T¨² no eres como otras hijas
Angelika Schrobsdorff, autora de 'T¨² no eres como otras madres', rompe en 'Hombres' con el patr¨®n literario masculino: una mujer lleva las riendas de sus relaciones amorosas
La escritora alemana Angelika Schrobsdorff nos sorprendi¨® a todos, lectores y lectoras (que han sido muchas), cuando se public¨® en 2016 una deliciosa cr¨®nica autobiogr¨¢fica, T¨² no eres como otras madres, centrada en la figura de su propia madre, Else Kirchner, sin duda un personaje fascinante descrito con sus luces y sus sombras, pero con una rara cualidad literaria: la luz. Un libro luminoso: es tan dif¨ªcil que la escritura no derive hacia la negatividad m¨¢s corrosiva¡
Aquella biograf¨ªa materna, cruzada por la vida berlinesa entre finales del XIX y 1933, cuando Hitler tom¨® la decisi¨®n de acabar con todo, nos dej¨® con la curiosidad de pensar si est¨¢bamos ante una autora de una sola obra importante, escrita en estado de gracia, o bien se trataba de alguien que ten¨ªa m¨¢s que decir. T¨² no eres como otras madres apareci¨® en alem¨¢n en 1992, en plena madurez creadora, mientras que la novela que Perif¨¦rica y Errata Naturae rescatan ahora, en una feliz joint venture, apareci¨® en 1961. Casi como quien dice estamos ante su primer libro y uno de los ¨²ltimos.
Hombres, en alem¨¢n Die Herren: los hombres (en castellano es preferible la opci¨®n del traductor), no defrauda en absoluto. No se trata de los hombres en general, sino de aquellos que pasaron por la juventud de Schrobsdorff, sin que podamos tomar las marcas de referencialidad, que son evidentes, de forma literal, pues, como ocurre con Vivian Gornick, otra autora de culto actualmente, la escritura de ambas se caracteriza por su semificcionalidad, su forma de partir lib¨¦rrimamente de su experiencia, que es central en su literatura.
En Hombres resulta muy atractiva la forma en que se roza el follet¨ªn sentimental ?¡ªpor el hecho de tratarse exclusivamente asuntos relacionados con el amor y el sexo¡ª. Pero nunca se cae en ¨¦l porque el libro plantea un problema importante: el de una joven muy atractiva, pero abrumada por un d¨¦ficit de identidad (si hemos le¨ªdo T¨² no eres como otras madres podemos atar cabos) que encuentra en el deseo de los hombres hacia ella su raz¨®n de ser, una raz¨®n para vivir.
No tiene otra. Nada le interesa, nada estudia, nada sabe hacer. Relacionarse con los hombres y obtener privilegios gracias a su belleza es su especialidad. No hay ning¨²n inter¨¦s en caer bien al lector, en hacerse la v¨ªctima de una situaci¨®n (vivir en Bulgaria con su madre, ambas como refugiadas, y ser perseguida por tener un padre alem¨¢n, como antes lo fue por tener una madre jud¨ªa). Muy al contrario, el personaje resulta irritante en ocasiones por su desapego emocional (es tremenda la escena de reencuentro con su hermana), por su forma, en fin, de desentenderse de los problemas ajenos (y la madre vuelve a jugar un papel importante, aqu¨ª por elisi¨®n: es el amor del que huye para no hundirse).
Se comprende muy bien que el libro escandalizara en su tiempo. No cabe duda de que propon¨ªa un desv¨ªo del patr¨®n autobiogr¨¢fico mascu?lino: es una mujer la que decide cu¨¢ndo empiezan y cu¨¢ndo acaban las relaciones y lo que espera de ellas. A veces le sale bien, y otras mal, pero, en todo caso, la protagonista entra en un bucle emocional de dif¨ªcil salida. Sin hombres, no hay vida, pero ninguno se acerca al mito que representa su padre. Evito el espoiler.
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Autor:?Angelika Schrobsdorff.
Editorial:?Errata Naturae.
Formato: tapa blanda (576 p¨¢ginas).
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