El hombre que no pudo escapar de la destrucci¨®n de Pompeya
Los arque¨®logos desentierran a una v¨ªctima del Vesubio que muri¨® por el impacto de una piedra enorme
Pompeya, la ciudad arrasada por la erupci¨®n del Vesubio hace 2.000 a?os, nos dice mucho sobre la vida cotidiana en la antigua Roma. Pero tambi¨¦n alberga una gigantesca cantidad de informaci¨®n sobre la muerte porque en ning¨²n otro lugar se conservan tantos cad¨¢veres del mundo antiguo, de personas que no fueron enterradas, sino que quedaron petrificadas en el momento en que se produjo su fallecimiento. Una nueva campa?a de excavaciones en una zona de la ciudad de la bah¨ªa de N¨¢poles, en la que los arque¨®logos no hab¨ªan trabajado hasta ahora, acaba de revelar el esqueleto de una v¨ªctima del volc¨¢n que tuvo un final terrible: con una infecci¨®n en la pierna, se trata de un hombre que fue alcanzado por un gigantesco bloque de piedra en medio de una cat¨¢strofe de la que seguramente no hab¨ªa podido escapar.
¡°La primera v¨ªctima que hemos encontrado en las excavaciones de la Regi¨®n V de Pompeya apareci¨® en una posici¨®n dram¨¢tica¡±, explica una nota del departamento de prensa del yacimiento arqueol¨®gico. ¡°El t¨®rax fue aplastado por un gran bloque de piedra arrancado de una casa por la explosi¨®n volc¨¢nica, mientras la v¨ªctima trataba infructuosamente de huir¡±, agrega el comunicado.
Los primeros an¨¢lisis del esqueleto, llevados a cabo por un equipo de antrop¨®logos, han revelado que la v¨ªctima era un hombre de unos 30 a?os que tuvo muchas dificultades para huir. Una lesi¨®n en la tibia indica que sufr¨ªa una infecci¨®n en los huesos, ¡°lo que deb¨ªa provocarle muchas dificultades para caminar, las suficientes para impedirle escapar cuando comenz¨® la erupci¨®n volc¨¢nica¡±.
Massimo Osanna, el soprintendente de los yacimientos del Vesubio, ha declarado: ¡°Este hallazgo extraordinario nos recuerda a un caso an¨¢logo, un esqueleto descubierto en la Casa de los Smith y que ha sido estudiado muy recientemente. Tambi¨¦n se trataba de una persona que cojeaba y que, seguramente, tampoco pudo escapar de la erupci¨®n por motivos motrices¡±.
La erupci¨®n del Vesubio fue un proceso gradual que se prolong¨® durante muchas horas. De hecho, la ciudad hab¨ªa sufrido un terremoto anterior, que indicar¨ªa actividad s¨ªsmica, y se encontraba en pleno proceso de reconstrucci¨®n cuando el volc¨¢n napolitano se despert¨®, en el a?o 79 de nuestra era. Aunque la fecha tradicional de la erupci¨®n es el 24 de agosto, varios historiadores creen que tal vez tuvo lugar en oto?o, precisamente porque alguno de los cad¨¢veres encontrados iban vestidos con gruesas capas de lana, impropias del sur de Italia en pleno verano.
Cuando comenzaron a excavarse las ruinas de Pompeya, los cad¨¢veres empezaron a aparecer muy r¨¢pidamente. El primero fue descubierto el 19 de abril de 1748. En el siglo XIX, el arque¨®logo Giuseppe Fiorelli, el director que dio el gran impulso al examen cient¨ªfico de Pompeya, tuvo una idea genial: se le ocurri¨® que se pod¨ªa echar yeso en los huecos que hab¨ªan dejado los cad¨¢veres, enterrados por el flujo piropl¨¢stico y que se hab¨ªan descompuesto hace siglos, y as¨ª surgir¨ªa un molde perfecto de la persona en el momento de morir. El primer yeso surgi¨® de las cenizas en 1863 y, desde entonces, se han realizado cientos. El ¨²ltimo se hizo recientemente en las mismas excavaciones de la Regi¨®n V y fue descubierto as¨ª un caballo militar atrapado por la erupci¨®n. Como explica la latinista brit¨¢nica Mary Beard, autora del estudio de referencia sobre el yacimiento Pompeya. Vida y leyenda de una ciudad (Cr¨ªtica), ¡°los moldes de yeso de las v¨ªctimas del Vesubio son un recuerdo constante de que se trata de personas como nosotros¡±.
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