H¨¦roes de vida perra
Son perros los personajes de esta f¨¢bula negra, pero comparten temple y car¨¢cter con los humanos que participan en las aventuras de Alatriste, Falc¨® o 'La reina del Sur'
Doble secuestro: Negro, el h¨¦roe y narrador de Los perros duros no bailan, la nueva novela de Arturo P¨¦rez-Reverte, investiga la desaparici¨®n de Teo ¡ªsu mejor amigo antes de que los separara una pelirroja¡ª y Boris el guapo. Negro es un cruce de mast¨ªn espa?ol y fila brasile?o; Teo, un sabueso rodesiano, y Boris, un lebrel ruso, estrella de las exposiciones caninas. Son perros los personajes de esta f¨¢bula negra, pero comparten temple y car¨¢cter con los humanos que participan en las aventuras de Alatriste, Falc¨® o la narcotraficante de La reina del Sur. Negro no moraliza, act¨²a: el gesto oportuno en el momento oportuno. Sus antepasados pelearon en el circo romano y despedazaron a b¨¢rbaros, indios y cimarrones: ¡°Los perros somos lo que los amos hacen de nosotros, h¨¦roes o criminales¡±. Lo encontramos envejecido, con ¡°el alma llena de costurones¡±, boxeador sonado. Ha sobrevivido a dos a?os de peleas a muerte en los re?ideros de perros.
Como Falc¨® o Alatriste, el nuevo h¨¦roe de Arturo P¨¦rez-Reverte es, en apariencia, fiel a su amo, aunque s¨®lo pelee por s¨ª mismo, como confiesa en la primera l¨ªnea de la novela, y por sus amigos, individualista feroz. Se gobierna por los valores de la ¨¦pica: audacia, astucia, valent¨ªa, amistad, lealtad. ¡°Un perro no es m¨¢s que una lealtad en busca de una causa¡ hasta el sacrificio y la muerte¡±. Los perros de P¨¦rez-Reverte repiten los esquemas heroicos de sus personajes principales. Y si alguno se parece a los canes codiciosos, perezosos y aprovechados de las f¨¢bulas de Esopo, en general se atienen a la sentencia de Samaniego: ¡°Un perro infiel, ingrato,?/ no merece ser perro sino gato¡±.
No son perros habladores como los perros de Cervantes, Berganza y Cipi¨®n, admirados ellos mismos del portento de o¨ªrse pronunciar palabra: ladran, gru?en y rugen en castellano, alguna vez con acento franc¨¦s, mexicano o argentino, e incluso parafrasean al canciller L¨®pez de Ayala (¡°Pensando yo en la vida de este mundo mortal?/ que es poca y peligrosa¡±), o citan las pel¨ªculas caninas de Disney. Su mundo es muy humano, en torno a algo parecido a un bar, el Abrevadero, desag¨¹e de una destiler¨ªa de an¨ªs, administrado por una cantinera porte?a ¡ªuna boyera de Flandes, nada menos, feminista¡ª, desde donde las indagaciones de Negro nos acercar¨¢n a tipos y lugares de la novela criminal: de las casas de los perros bien a los bajos fondos; de los chuchos de mala vida a los sobornables perros polic¨ªa de la comisar¨ªa del barrio o de antinarc¨®ticos; del cuartel general de la reina del tr¨¢fico de huesos, Tequila, una xoloitzcuintle mexicana escoltada por una tropa de matones colmilludos, a la Ca?ada Negra, el infierno exterminador de las peleas de perros.
Este mundo canino nos es familiar: perros de raza y perros sin papeles, carne de perrera e inyecci¨®n letal; perros inmigrantes y perros neonazis con la esv¨¢stica en el collar; perros cobardes y perros valientes. La serie negra tiende a la impertinencia y Negro avisa, aprovech¨¢ndose de su condici¨®n de c¨¢nido: a los animales ¡°nadie nos exige ser pol¨ªticamente correctos¡ somos seres irracionales¡ los perros somos machistas, oiga¡±. Arturo P¨¦rez-Reverte mueve sus piezas de siempre con su dominio habitual y conduce a Negro a la Ca?ada Negra, al rescate de sus amigos. Lo esperan, duelo de gladiadores o de pistoleros en el Salvaje Oeste, tres choques, los tres obst¨¢culos de los cuentos de hadas, cada vez m¨¢s dif¨ªciles como en un videojuego, hasta el desenlace poco esperado de la pelea final.
Los perros duros no bailan. Arturo P¨¦rez-Reverte. Alfaguara, 2018 162 p¨¢ginas. 16,90 euros
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