Milagros de la fotos¨ªntesis
Como parte de PhotoEspa?a, la exposici¨®n 'La c¨¢mara de hacer poemas' re¨²ne en la Biblioteca Nacional sesenta ¡°fotolibros po¨¦ticos¡±
La relaci¨®n de la literatura con la fotograf¨ªa ¡ªy con las artes pl¨¢sticas¡ª es en general tan na¨ªf y decimon¨®nica que hasta alguien est¨¦ticamente conservador como W. G. Sebald pasa por vanguardista por el mero hecho de incluir fotos en sus narraciones. Hasta Juan Goytisolo sorte¨® con humor el ¡°enojoso¡± recurso al retrato balzaquiano pegando la foto de un personaje real (Lenchen) en una de sus novelas (La saga de los Marx). Con la excepci¨®n de escritores como John Berger, John Ashbery o Yves Bonnefoy, el celebrado eslogan horaciano ut pictura poesis ha confundido tanto a los literatos que muchos han cre¨ªdo desbordar la idea de que si el cine es como la novela, la fotograf¨ªa es ¡ªpor su capacidad de s¨ªntesis y de elipsis¡ª como la poes¨ªa. Es decir, han tratado de convertir la comparaci¨®n en identificaci¨®n hasta olvidar que, irreductiblemente por ahora, la imagen es simult¨¢nea, y la palabra, lineal. Solo el trasvase a la arquitectura de categor¨ªas filos¨®ficas como la posmodernidad o la deconstrucci¨®n ha producido confusiones equiparables.
En su pura modestia y en su car¨¢cter panor¨¢mico, la exposici¨®n La c¨¢mara de hacer poemas, que se abre el pr¨®ximo martes en la Biblioteca Nacional dentro del programa de PHotoEspa?a, consigue sortear esos peligros a la hora de mostrar 60 ¡°fotolibros po¨¦ticos¡± de Espa?a, Portugal y Am¨¦rica Latina seleccionados por el escritor Juan Bonilla y el cr¨ªtico Horacio Fern¨¢ndez. El primero, que convirti¨® a Maiakovski en protagonista de su ¨²ltima novela ¡ªProhibido entrar sin pantalones (Seix Barral)¡ª, ya se ocup¨® de la retrospectiva de Baldomero Pestana que pudo verse en la Ciudad de la Cultura de Santiago y en el Instituto Cervantes de Madrid. El segundo es, adem¨¢s de un nombre imprescindible en la historiograf¨ªa de la fotograf¨ªa, autor de t¨ªtulos como Nueva York en fotolibros o El fotolibro latinoamericano (ambos publicados por RM), am¨¦n de comisario de muestras recientes como Fotos & libros. Espa?a 1905-1977 (Museo Reina Sof¨ªa) o Fen¨®meno fotolibro (CCCB). Fern¨¢ndez es, adem¨¢s, un firme defensor de algo tradicionalmente olvidado ¡ªde la mano del mercado¡ª por la academia y los museos: en la naturaleza de la fotograf¨ªa est¨¢ su car¨¢cter reproducible. De ah¨ª que su lugar natural, o uno privilegiado, sea la publicaci¨®n, ya se trate de un libro, un peri¨®dico o una revista. Lo mismo que el lugar de un libro ¡ªde un fotolibro¡ª es la sala de lectura de una biblioteca y no su sala de exposiciones. Un asunto dif¨ªcil de sortear.
Lorca quer¨ªa que su Poeta en Nueva York se publicara con fotos. Maspons y Ubi?a se las a?adieron cuarenta a?os despu¨¦s de su asesinato
La muestra, que se abre cronol¨®gicamente con la escenificaci¨®n fotogr¨¢fica de una dolora de Campoamor ¡ª?Qui¨¦n supiera escribir¡!¡ª realizada por Antonio C¨¢novas en 1905, incluye hitos de los agitados a?os treinta como Viento del pueblo (1937) ¡ªcon versos de Miguel Hern¨¢ndez e im¨¢genes sin firmar tomadas de Altavoz del Frente Sur, el peri¨®dico de Ja¨¦n en el que el poeta trabaj¨® durante la Guerra Civil¡ª o Espa?a en el coraz¨®n, publicado por Pablo Neruda un a?o despu¨¦s con fotomontajes -a partir de fotos de prensa- del pintor chileno Pedro Olmos.
Neruda fue el que sugiri¨® a Federico Garc¨ªa Lorca que titulase Introducci¨®n a la muerte el libro que hab¨ªa escrito durante su estancia en Estados Unidos. Desestimada la sugerencia ¡ªLa ciudad fue otra posibilidad¡ª, el libro se public¨® con el t¨ªtulo de Poeta en Nueva York. Fue en 1940, cuatro a?os despu¨¦s del fusilamiento de su autor, que lleg¨® a expresar el deseo de que sus poemas fuesen acompa?ados de unas fotos que nunca existieron, pero de las que se conservan descripciones aproximadas: ¡°Estatua de la Libertad. Estudiantes bailando, vestidos de mujer. Negro quemado. Negro vestido de etiqueta. Wall Street. Broadway 1830. Multitud. Desierto. M¨¢scaras africanas. Fotomontaje de calle con serpientes y animales salvajes. Pinos y lago. Escena rural americana. Matadero. La Bolsa. El Papa con plumas. Fotomontaje de la cabeza de Walt Whitman con la barba llena de mariposas. El mar. Paisaje de La Habana¡¡±.
El deseo de Lorca ¡ªo una versi¨®n del mismo¡ª se cumpli¨® cuando la editorial Lumen lanz¨® una edici¨®n del poemario con instant¨¢neas de Oriol Maspons y Julio Ubi?a. Lo hizo dentro de la m¨ªtica colecci¨®n Palabra e Imagen. Dise?ada por Oscar Tusquets ¡ªen un fotolibro el trabajo del dise?ador es clave, insiste Horacio Fern¨¢ndez¡ª, por ella pasaron t¨ªtulos firmados por Cavafis (con traducci¨®n de Joan Ferrat¨¦ y fotos de Dick Frisell), Carlos Barral (con C¨¦sar Malet) o el propio Pablo Neruda, que firma con Sergio Larrain Una casa en la arena. Este ¨²ltimo es otro de los vol¨²menes presentes en La c¨¢mara de hacer poemas.
Por el lado m¨¢s experimental, obras como las de Andr¨¦ Coyn¨¦ (My Life en espa?ol, 1966), Alfonso L¨®pez Gradol¨ª (Quiz¨¢ Brigitte Bardot venga a tomar una copa esta noche, 1967) o Nicanor Parra, Daniel Vittet y Ferran Meza (Versos de sal¨®n, 1970) conviven con un caso tal vez poco significativo para la historia de la fotograf¨ªa pero mucho para la de la poes¨ªa: Antepara¨ªso, de Ra¨²l Zurita. Tres a?os despu¨¦s de publicar Purgatorio ¡ªcuya cubierta reproduc¨ªa una imagen de la marca que el propio autor se hab¨ªa hecho en la cara con un hierro candente¡ª, el poeta chileno combin¨® poemas escritos a la manera tradicional con las fotograf¨ªas que Ana Mar¨ªa L¨®pez tom¨® el d¨ªa que un piloto escribi¨® en el cielo de Nueva York con el humo de su avioneta unos versos del mismo Zurita: ¡°Mi Dios es hambre?/ nieve?/ para¨ªso / carro?a¡±. El escritor siempre ha dicho que para ¨¦l val¨ªan lo mismo las palabras del papel y las del firmamento. Si no hubiera sido capaz de escribir una parte en el cielo, el libro no se habr¨ªa publicado. Por incompleto.
La c¨¢mara de hacer poemas. Comisarios: Juan Bonilla y Horacio Fern¨¢ndez. Biblioteca Nacional. Madrid. Del 5 de junio al 23 de septiembre.
Pistas del festival
Players. Un repaso a la historia de Magnum, con unas 200 fotograf¨ªas, pero de su faceta m¨¢s l¨²dica y menos conocida. Comisariada por Cristina de Middel y Martin Parr. Fundaci¨®n Telef¨®nica. Hasta el 16 de septiembre.
El siglo sovi¨¦tico. Fotograf¨ªa rusa en el Archivo Lafuente. Im¨¢genes, documentos y cartas de artistas de la vanguardia de la URSS. C¨ªrculo de Bellas Artes. Del 6 de junio al 16 de septiembre.
Cecil Beaton, mitos del siglo XX. Primera retrospectiva del gran retratista ingl¨¦s del glamur, que se fij¨® en las figuras del arte y el cine del siglo pasado. Fundaci¨®n Canal. Hasta el 19 de agosto.
En el tiempo. Retrospectiva de Carlos C¨¢novas, un retratista de la belleza del paisaje urbano. Museo ICO. Hasta el 9 de septiembre.
Estudio elemental del Levante. Una mirada antropol¨®gica, la de Ricardo Cases, a la costa valenciana y murciana. Sala Canal Isabel II. Del 14 de junio al 29 de julio.
Quietud y v¨¦rtigo. La artista valenciana Carmen Calvo rescata fotos antiguas de ¨¢lbumes familiares para darles un nuevo significado. Museo Cerralbo. Del 8 de junio al 16 de septiembre.
Descubriendo a Luis Masson. Sale a la luz la obra de un fot¨®grafo franc¨¦s del siglo XIX que viaj¨® por toda Espa?a para retratar sus monumentos. Museo L¨¢zaro Galdiano. Del 5 de junio al 26 de agosto.
Una aproximaci¨®n a AFAL. M¨¢s de 200 instant¨¢neas de 13 autores del grupo que surgi¨® en los a?os cincuenta del siglo XX en torno a la revista Afal, en Almer¨ªa. Museo Reina Sof¨ªa. Del 13 de junio al 19 de noviembre.
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