El Misteri d¡¯Elx no sabe de inclemencias
Cerca de 4.000 ilicitanos asisten cada a?o a las representaciones del drama religioso medieval que retrata la ascensi¨®n de la Virgen
En el entorno de la Bas¨ªlica de Santa Mar¨ªa de Elche (Alicante), nadie recuerda muy bien cu¨¢ndo fue el ¨²ltimo d¨ªa 15 de agosto en que llovi¨®. El olvido es elocuente, ya que es el d¨ªa grande de las fiestas patronales, dedicadas a la Virgen de la Asunci¨®n. Pero el centro hist¨®rico de la ciudad suele ser una enorme y concurrida playa de asfalto y piedra monumental, de callejones estrechos y pocos resquicios para la sombra. Este a?o ha llovido. Los paraguas se han sumado al cargamento de abanicos y botellines de agua que suelen llevar los ilicitanos a su cita con el Misteri d¡¯Elx, el drama religioso medieval que se celebra en dos partes, entre el 14 y el 15 de agosto y que celebra la ascensi¨®n de la Virgen Mar¨ªa a los cielos. En realidad, da igual. Llueva, truene o tiemble el asfalto como un desierto por el calor, nadie se quiere perder un ritual de m¨¢s de cinco siglos que abarrota una iglesia que, durante la representaci¨®n, no cierra sus puertas. Tampoco podr¨ªa, si lo intentaran.
Cerca de 4.000 personas llenan la bas¨ªlica ilicitana durante la representaci¨®n como si fuera un tarro lleno de guijarros. ¡°La mitad estar¨¢n sentados, el resto, repartidos entre todos los huecos del templo¡±, cuenta ?scar L¨®pez, miembro del Patronato del Misteri. Y por mucho aguacero que caiga, por mucho que aplaste el sol, nadie quiere perderse el privilegio de estar c¨®modo, en uno de los bancos de la iglesia o en las sillas supletorias habilitadas para la ocasi¨®n. Para eso, hay que madrugar. Como la madre de Mar¨ªa Teresa Gonz¨¢lez. ¡°Mi madre, de 67 a?os, ha venido a las 8 de la ma?ana, para reservar sitio¡±, cuenta esta ilicitana, que ha reservado cuatro asientos y, alrededor de las 13 horas, ha relevado en la guardia a su madre. ¡°Para la patrona, lo que haga falta¡±.
El Misteri es un acontecimiento vertebral, est¨¢ en el c¨®digo gen¨¦tico de los ilicitanos. Casi un cromosoma m¨¢s. Se?ala ?scar L¨®pez que cuando muere un familiar, a los ni?os ilicitanos se les dice que ¡°ha subido al cielo del Misteri¡±. Este tipo de arraigos son los que llenan Santa Mar¨ªa de gente de Elche, ¡°en su mayor¨ªa¡±, seg¨²n el representante del Patronato. Y el 15 es un d¨ªa para las tradiciones y los m¨¢s allegados. ¡°Es f¨¢cil ver a las familias en los balcones celebrando juntos la fiesta. En todas las familias hay, al menos, una Asunci¨®n que celebra su santo¡±, explica L¨®pez.
Por ejemplo, Asunci¨®n Pomares, a quien su hermana Trini le acaba de regalar un frasco de colonia. Est¨¢n sentadas en uno de los laterales del templo. Abanic¨¢ndose. ¡°La fiesta tambi¨¦n es eso, calor y paip¨¢i¡±, dice Asunci¨®n. ¡°Con lo de la lluvia, la iglesia se ha vaciado y no ha sido dif¨ªcil encontrar un buen sitio¡±, reconoce. A sus pies, una cinta blanca y roja delimita el espacio de las sillas. ¡°A pesar de que he vivido muchos a?os en el extranjero, no me he perdido nunca la representaci¨®n¡±, asegura. ¡°Desde que ¨¦ramos peque?as y ven¨ªamos con el colegio¡±, recuerda, ¡°que nos daban un membrillo que estaba m¨¢s seco que qu¨¦ s¨¦ yo¡±. Las chicas, a un lado de los balcones de Santa Mar¨ªa; los chicos, al otro. ¡°Y los membrillos volaban de un sitio a otro¡±, r¨ªe.
Otra ilicitana, esta de adopci¨®n, Carmen S¨¢ez, lleva en la bas¨ªlica desde las 9.30 horas. Subraya que el Misteri guarda ¡°muchos matices, el lit¨²rgico, el cultural, el musical¡¡±. O el que la emociona a ella, ¡°el familiar¡±. ¡°Llegu¨¦ al Misteri hace veinte a?os. Mi marido formaba parte de la tramoya alta¡±, el entramado de cuerdas que abre los cielos y hace volar a los actores que participan en el drama. ¡°Desde hace dos a?os, le ha sustituido en el mismo puesto mi hijo¡±, quien se asomar¨¢ desde lo alto del templo cuando suba o baje la Magrana, el artefacto central y m¨¢s c¨¦lebre del Misteri. El otro hijo de Carmen es cantor, aunque este a?o ya no estar¨¢. La adolescencia ¡°le ha cambiado la voz¡±. Como se la cambi¨® a Carlos Esp¨ª, un joven de 22 a?os que form¨® parte de la Escolan¨ªa del Misteri ¡°desde los tres hasta los catorce a?os¡±. ¡°Cuando est¨¢s dentro es muy diferente¡±, relata, ¡°no te paras a pensar, vas a lo tuyo¡±. Ahora, desde fuera, el componente emocional aumenta. ¡°Desde fuera, tienes m¨¢s tiempo para emocionarte. Por ejemplo, te acuerdas de quien ya no est¨¢ para verlo¡±.
Frente a Carlos, Mamen y Marta, madre e hija, juegan al parch¨ªs en uno de esos tableros magn¨¦ticos de los de antes de internet. Detr¨¢s de ellas, Elia, tambi¨¦n hija de Mamen, duerme junto a una amiga, porque la noche del 14 de agosto ¡°es la de m¨¢s tradici¨®n de marcha para los j¨®venes¡±. Han salido toda la noche, pero no se perder¨¢n el Misteri. Y en la fila de m¨¢s atr¨¢s, cuatro amigos, un sevillano, otro murciano y dos alicantinos, mantienen una tradici¨®n que siguen religiosamente desde hace m¨¢s de veinte a?os, en alg¨²n caso. ¡°Estamos aqu¨ª desde las 10 de la ma?ana¡±, apunta V¨ªctor L¨®pez, uno de los alicantinos. ¡°No es una obra de teatro, o un espect¨¢culo¡±, describe, ¡°es como una extensi¨®n del propio pueblo, que participa como mucho m¨¢s que un p¨²blico normal¡±. El sevillano, ?scar ?lvarez, a?ade que se ha pasado ¡°toda la noche en el autob¨²s, para poder ver el Misteri por primera vez¡±.
Creyentes, agn¨®sticos y ateos
Otro de los habituales, pero con asiento reservado, es Manuel Alcaraz, consejero de Transparencia de la Generalitat Valenciana, que atiende a EL PA?S por tel¨¦fono y llegar¨¢ al templo poco antes de que comience la representaci¨®n. ¡°Desde que soy consejero, vengo todos los a?os¡±, asevera, ¡°pero antes ya ven¨ªa frecuentemente¡±. ¡°Es un espect¨¢culo que me conmueve, en cuanto empiezan a sonar las mar¨ªas, me saltan las l¨¢grimas¡±, confiesa. A su juicio, aparte de ¡°ser un acontecimiento ¨²nico en el mundo, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y en valenciano antiguo¡±, el drama asuncionista ¡°es algo con lo que el p¨²blico conecta de una forma especial¡±. ¡°La gente se lo sabe de memoria, se convierte en parte del espect¨¢culo¡±. Y as¨ª se soportan las inclemencias. ¡°Es la herencia cultural de una ¨¦poca marcada por la fe estricta¡±, contin¨²a Alcaraz, ¡°y ahora tiene a creyentes, ateos o agn¨®sticos entre sus espectadores, porque ha atravesado el tiempo de las creencias¡±. Para Alcaraz, adem¨¢s, el Misteri ¡°es de una extraordinaria modernidad, ya que integra imagen, m¨²sica y palabra desde hace cinco siglos, hace gala de una imaginaci¨®n potent¨ªsima, es pura magia¡±.
Al colgar el tel¨¦fono, en la plaza de Santa Mar¨ªa chispea. De unos altavoces cercanos sale el riff de guitarra de Highway to hell, la canci¨®n de AC/DC. Poco despu¨¦s, retumbar¨¢ una masclet¨¤ y volver¨¢ a salir el sol. Y los ilicitanos seguir¨¢n llegando a cuentagotas hasta reventar las costuras de la bas¨ªlica. Todos mirar¨¢n hacia el techo del templo. Y empezar¨¢ la representaci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.