La revancha de los neandertales
Una exposici¨®n sobre la especie humana extinta se convierte en el fen¨®meno de la temporada en Par¨ªs


Desaparecieron de la tierra hace por lo menos 39.000 a?os, pero ha llegado el momento de su revancha: los neandertales han regresado para quedarse. Una exposici¨®n sobre esta especie humana, que vivi¨® en Europa durante cientos de miles de a?os, ha batido r¨¦cords de visitas en el renovado Museo del Hombre de Par¨ªs, mientras que en las librer¨ªas francesas pueden encontrarse todo tipo de t¨ªtulos sobre nuestros primos m¨¢s cercanos, cuya extinci¨®n sigue siendo un misterio.
En la ¨²ltima d¨¦cada se han multiplicado las noticias cient¨ªficas sobre ellos y todas van en un mismo sentido: no son, ni de lejos, tan brutos como los hab¨ªamos imaginado desde que, a mediados del siglo XIX, empezaron a aparecer cr¨¢neos que correspond¨ªan a una especie humana cercana, pero claramente distinta de nosotros, los homo sapiens. Ahora sabemos que compartimos una parte de nuestros genes con ellos ¡ªentre un 2 y un 4%, tal vez m¨¢s¡ª, que dispon¨ªan de un lenguaje, que se medicaban, que cuidaban de los enfermos y los ancianos, que manejaban una tecnolog¨ªa muy avanzada y, desde hace unos meses, gracias a unas nuevas dataciones, que hab¨ªan construido un pensamiento simb¨®lico, ya que dejaron dibujos geom¨¦tricos en unas cuantas grutas espa?olas.
Tambi¨¦n se ha descubierto que los neandertales ten¨ªan la costumbre de comerse a otros neandertales, un asunto tratado sin prejuicios en la exposici¨®n, porque el canibalismo no les aleja de la ¨²nica especie humana que ha sobrevivido, la nuestra, sino que les acerca. Se trata de una costumbre sin duda desagradable, pero muy habitual en la prehistoria, ya sea por motivos nutricionales o rituales, como comerse a un antepasado ¡ªno en vano una de las novelas m¨¢s famosas sobre el pasado remoto del hombre, del periodista y divulgador cient¨ªfico Roy Lewis, se titula Por qu¨¦ me com¨ª a mi padre (Editorial Contrase?a)¡ª. Uno de los lugares donde esto ha quedado m¨¢s claro es en la cueva de El Sidr¨®n, en Asturias, donde aparecieron restos de 13 neandertales, todos ellos cuidadosamente devorados.
¡°A causa de la multiplicaci¨®n de noticias, nos dimos cuenta de que era necesario montar una exposici¨®n para contar c¨®mo hab¨ªa cambiado nuestra imagen de ellos¡±, explica una de las comisarias de la muestra, la prehistoriadora Maryl¨¨ne Patou-Mathis, que desde hace unas semanas se multiplica en los medios de comunicaci¨®n franceses. Acaba de publicar Patou-Mathis, Neandertal de A a Z (Allary ?ditions), uno de los t¨ªtulos que pueden encontrarse en las mesas de novedades, junto al cat¨¢logo de la exposici¨®n, coeditado por Gallimard, y otros libros como Neandertal, mon fr¨¨re (Neandertal, mi hermano), de Silvana Condemi y Fran?ois Savatier, que ganaron el premio al mejor ensayo de arqueolog¨ªa de 2017, o Qui a tu¨¦ neandertal? (?Qui¨¦n mat¨® al neandertal?), de ?ric Pincas, convertido en un documental, estrenado esta semana en la cadena France 5.
La estrella de la muestra surge precisamente de la ciencia, de la capacidad actual para recrear de forma precisa la morfolog¨ªa a partir de restos ¨®seos. Kinga, a la que conocemos en la ¨²ltima sala de la exposici¨®n, es una neandertal de un metro cincuenta, reconstruida por ?lisabeth Dayn¨¨s, una artista que empez¨® en el teatro y que luego ha trabajado en proyectos como la r¨¦plica de la cueva de Lascaux, en el sur de Francia. Kinga responde a la vieja pregunta de qu¨¦ pensar¨ªamos si nos encontr¨¢semos a un neandertal en el metro.

Kinga, una neandertal vestida por Agnes B
En este caso, vestida por Agnes B, con una revista femenina en la mano, esta joven neandertal muestra una amplia sonrisa, una melena pelirroja, los ojos grandes y claros y el rostro muy blanco, lleno de pecas ¡ªno hay que olvidar que los neandertales son una especie que evolucion¨® en Europa: ten¨ªan la tez tremendamente blanca, nosotros en cambio, los sapiens, ven¨ªamos de ?frica y nuestra tez era oscura¡ª. Es una persona muy cercana, pero diferente, porque los neandertales ten¨ªan, por ejemplo, una nariz mucho m¨¢s grande y la frente hacia atr¨¢s. Preguntada sobre ella por una radio francesa que estaba haciendo un reportaje sobre la exposici¨®n, una ni?a sonri¨® y respondi¨®: ¡°No es fea¡±.
¡°Si neandertal es reconocido ya por la comunidad cient¨ªfica como el representante de una humanidad completa, su imagen entre el p¨²blico sigue siendo negativa. Es todav¨ªa percibido muchas veces como un infrahombre primitivo, como un bruto¡±, escriben en la introducci¨®n del cat¨¢logo los dos comisarios, Mathou-Pathis y Pascal Depaepe. Detr¨¢s de la imagen de Kinga, una frase del gran antrop¨®logo franc¨¦s Claude Levi-Strauss, sacada de su libro cl¨¢sico El pensamiento salvaje, resume lo que han tratado de transmitir a los visitantes durante el recorrido: ¡°No existen civilizaciones primitivas, ni civilizaciones m¨¢s evolucionadas: solo existen respuestas diferentes de problemas id¨¦nticos y fundamentales¡±.
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