el Teatro de la Zarzuela.
El de la zarzuela es otro teatro al que, a finales del siglo XX, se renombr¨® desde el Ministerio de Cultura como Teatro L¨ªrico Nacional.
No es por desanimar, pero con independencia de lo que dijeran las ¨®rdenes ministeriales y los r¨®tulos oficiales, los aficionados siguieron llamando Real y de la Zarzuela a los dos teatros durante todo el tiempo.
Babelia
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