Tirar de las lenguas
La diversidad ling¨¹¨ªstica es un regalo, pero da la impresi¨®n de que no sabemos qu¨¦ hacer con ¨¦l
El Instituto Cervantes de Bruselas celebra hoy el d¨ªa europeo de las lenguas con un recital de Bernardo Atxaga, Manuel Rivas, Yolanda Casta?o, Joan Margarit, Estel Sol¨¦, Eloy S¨¢nchez Rosillo y Elena Medel, es decir, poetas en vasco, gallego, catal¨¢n y castellano. Lo normal. O casi. Kirmen Uribe suele contar que la suya es la primera generaci¨®n que eligi¨® el euskera como lengua literaria sin que esa elecci¨®n tuviera matices pol¨ªticos. Los que como Uribe hicieron el bachillerato en los a?os ochenta recordar¨¢n que su manual de Literatura se cerraba con un cap¨ªtulo dedicado a Gabriel Aresti, Salvador Espriu y Celso Emilio Ferreiro. Casi nunca se llegaba a ese cap¨ªtulo, que, titulado ¡®Otras literaturas hisp¨¢nicas¡¯, se completaba con una lista de autores latinoamericanos.
En el fondo, la relaci¨®n que mantienen los lectores espa?oles en castellano con las literaturas del resto de Espa?a se parece bastante a la que mantienen con la argentina o la mexicana: es una haza?a que un nombre nuevo salga de su propio circuito, sobre todo, y parad¨®jicamente, si es novelista. Cuando Kirmen Uribe gan¨® el premio nacional por la novela Bilbao-New York-Bilbao ya era conocido como poeta. Coloquios como los de Verines, la Fundaci¨®n Alberti o el Mapa Po¨¦tico de C¨®rdoba sumaron a la conversaci¨®n multiling¨¹e a autores como la propia Yolanda Casta?o, Olga Novo, Sebasti¨¤ Alzamora, Miren Agur Meabe o Harkaitz Cano.
En 1984 se fall¨® el primer Premio Nacional de las Letras Espa?olas, destinado a celebrar la pluralidad de este pa¨ªs de todos los demonios. Lo gan¨® J. V. Foix. Desde entonces, lo han obtenido otros siete escritores en catal¨¢n y ninguno en euskera o en gallego. El castellano es mayor¨ªa. Lo mismo que ahora escandaliza que en 34 a?os solo lo hayan obtenido cinco mujeres, un d¨ªa escandalizar¨¢ tal desfase ling¨¹¨ªstico, tan solo comparable al que hace que el premio Cervantes se otorgue bienalmente por sistema a un escritor del mismo pa¨ªs: Espa?a.
La diversidad ¡ªcuando no es el disfraz de la desigualdad¡ª es m¨¢s f¨¢cil de defender en la teor¨ªa que en la pr¨¢ctica. Entre lenguas distintas y dentro de cada una de ellas. Cualquiera que consulte la lista de libros m¨¢s vendidos en catal¨¢n se encontrar¨¢ con El cel no ¨¦s per a tothom (Anagrama). Su autora es la enigm¨¢tica Marta Rojals (no deja que le hagan fotos, no concede entrevistas presenciales). En un pasaje de su primera novela ¡ªPrimavera, estiu, etc¨¨tera (La Magrana)¡ª, la protagonista se queja del menosprecio que sufre su catal¨¢n de las tierras del Ebro entre los catalanoparlantes de la capital. La respuesta de su interlocutor es rotunda: ¡°Barcelona ¨¦s un monstre devorador de patrimonis ling¨¹¨ªstics¡±. El centralismo tiene muchos centros.
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