Sorprendente y esperanzador debut del novillero Diego San Rom¨¢n
Jes¨²s Chover y To?ete, por debajo de los buenos novillos de Zacar¨ªas Moreno
La novillada que abri¨® la feria se sald¨® con un solo trofeo, aunque hubo motivos, y muchos, para que el ¨¦xito hubiera sido mayor. Sucedi¨® que ni Chover ni To?ete llegaron a la gente, aunque ambos desarrollaron con aparente sobrado oficio. Pero les falt¨® alma y decisi¨®n verdadera. Y pas¨® que un debutante mejicano, Diego San Rom¨¢n, sorprendi¨® a propios y extra?os, y solo la espada le impidi¨® salir por la puerta grande.
Lo mejor, sin duda y con mucha diferencia, fue lo de San Rom¨¢n. Menos novillo el tercero del lote titular, pero de buen juego tambi¨¦n. La faena de San Rom¨¢n tuvo personalidad y torer¨ªa. Mano baja, sentido del temple y profundidad. Sin ser faena redonda, estuvo salpicada de momentos muy lucidos. Como algunos naturales, largos, profundos y cargando la suerte en cada trance. Enfrontilado en el cite, con la verdad por delante, y dando importancia a la escena. Y un final por torer¨ªsimos ayudados llevando embebido al novillo. Pero fall¨® a espadas y se esfum¨® lo que pod¨ªa haber sido la primera oreja del ciclo.
Mejor a¨²n con el sexto, un novillo con cuajo y de muy buen son. San Rom¨¢n salud¨® la faena con tres cambiados por la espalda con la mano izquierda. Lo que vino despu¨¦s fue una sinfon¨ªa de toreo al natural: un monumento al toreo con la mano izquierda. Con mando, mano baja, temple y largura. Y cargando la suerte, algo no muy normal en estos tiempos. Cogiendo siempre al novillo de largo y ofreci¨¦ndole todas las ventajas. Torero caro. De alta cotizaci¨®n. Y con valor seco. Todo basado sobre la mano izquierda, la de la verdad. Las cercan¨ªa finales le pusieron en un par de aprietos, pero para entonces la obra ya estaba rematada. Pinch¨® una vez antes de coger la estocada y la segunda oreja, merecida, se esfum¨®. Gran debut de este mejicano. Una muy agradable sorpresa.
Chover, con el primero, brill¨® m¨¢s con la capa, muy solvente desde el recibo a portagayola hasta las buenas ver¨®nicas que siguieron. Fue lo mejor. Irregular en banderillas, con dos pares buenos y un tercero marrado, para cerrar el tercio con uno al cambio que le sali¨® bien. El novillo de Zacar¨ªas Moreno le ofreci¨® a Chover todas las facilidades, con clase y viaje claro. Las dos primeras tandas sobre la derecha le salieron limpias a Chover, pero la faena ya no tom¨® vuelo despu¨¦s. Algo fuera de cacho y con el novillo a menos, falt¨® la chispa que este torero suele poner.
MORENO / CHOVER, TO?ETE, SAN ROM?N
Novillos de Zacar¨ªas Moreno, -el quinto, como sobrero-, de excelente presentaci¨®n los titulares, de buen juego y muy cumplidores en varas. El sobrero, de menor presencia, no tuvo clase.
Jes¨²s Chover: estocada desprendida y trasera (silencio); media trasera, cuatro descabellos _aviso_ y cuatro m¨¢s (silencio),
To?ete: bajonazo (saludos); pinchazo y estocada (saludos).
Diego San Rom¨¢n: dos pinchazos y estocada (saludos); pinchazo y estocada (oreja).
Plaza de Valencia, 22 de julio. 1? de Feria. Menos de media entrada.
El cuarto, con hechuras de toro, tuvo clase y planteaba dulce compromiso. Chover, al igual que a su primero, lo hizo lucir en varas. Y de largo se arranc¨® el de Zacar¨ªas Moreno en dos varas que tom¨® con estilo. Volvi¨® el novillero a mostrar seguridad en banderillas, sin espect¨¢culo de cara a la galer¨ªa: sobrio, y de muy correcta ejecuci¨®n y colocaci¨®n. Pero en la muleta, el buen novillo le gan¨® la partida a los puntos. Todo empez¨® con las dos rodillas en tierra, con visos de buen futuro, pero una vez de pie las cosas ya no rodaron igual. Chover se qued¨® a mitad camino entre el populismo y la ortodoxia. Y ni una cosa ni otra. Alg¨²n muletazo suelto, pero muy suelto. No redonde¨®, en fin. Y con el descabello puso la guinda amarga a una gran oportunidad que le escap¨®.
El segundo tambi¨¦n ofreci¨® todas las facilidades. Le costaba tomar la muleta, pero siempre fue obediente y muy noble. Oficio de To?ete, pero tambi¨¦n la cosa se quedaba frenada en seco a partir de ah¨ª. Faena a la voz, muy larga, pulcra, oficio de sobra, pero tampoco m¨¢s all¨¢.
Con el sobrero de Los Chospes, To?ete volvi¨® a mostrar la cara de un oficio, pero de escaso beneficio. El novillo tuvo viaje, aunque remataba los pases con un molesto derrote. En cualquier caso, tambi¨¦n tuvo su partida. La faena, larga otra vez, no tuvo ni ton ni son. Un desarme y muchos muletazos enganchados. Apenas dijo nada a un tendido que no hizo caso de lo que ocurr¨ªa en el ruedo.
La novillada de Zacar¨ªas Moreno, de magn¨ªfica presencia, dio juego y cumpli¨® con creces en el primer tercio. Por desgracia, no fue aprovechada como deb¨ªa. Pena.
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