El plateresco palacio de Monterrey abre al p¨²blico en Salamanca
La casa de Alba y el Consistorio recuperan un edificio con singulares obras de arte
El palacio de Monterrey de Salamanca, ejemplo por excelencia de arquitectura plateresca, se suma desde este jueves a las mansiones que la casa de Alba ha abierto al p¨²blico. Primero fue Liria, en 1975, aunque las visitas a la principal residencia madrile?a de la familia con m¨¢s t¨ªtulos nobiliarios de Espa?a (51) est¨¢n muy restringidas, y en 2016 Carlos Fitz-James Stuart abri¨® Due?as, en Sevilla, el palacio favorito de Cayetana de Alba.
El edificio renacentista que abre ahora sus puertas, con visitas guiadas en grupos de 25 personas que gestiona la oficina de turismo de la ciudad, es un palacio acogedor, vivido, en el que los dos famosos paisajes de Jos¨¦ de Ribera ¨Clos ¨²nicos lienzos conocidos de este g¨¦nero que pint¨® el artista en 1639-, el retrato de santa Teresa de Juan Carre?o de Miranda del siglo XVII o el lienzo Gran duque de Alba, de Alonso S¨¢nchez Coello de 1567, conviven con fotograf¨ªas familiares, en las que el actual duque aparece con sus padres, junto a sus dos hijos, o cuando ¨¦l mismo era ni?o.
¡°Gracias a un convenio con el Ayuntamiento ha sido posible la restauraci¨®n de la fachada [la aportaci¨®n del Consistorio ha sido de 273.000 euros, la casa de Alba no precis¨® la suya] y tengo la esperanza de que esta colaboraci¨®n pueda servir de modelo para otros proyectos¡±, ha afirmado Carlos Fitz-James Stuart en el sal¨®n de Recepciones del Ayuntamiento salmantino, donde se ha celebrado un acto antes de la inauguraci¨®n. A la cita ha asistido el presidente del Senado, P¨ªo Garc¨ªa-Escudero, ya que ¨¦l y Jos¨¦ Carlos Marcos Berrocal fueron los arquitectos que hicieron la ¨²ltima rehabilitaci¨®n del conjunto, en 1985, y por la que recibieron el premio Europa Nostra. ¡°Ver que se est¨¢ inaugurando la restauraci¨®n de algo que t¨² has hecho da un poco de v¨¦rtigo¡±, ha apuntado Garc¨ªa-Escudero.
¡°El edificio, declarado monumento nacional en 1929, apenas se ha alterado para recibir a los visitantes; m¨¢s all¨¢ de las alfombras azules y las catenarias que delimitan el recorrido, de unos 45 minutos, en el que se podr¨¢ conocer casi la mitad de los 6.000 metros cuadrados del palacio¡±, ha comentado durante una visita al monumento ?lvaro Romero S¨¢nchez-Arjona, historiador de la Fundaci¨®n Casa de Alba. Las intervenciones en las fachadas, la siller¨ªa de los muros, cornisas y cubiertas, realizadas por Jos¨¦ Javier L¨®pez Mart¨ªn, comenzaron en marzo del a?o pasado y han consolidado el exterior de un edificio con dos torreones y rematado por su famosa crester¨ªa de piedra, que ha inspirado numerosas obras historicistas en los siglos XIX y XX, creando incluso el estilo Monterrey o neoplateresco que ha influido en el Museo Arqueol¨®gico de Sevilla (1919), de An¨ªbal Gonz¨¢lez, o la Diputaci¨®n de Palencia (1916), de Jer¨®nimo Arroyo.
A pesar de ser uno de los edificios civiles m¨¢s importantes del plateresco espa?ol, el palacio, que comenz¨® a construirse en 1539 por encargo del tercer conde de Monterrey, es tan solo una cuarta parte del proyecto inicial firmado por Rodrigo Gil de Honta?¨®n, quien realiz¨® obras como la Universidad de Alcal¨¢ de Henares. ¡°Solo se levant¨® la fachada sur, pero la idea era mucho m¨¢s imponente. De planta cuadrada, con un patio central, una torre en cada esquina y en el centro de cada ala¡±, apunta Romero S¨¢nchez-Arjona.
El palacio pertenece a la casa de Alba desde el siglo XVII, cuando la VIII condesa de Monterrey se cas¨® con el X duque de Alba. ¡°Estar en Salamanca, contemplar el Tormes me produce una singular emoci¨®n, no puedo olvidar que mi familia se ha vinculado a estas tierras desde tiempo inmemorial¡±, ha apuntado el duque; quien le ha dedicado espacio propio, el sal¨®n azul, al m¨¢s famoso de sus antepasados: el Gran Duque (1507-1582). El temido gobernador de los Pa¨ªses Bajos ¨Ctodav¨ªa hoy se asusta a los ni?os diciendo: que viene el duque de Alba-, aparece retratado por Alonso S¨¢nchez Coello en 1567, disc¨ªpulo de Antonio Moro. Santa Teresa tiene tambi¨¦n un sal¨®n propio con el lienzo de Carre?o de Miranda y tres de las 10 llaves que abren el sepulcro de la poeta m¨ªstica, cuyo cuerpo volvi¨® a Alba de Tormes en 1586 por intercesi¨®n del duque de Alba ante del Papa y tras pasar cuatro a?os sepultada en ?vila, donde el boyante tr¨¢fico de reliquias estuvo a punto de acabar con su incorrupto cad¨¢ver.
El recorrido incluye tambi¨¦n el sal¨®n principal, en el segundo piso, presidido por los dos paisajes de Ribera, cuya firma se descubri¨® durante una limpieza en 1982. Han permanecido en la casa desde que el VI conde de Monterrey y virrey de N¨¢poles se los encarg¨® al pintor; pero la suciedad hab¨ªa borrado su firma y estaban catalogados como an¨®nimos italianos. Adem¨¢s del despacho del duque, un ba?o con azulejos de Talavera de la Reina y el dormitorio en el que se aloja el rey Juan Carlos cuando pasa por la ciudad. Un paseo por casi 500 de historia.
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