Coetzee elige el espa?ol para alejarse de la visi¨®n anglosajona del mundo
El Nobel sudafricano presenta la traducci¨®n de su ¨²ltimo libro, 'Siete cuentos morales', antes que la edici¨®n inglesa en una feria en la que empiezan las largas colas de firmas
El primer avistamiento de John Maxwell Coetzee (Ciudad del Cabo, 1940) tuvo lugar en la sala de desayuno del hotel Wellington. El tipo que lo avist¨® ayer era otro escritor. Un escritor tatuado, fan por igual de P.G. Woodehouse y Stephen King: Kiko Amat. "He tardado en darme cuenta de que era ¨¦l", admit¨ªa m¨¢s tarde, en la caseta de su editorial, Anagrama, mientras sella un ejemplar de su ¨²ltima novela, Antes del hurac¨¢n. "No es la clase de escritor que me entusiasma", confesaba, algo m¨¢s all¨¢, Ignacio Mart¨ªnez de Pis¨®n, ignorando, con disimulo, la larga cola, que se aleja por detr¨¢s de las casetas, que tiene su compa?era de firmas: Almudena Grandes.
Y es que, si la protagonista de la primera jornada oficial de la 77? Feria del Libro de Madrid fue la irritabilidad atmosf¨¦rica?¨Cel aguacero, los rayos, los truenos y el consecuente lamento del librero ante el desierto de clientes¨C, el de la segunda fue el entusiasmo desmedido del lector, y la lectora, ante un intermitente sol de justicia, y la sensaci¨®n de que en el Retiro no faltaba nadie. Ni el probable primer Nobel rumano Mircea Cartarescu, que despachaba al abundante enjambre de amantes de las lis¨¦rgicas, kafkianas y tristes desventuras del escritor fracasado que protagoniza Solenoide (Impedimenta), con sonrisas y garabatos, mientras a su lado, su editor, Enrique Redel, aseguraba que su querido autor ¨Cque ya ha visitado tantas veces Madrid que hasta tiene un pub irland¨¦s favorito¨C admira tanto a Coetzee como Coetzee le admira a ¨¦l. "Es cierto", dec¨ªa Mircea. Dec¨ªa algo relacionado con la Akademie Schloss Solitude de Stuttgart. Que coincidieron all¨ª o que ambos pasaron por ella. Tambi¨¦n, que su libro favorito de Coetzee es Los d¨ªas de Jes¨²s en la escuela, evidentemente.
Y as¨ª, mientras un enorme mu?eco de espuma que es en realidad un tipo disfrazado de El Capit¨¢n Calzoncillos, el divertid¨ªsimo personaje infantil creado por David Pilkey, aterra a una ni?a, Jorge Herralde y su mujer, Lali Gubern, se detienen ante la caseta de Libros del Asteroide para interesarse por la reedici¨®n de Una noche con Sabrina Love, de Pedro Mairal, novela que su editorial, Anagrama, public¨® hace "25 a?os". Herralde lleva bajo el brazo un ejemplar de El hombre que estuvo all¨ª, del cl¨¢sico del periodismo deportivo George Plimpton. Lali aclara que ¨¦l y Herralde se conocieron, hace demasiado, en Nueva York. No, ninguno de ellos sabe nada de Elashow, la ni?a de nueve a?os que ha superado en colas a Grandes. Tampoco de Coetzee, que decidi¨® inaugurar su peque?a gira por nuestro pa¨ªs (despu¨¦s de Madrid visitar¨¢ Bilbao y Granada) en el Espacio Fundaci¨®n Telef¨®nica, con una charla con la editora argentina Soledad Constantini. Su sello, El Hilo de Ariadna, es el responsable ¨Cjunto a Literatura Random House¨C de que Siete cuentos morales, el ¨²ltimo libro del autor de Desgracia, haya llegado antes que a ninguna parte a Espa?a, y Argentina. Dijo Coetzee, americana oscura, camisa blanca, mu?equera gris, que elegir no publicar en ingl¨¦s era "un gesto", parte de su "distanciamiento" de un idioma en cuya visi¨®n del mundo no cree. "El peligro de que el ingl¨¦s se convierta en un idioma global es que las opiniones que ese idioma tiene sobre el mundo tambi¨¦n lo ser¨¢n, y eso no es en absoluto bueno", dijo.
Record¨®, el creador de la a menudo arrogante Elizabeth Costello, la escritora australiana "que algunos de mis lectores creen que existe", pues "as¨ª llega a veces a perder el control sobre sus personajes el autor", que durante a?os, lo ¨²nico que quiso ser fue matem¨¢tico. Pero que cuando se dio cuenta de que su mente "empezaba a funcionar como la de una m¨¢quina", lo dej¨®. Por otro lado, "tampoco era tan inteligente".
En cualquier caso, aunque le disgusta el modo en que Estados Unidos ejerce un excesivo control cultural sobre el mundo ¨Cel escritor aborrece su agresividad pol¨ªtica desde la era Bush Jr.¨C, agradece los a?os que pas¨® en Texas, porque all¨ª descubri¨® a Samuel Beckett. Y no, no es un escritor cristiano, aunque le apasiona la figura de Jes¨²s. El Jes¨²s que Pier Paolo Pasolini retrat¨® en El Evangelio seg¨²n San Mateo, un Jes¨²s, "salvaje, intenso, un hombre fr¨¢gil".
Preguntado sobre la posibilidad de que la sociedad en la que vivimos necesite de una terapia freudiana, el escritor asegur¨® que, s¨ª, que puede que nuestros antepasados hicieran cosas horribles, pero "si en el futuro la historia se repite, nos equivocaremos tanto como ellos", as¨ª que "lo mejor que podemos hacer es olvidarnos de todo el da?o que se ha hecho y seguir con nuestras vidas".
¡®Fari?a¡¯, en una jaula
Alberto S¨¢ez quer¨ªa meter uno de los dos ejemplares de
Fari?a
que ha tra¨ªdo consigo en una jaula. Porque quer¨ªa dejar claro que esta edici¨®n de la Feria no es igual a ninguna otra. Y no lo es porque hay un libro secuestrado. "Tenemos un libro que no podemos vender", dice. El editor de Libros del KO cruza los dedos para que el 30 de mayo la Audiencia Provincial lo libere. Es ese d¨ªa en que debe resolverse el recurso de apelaci¨®n que presentaron. "Si no, tendremos que esperar hasta el 21 de junio, que es cuando se celebra el juicio", dice. En cualquier caso, el da?o ya est¨¢ hecho. "En la ¨¦poca en la que m¨¢s se podr¨ªa haber vendido, el libro no ha podido venderse", asegura. Pese a todo, el libro va por su d¨¦cima edici¨®n. De ¨¦sta, se imprimieron 25.000 ejemplares, "y a¨²n nos quedan 8.000", que ser¨¢n los que se pondr¨ªan a la venta el mismo 30 de mayo, si la Audiencia fallara a su favor.
Babelia
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