¡°Los europeos no sienten que controlen su destino pol¨ªtico¡±
El ensayista estadounidense Mark Lilla presenta su libro ¡®El regreso liberal¡¯
Diez d¨ªas despu¨¦s de que Trump ganase las elecciones, Mark Lilla, un catedr¨¢tico de Humanidades en la Universidad de Columbia cuyo nombre apenas sonaba fuera del ¨¢mbito acad¨¦mico, escribi¨® un art¨ªculo de opini¨®n en The New York Times que se convirti¨® en el m¨¢s le¨ªdo ¡ªy probablemente el m¨¢s pol¨¦mico¡ª de 2016. Su tesis, desarrollada m¨¢s tarde en el ensayo El regreso liberal que ahora publica en Espa?a la editorial Debate, es que la derrota dem¨®crata se debi¨® a la fijaci¨®n de los liberales estadounidenses por lo que Lilla denomina ¡°la pol¨ªtica de la identidad¡±. Es decir, poner el foco en las narrativas de la diversidad (¨¦tnica, sexual, cultural, etc.) frente a la articulaci¨®n en torno al concepto de ciudadan¨ªa de un ¡°nosotros¡± en el que cualquiera se vea reflejado y que permita retomar la Casa Blanca. O lo que llama el ¡°modelo de compromiso pol¨ªtico de Facebook¡±, en el que importa menos la argumentaci¨®n y m¨¢s la personalizaci¨®n del debate.
M¨¢s criticado desde la izquierda que desde la derecha y acusado por una colega de la universidad, Katherine Franke, de "hacer de nuevo respetable el supremacismo blanco¡±, Lilla atribuye las reacciones negativas a haber tocado un "problema tab¨²" que desata un "p¨¢nico moral". "No hay conciencia del peligro que suponen estos republicanos radicales y de que la ¨²nica forma de combatirlos es recuperar las instituciones. La izquierda liberal est¨¢ c¨®moda, vive en Estados de mayor¨ªa dem¨®crata. Se ha convertido en m¨¢s importante mostrarse moralmente puro que pol¨ªticamente efectivo", asegura en una entrevista en Madrid.
Lilla inicia el libro, en el que se define como un "liberal estadounidense frustrado", con una cita de 1985 de Ted Kennedy, el fallecido senador dem¨®crata y hermano menor del expresidente: "Podemos y debemos ser un partido que se preocupa por las minor¨ªas sin convertirnos en un partido de las minor¨ªas". Y pone como ejemplo las p¨¢ginas web de los partidos republicano y dem¨®crata. La primera inclu¨ªa una declaraci¨®n de principios que empezaba por la Constituci¨®n y acababa por inmigraci¨®n. La segunda, una pesta?a con mensajes diferenciados para 17 colectivos, como LGTB, nativos americanos o afroamericanos.
Otra comparaci¨®n: Reagan y Obama. El primero ¡°ofrec¨ªa una imagen concreta: familias yendo a la iglesia en peque?as localidades, abriendo negocios... y el Gobierno Federal, lejos¡±. El segundo, ¡°un eslogan incompleto¡±. "S¨ª, podemos¡¡¯, ?pero qu¨¦? La pol¨ªtica trata a menudo de decir lo que se puede hacer. Tras una tragedia, sol¨ªa afirmar: ¡®Esto no es lo que somos¡¯. Y eso no es decir lo que s¨ª somos¡±, se?ala.
?Y c¨®mo se construye un 'nosotros' en un pa¨ªs con realidades tan dispares sin dejar de lado las leg¨ªtimas narrativas y preocupaciones de las minor¨ªas? "Lo ¨²nico en com¨²n es la ciudadan¨ªa. Por eso abogo por poner el foco ah¨ª y no en entender unos las vidas de los otros", responde antes de pedir que no se ¡°sobreinterprete¡± la victoria de Trump. ¡°Rellen¨® un espacio vac¨ªo¡±, el que hab¨ªan dejado dem¨®cratas y republicanos cl¨¢sicos al no convencer con su proyecto de futuro.
Lilla considera que su an¨¢lisis tambi¨¦n es aplicable a Europa, donde los partidos de izquierda, tras haber "perdido a la clase trabajadora y no creer ya en el socialismo", no saben "cu¨¢l es su pr¨®ximo proyecto". "Hay una crisis de legitimidad democr¨¢tica en Europa por dos motivos: el proyecto europeo, que es de las ¨¦lites y solo indirectamente democr¨¢tico, y la inmigraci¨®n sin control. La gente no siente que controle su destino pol¨ªtico. Estoy convencido de que la izquierda, en cualquier lugar, tiene que redescubrir las virtudes del Estado-naci¨®n, de la ciudadan¨ªa y de las fronteras¡±, concluye.
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