Las core¨®grafas Deborah Hay y Faye Driscoll y su gusto posmoderno
El bailar¨ªn canario Dar¨ªo Barreto Damas destaca en el elenco ecl¨¦ctico y desconcertante del Cullberg Ballet
Concluye el 12? festival de Danza Contempor¨¢nea de la Bienal de Venecia con dos espect¨¢culos de muy diverso signo y calidades. Por un lado, el Cullberg Ballet de Estocolmo propuso una obra ideada por Deborah Hay (Nueva York, 1941) una de las matriarcas en activo m¨¢s importantes de la danza posmoderna estadounidense. Es obligatorio abrir un breve par¨¦ntesis sobre Hay, a la que se recuerda por sus seis meses de gira mundial con Merce Cunningham, pero que es mucho m¨¢s decisiva por ser pionera tambi¨¦n en asociar la computadora a la creaci¨®n coreogr¨¢fica. El Cullberg le hizo este encargo en 2015, con m¨²sica original de Laurie Anderson, pero fueron el Festival de Oto?o de Par¨ªs en 2005 y William Forsythe en 2007, quienes primero se acordaron de ella en el siglo XXI.
Figure a Sea es una obra en cierto sentido desconcertante, ajena a las trayectorias est¨¦ticas precedentes de la compa?¨ªa sueca de ballet moderno y contempor¨¢neo, pero que se inscribe en la muy pronunciada escora hacia la danza m¨¢s radical y rupturista. En la versi¨®n presentada en Venecia para 17 bailarines encabeza el elenco del Cullberg Ballet como bailar¨ªn invitado el artista canario Dar¨ªo Barreto Damas, que se instal¨® en Estocolmo en 2014 tras su experiencia como egresado del Instituto del Teatro de Barcelona y de experimentaci¨®n performativa por varias ciudades europeas. Su inquietud le llev¨® al circuito alternativo desde su debut profesional y ha sido una sorpresa encontrarlo en el Teatro alle Tese del Arsenale en una posici¨®n destacada dentro de la compleja coreograf¨ªa coral de Deborah Hay.
Dar¨ªo es uno de los tres artistas que llevan la voz cantante y pl¨¢stica de Figure a Sea. Otra es una bailarina m¨¢s cl¨¢sica, rozando lo estricto acad¨¦mico, que se mantiene en un eje de ejercicio formal como una llamada del entrenamiento que no le debe faltar al bailar¨ªn nunca. Dar¨ªo a veces inicia el motivo, la frase, y claramente se le sigue en su salto y en su peculiar concentraci¨®n. El elenco o plantilla que ha tra¨ªdo la compa?¨ªa sueca a Venecia es algo dif¨ªcil de asimilar, tanto en su eclecticismo como en una evidente b¨²squeda de mezcla forzada, de cosmopolitismo de nuevo cu?o.
Si atendemos a la indumentaria, hay tres grupos muy definidos en Figure a Sea (6-6-5) y est¨¢ la huella formal, pero muy trascendida, de Cunningham en un dibujo m¨¢s l¨ªquido y abierto. Los primeros 15 minutos tienen un tono m¨¢s bajo casi rumoroso, dubitativo o de inconcluso. No hay nada ad libitum aunque por momentos lo parezca: todo est¨¢ reglado, y de ah¨ª una cierta y desasosegada estrategia de movimientos reflejo, lo que prepara para el final, m¨¢s coral y elevado, con las mismas preguntas dentro de una po¨¦tica que no es especialmente calurosa.
Tambi¨¦n en las naves de Arsenale la core¨®grafa Faye Driscoll (Los Angeles, 1976) ha rehecho por encargo de Marie Chouinard Thank you for coming: attendance, pieza de 2014 muy confusa, ep¨ªgono de muchas cosas, desde las muy recordadas sesiones del Living Theatre de Julian Beck y Judith Malina con un roce imitativo y epid¨¦rmico. En Driscoll se pasa de saltar a la pata coja a un tira y afloja sin otro prop¨®sito que tensionar el ambiente. Parte del p¨²blico interact¨²a con los bailarines, en un sacrificado ir y venir, descalzarse, correr y deambular por una sala a oscura y a gritos. Eso es todo. No hay tu¨¦tano ni la politizaci¨®n de urgencia que hab¨ªa hasta en el hipismo al que se alude; quiz¨¢s estamos ante una evocaci¨®n a la californiana. Entonces, en los tiempos de las flores y de Hair hab¨ªa una justificaci¨®n comprometida, hoy es simplemente manierismo del caro, car¨ªsimo.
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