Una casa no es un hogar

Los musicales que m¨¢s me han tocado ¨²ltimamente son Casi normales y Fun Home, ambos en el Paralelo barcelon¨¦s. Inesperados, ¨ªntimos, complejos, conmovedores, distintos. Y, especialmente Fun Home, muy cercano a las tonalidades agridulces y los claroscuros de Stephen Sondheim (y de sus padres, Rodgers & Hammerstein). Jeanine Tesori (de quien me deslumbr¨® Caroline or change) firma una partitura desbordante, con 27 temas, y Lisa Kron, libro y letras que combinan humor y emoci¨®n, a partir de la no menos sensacional novela gr¨¢fica de Alison Bechdel.

Fun Home lleg¨® a Broadway en 2015 y se llev¨® cinco premios Tony. La estructura del texto, muy sofisticada, alterna varios planos en el tiempo, desde finales de los sesenta hasta el 2000. Hay tres Alison en escena: la ni?a, la adolescente que descubre su identidad y su tendencia sexual, y la adulta que cuenta su historia y la de su familia, con un duro secreto paterno en su centro. El minucios¨ªsimo decorado de Raquel Ibort, Marc Salicr¨² y Marc Udina enlaza la abigarrada casa de los Bechdel en Beech Creek (Pennsylvania), el peque?o piso del Village, y la habitaci¨®n universitaria de Alison, espacios recreados por las sabias luces de Xavi Costas.

Basado en la sensacional novela gr¨¢fica de Alison Bechdel, el musical lleg¨® a Broadway en 2015 y gan¨® cinco premios Tony

La funci¨®n, reci¨¦n estrenada en el Condal, est¨¢ dirigida por el tentacular Daniel Angl¨¨s, que tambi¨¦n coproduce, encarna al padre (hac¨ªa a?os que no actuaba), se ocupa de la impecable versi¨®n catalana (mano a mano con Marc G¨®mez) y programa la sala, ahora consagrada al musical, bajo el singular nombre de Onyric: estupenda iniciativa de la productora Focus.

En escena hay nueve int¨¦rpretes y siete m¨²sicos. La banda, a las ¨®rdenes de Miquel Tejada, se caracteriza por un sonido di¨¢fano, gentileza de Jordi Ballb¨¦. Solo pedir¨ªa un poco m¨¢s de contundencia r¨ªtmica en los temas bailables, como Llega Fun Home, el anuncio de los ni?os, o el no menos ir¨®nico Paraguas de amor, un homenaje (musical) a Mam¨¢ y sus incre¨ªbles hijos, que parece contener un inesperado gui?o chanante. El reparto no puede estar mejor elegido, con voces claras y poderosas, y naturalidad actoral. Alison madura es Mariona Castillo, soberbia por su plenitud vocal y por su imponente presencia como testigo y narradora. Mira y escucha muy bien, y eso nunca es tarea f¨¢cil. De sus canciones destacan, a mi juicio, Mapas, en la que me record¨® a una joven Joni Mitchell, y la dram¨¢tica L¨ªnea continua, su mano a mano con el padre, en el tercio final. Clara Sol¨¦ es la Alison universitaria (ah¨ª va mi aplauso por Me especializo en Joan). Y Joan es J¨²lia Jov¨¦: las dos muestran en pasajes breves, con fuerza y sinceridad, su hermosa historia de amor.

Daniel Angl¨¨s se entrega al complicado rol de Bruce Bechdel, un personaje seductor y obsesivo, generoso y desp¨®tico, con un anhelo oscuro que no revelar¨¦. Un profesor culto, de alma art¨ªstica, pero incapaz de mostrar sus sentimientos y entender los de sus seres queridos. Angl¨¨s lleva a cabo una interpretaci¨®n tan sutil como su puesta en escena. La funci¨®n no se puede acelerar: hay humor, hay un par de n¨²meros burbujeantes, pero prima (y est¨¢ muy bien servida) la clave melanc¨®lica. Funcionan la delicadeza y el tempo lento, pero quiz¨¢s convenga ajustar un poco el ritmo, como sucede con casi todos los musicales al principio: cosa de d¨ªas. Pilar Capellades es Helen, la madre, una pianista cl¨¢sica, personaje doliente, muy bien dibujado; esclava de su marido (¡°Estoy harta de este museo¡±), que sabe la verdad desde hace mucho tiempo. Borda su gran momento: la amarga balada A?os y a?os, quiz¨¢s la pieza m¨¢s cercana a Sondheim, que interpreta con un aire a Carme Sansa en Company.

Los int¨¦rpretes infantiles se turnan, como es habitual. Yo vi y aplaud¨ª a Lara Kate Albertos, Daniel P¨¦rez y Stel¡¤la Tarradellas. Los tres son un hallazgo: parecen haber nacido en el escenario. A Lara Kate Albertos (Alison ni?a) le falta mejorar dicci¨®n, pero tiene una fuerza y un carisma notables: brilla la canci¨®n del llavero, que me recuerda un imaginario cruce juvenil de Carole King y Laura Nyro. Daniel P¨¦rez es Christian, el hermano mayor: exhala carisma, alegr¨ªa y encanto. Stel¡¤la Tarradellas, muy graciosa, es John, el benjam¨ªn de los Bechdel. Su n¨²mero, ya mencionado, es el tr¨ªo en el que cantan y bailan un posible anuncio de la funeraria, y es imposible no pensar en otro homenaje a aquella gran serie que fue Dos metros bajo tierra, que combinaba familia, humor negro y amores dif¨ªciles.

Otra tarea complicada es la de Marc Andurell, que ha de pechar con cuatro roles: Roy, Mark, Pete y el inventado Bobby Jeremy, que compone como una ins¨®lita mezcla entre David Cassidy y Joaqu¨ªn Reyes.

Al principio mencionaba el patronazgo (o ¡°abuelazgo¡±) de Rodgers & Hammerstein, y ahora me vuelve, como himno de despedida, el impresionante crescendo de Los puentes del mundo, donde Angl¨¨s echa el resto, con felices ecos, a mi juicio, del soliloquio de Carousel. Precioso, intenso musical, que exhala verdad y sabe llegarte al alma. Un verdadero acontecimiento, que no deben perderse: por diversos compromisos, la breve temporada acaba el 4 de noviembre. ?Que vuelva, por favor!

Fun Home, de Jeanine Tesori, Lisa Kron y Alison Bechdel. Teatro Condal (Barcelona). Director: Daniel Angl¨¨s. Con Mariona Castillo, Daniel Angl¨¨s, Pilar Capellades, Clara Sol¨¦ y otros. Hasta el 4 de noviembre.