El hijo que el Estado devolvi¨® muerto
La pel¨ªcula 'Sulla mia pelle' reconstruye en Venecia los ¨²ltimos d¨ªas de Stefano Cucchi, un joven que falleci¨® en la c¨¢rcel d¨ªas despu¨¦s de sufrir la paliza de unos polic¨ªas
Giovanni Cucchi vio a su hijo Stefano por ¨²ltima vez en la sala de un tribunal. Le mir¨®, y descubri¨® los tremendos moratones en su cara. ¡°?Qu¨¦ te han hecho?¡±, le pregunt¨®. ¡°Abr¨¢zame, pap¨¢¡±, respondi¨® el joven, antes de que se lo llevaran esposado, acusado de posesi¨®n y venta de droga. Hacia la c¨¢rcel, cierto. Pero, al menos, el Estado se har¨ªa cargo de ¨¦l hasta el proceso, previsto un mes despu¨¦s. Sin embargo, el juicio nunca se celebr¨®. Durante seis d¨ªas, Stefano Cucchi cambi¨® distintos calabozos y hospitales. Rebotado de un lado a otro, pese a sus heridas, su epilepsia y a dos v¨¦rtebras rotas por la paliza que le propinaron los agentes que le detuvieron, seg¨²n la ¨²ltima investigaci¨®n judicial. Su familia nunca pudo visitarle, ni saber c¨®mo estaba. Pregunt¨®, insisti¨®, nadie quiso contestar o atenderles. Finalmente, la noche entre el 21 y el 22 de octubre de 2009, el cuerpo de este joven romano, aparejador y toxic¨®mano, dijo basta. Su padre, su madre y su hermana lo descubrieron a trav¨¦s de una escueta notificaci¨®n de la autopsia. Un simple papel, para decir que Stefano nunca volver¨ªa, que las autoridades que se lo hab¨ªan llevado ahora lo devolv¨ªan muerto.
¡°Una historia que muchos querr¨ªan acallar se podr¨¢ ver en 190 pa¨ªses¡±, se enorgullece Ilaria Cucchi, hermana de Stefano, en conversaci¨®n telef¨®nica con EL PA?S. Pero, antes de su estreno en Netflix, el 12 de septiembre, Sulla mia pelle (Sobre mi piel) debuta en el festival de Venecia. La pel¨ªcula reconstruye el final del joven, bas¨¢ndose en m¨¢s de 10.000 folios de actas judiciales y en los muchos encuentros de la producci¨®n con la familia Cucchi. Y est¨¢ lista para levantar casi tantas pol¨¦micas como el caso, que desde hace 10 a?os ocupa los peri¨®dicos y los juzgados italianos.
¡°El chico al que mat¨® el Estado¡±, lo resume La Repubblica, en un art¨ªculo sobre el filme. ¡°Unas 140 personas tuvieron alg¨²n contacto con Stefano en esos d¨ªas. ?C¨®mo es posible que nadie viera lo que le hab¨ªa pasado?¡±, denuncia al mismo diario el director de la pel¨ªcula, Alessio Cremonini. Cucchi invent¨® que sus heridas se deb¨ªan a una ca¨ªda por las escaleras, desconfiado de que denunciar la verdad sirviera de algo. Salvo alguno que insisti¨®, pero se rindi¨®, sus interlocutores dieron por buena su versi¨®n. ¡°?Cu¨¢ndo dejar¨¦is de decir esa gilipollez de las escaleras?¡±, le suelta un polic¨ªa en el filme. ¡°Cuando las escaleras dejen de pegarnos¡±, responde ¨¦l.
Una historia que muchos querr¨ªan acallar se podr¨¢ ver en 190 pa¨ªses
Ilaria Cucchi, hermana de Stefano
Una d¨¦cada despu¨¦s, el veredicto cient¨ªfico sobre las causas de la muerte de Cucchi a¨²n no tiene una conclusi¨®n consensuada. Pero los tribunales s¨ª han intentado establecer la verdad. Un primer juicio acab¨® absolviendo a los m¨¦dicos y agentes imputados. Pero la confesi¨®n de un testigo, el a?o pasado, produjo un vuelco: cinco carabinieri est¨¢n ahora sentados frente al juez, acusados de homicidio preterintencional ¨Ccuando el agresor quiere provocar lesiones pero acaba causando la muerte¨C, abuso de poder y falsos testimonios.
¡°Adem¨¢s de la b¨²squeda de la justicia, que al fin parece bien encaminada, siempre me queda la duda de saber c¨®mo estaba, qu¨¦ pensaba en esos momentos¡±, a?ade Ilaria Cucchi. Sulla mia pelle trata de llenar ese hueco: pretende mostrar c¨®mo vivi¨® Stefano Cucchi sus ¨²ltimos d¨ªas, desde que le detuvieron con 20 gramos de hach¨ªs y tres bolsitas de coca¨ªna, hasta que su coraz¨®n se par¨®. Para ello, cuenta con un protagonista extraordinario. Alessandro Borghi, uno de los talentos m¨¢s prometedores del cine italiano, adelgaz¨® 18 kilos en menos de tres meses para ser Stefano Cucchi. Se meti¨® tanto en el personaje que no lograba abandonarlo, y durante un mes vivi¨® solo por y para el rodaje. ¡°Es igual que ¨¦l. Y transmite la sensaci¨®n de angustia que ¨¦l vivir¨ªa¡±, le aplaude Ilaria Cucchi.
He aqu¨ª el principal logro de la pel¨ªcula: a base de primeros planos, colores oscuros y la interpretaci¨®n de Borghi, la pantalla incomoda constantemente al espectador y le abofetea con la progresiva destrucci¨®n del protagonista. Solo y agonizante, sin saber por qu¨¦ su familia o su abogado nunca acudieron a verle. Los m¨¦ritos del filme rescatan incluso un planteamiento inicial demasiado banalizado hacia el bueno contra malos. Adem¨¢s, la pel¨ªcula recuerda que Stefano Cucchi hab¨ªa recibido tratamiento por drogadicci¨®n varias veces, que en su casa hallaron un kilo de hach¨ªs y su hermana afirma: ¡°Stefano era un chico maravilloso y un hermano ideal. Ten¨ªa una fragilidad que le llev¨® a cometer un error que le cost¨® la vida¡±.
A la vez, Ilaria Cucchi dedica el filme a Matteo Salvini, ministro del Interior de Italia, l¨ªder de la Liga Norte, y defensor de que la polic¨ªa emplee ciertos l¨ªmites de violencia, si es necesaria. Y agrega: ¡°Pedirle al Estado que se juzgue a s¨ª mismo es lo m¨¢s dif¨ªcil que hay. Se le ha hecho m¨¢s el proceso al muerto¡±. Mientras la justicia avanza, el estreno del filme en Netflix llevar¨¢ el caso al mundo entero. Stefano Cucchi muri¨® solo. Su recuerdo puede alcanzar millones de pantallas.
La gran ocasi¨®n de Netflix
Ni siquiera hace falta el nombre completo. Basta con una colosal N roja para proyectar el mensaje. La vieron ayer los espectadores, al empezar el filme Sulla mia pelle, que abr¨ªa la secci¨®n Horizontes. Y volver¨¢ a aparecer hasta en cinco ocasiones en el festival de Venecia. Porque Netflix, el coloso audiovisual del streaming, ya est¨¢ en 190 pa¨ªses, 130 millones de hogares y en las listas de las mejores series del mundo. Pero ha escogido esta Mostra para ganarse el amor del cine, que le critica por sus estrenos simult¨¢neos online y en las salas y su cuestionable producci¨®n f¨ªlmica hasta la fecha.
La elecci¨®n, en realidad, es relativa. Tanto Roma, de Alfonso Cuar¨®n, como Al otro lado del viento, obra inacabada de Orson Welles, iban a Cannes. La hostilidad con el certamen, sin embargo, traslad¨® su estreno a Venecia. Se suman, en la competici¨®n oficial, The Ballad of Buster Scruggs, de los hermanos Coen, y 22 July, de Paul Greengrass. Y, fuera del concurso, They'll Love Me When I'm Dead, documental sobre Welles.
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