Esfuerzo sin recompensa
Aunque no haya nada especialmente frustrante en la pel¨ªcula, tampoco hay nada con lo que sacar la cabeza de la median¨ªa
El estreno hace apenas una semana de Las distancias, de Elena Trap¨¦, y hoy mismo de Los amores cobardes, ¨®pera prima de la gaditana Carmen Blanco, demuestra una vez m¨¢s la preocupaci¨®n de los j¨®venes directores espa?oles por el reflejo de las relaciones interpersonales en la treintena de edad, las amorosas y las amistosas, las familiares y las meramente sociales. Un universo capaz de hacerte salir a flote y hundirte en el barro, despertarte o estrellarte con la vida, con lo que te une y te separa de los que se supone que son los tuyos. Los que te conmueven, aman y bien te partir¨¢n el alma.
LOS AMORES COBARDES
Direcci¨®n: Carmen Blanco.
Int¨¦rpretes: Blanca Par¨¦s, Ignacio Montes, Anna Coll Miller, Tusti de las Heras.
G¨¦nero: drama. Espa?a, 2017.
Duraci¨®n: 90 minutos.
Peque?¨ªsima producci¨®n de bajo presupuesto y aliento intimista, de c¨¢mara, la pel¨ªcula de Blanco presenta a sus personajes de un modo, en principio, muy atractivo: es la sutileza de los gestos en soledad la que dibuja caracteres, y no la mera informaci¨®n. Sin embargo, con la llegada de las secuencias de grupo, discretas en las interpretaciones y mucho m¨¢s enfatizadas por el di¨¢logo, comienzan a abrirse las costuras. Se van introduciendo demasiados interludios musicales que, si no son para rellenar, al menos lo parece, y las conversaciones sobre cultura suenan impostadas (no por lo que dicen, sino por c¨®mo lo dicen, por c¨®mo se encajan), culturetas en el peor sentido de la palabra.
En lo formal, tiene m¨¦rito la textura lograda en la fotograf¨ªa de exteriores nocturnos, pero la imagen de los interiores, acogotada adem¨¢s por el abuso del primer plano y el vac¨ªo de los espacios, ofrece una impresi¨®n menos austera que ordinaria, de cortometraje con el que se est¨¢ empezando a adquirir profesionalidad mientras se filma.
Blanco ofrece sensibilidad, pero, aunque no haya nada especialmente frustrante en la pel¨ªcula, tampoco hay nada con lo que sacar la cabeza de la median¨ªa, de un digno pero discreto esfuerzo en todos los ¨¢mbitos de la creaci¨®n, que, al menos esta vez, no ofrece frutos.
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