?Abajo lo existente!
1870 acab¨® como el rosario de la aurora, pero en aquel periodo se intentaron cosas que iban a mejorar la educaci¨®n, modernizar el Estado, acabar con la esclavitud...
1. Revoluci¨®n
El otro d¨ªa, mientras me dirig¨ªa por Marqu¨¦s de Cubas a la librer¨ªa Antonio Machado, situada en la cercana del Marqu¨¦s de Casa Riera, record¨¦ que aquella calle se llam¨® en tiempos ¡°del Turco¡±, y que fue all¨ª donde el 27 de diciembre de 1870 ¡ªpocas semanas antes de que llegara a Espa?a Amadeo de Saboya¡ª tuvo lugar el misterioso atentado que puso fin a la vida de Juan Prim, uno de los art¨ªfices del golpe que inici¨® la revoluci¨®n que acab¨® con el reinado de Isabel II. Los d¨ªas previos a la ¡°septembrina¡±, de la que se ha conmemorado (sin mucho entusiasmo, por cierto) el 150? aniversario, nuestros sans-culotes castizos se arrojaron a las calles gritando ¡°?Abajo lo existente!¡±, una consigna revolucionaria mucho m¨¢s ontol¨®gica y contundente que, por ejemplo, ¡°bajo los adoquines, la playa¡±, y que contiene, en su infinita deprecaci¨®n, todo lo que ustedes quieran.
Es verdad que aquel breve y agitado sexenio ¡ªen el que se sucedieron una nueva dinast¨ªa, una rep¨²blica federal, otra autoritaria y un nuevo golpe de Estado, y que Gald¨®s retrat¨® con mirada decepcionada tanto en Fortunata y Jacinta como en los Episodios de la quinta serie¡ª acab¨® como el rosario de la aurora, pero en ¨¦l se intentaron cosas que iban a cambiar ¡°lo existente¡±: mejorar la educaci¨®n (y acercarla a las mujeres), modernizar el Estado y las finanzas, acabar con la esclavitud, etc¨¦tera. Por cierto, si hablamos del XIX, Galaxia Gutenberg ha publicado Espartero, el Pacificador, de Adrian Shubert, una estupenda biograf¨ªa de un militar venerado y un pol¨ªtico contradictorio (conservador, liberal, mon¨¢rquico y, en su momento, sostenedor de la Rep¨²blica) que vivi¨® toda la crisis del siglo (de la guerra de la Independencia a la Restauraci¨®n) y a quien Prim lleg¨® a ofrecer la monarqu¨ªa antes que a Amadeo. Ley¨¦ndolo me consuelo por momentos: no nos quejemos de c¨®mo va ahora todo, que siempre puede ir a peor.
2. Liber
Pas¨®, sin demasiada pena ni gloria, la XXXVI edici¨®n de Liber, la feria del libro m¨¢s importante, si no del planeta, al menos s¨ª de la ciudad que la acoge (este a?o, Barcelona). Mis dos topos en el Gremi d¡¯Editors de Catalunya, siempre aquejados de Schadenfreude (alegr¨ªa por el mal ajeno) por las desgracias reales o imaginarias de Madrit, me dicen que el stand institucional de la Federaci¨®n de Gremios de Editores (FGE) parec¨ªa una chabola (barraca, dijeron en catal¨¢n) al lado del muy aparente del Gremi. En cuanto al muy cacareado ¡°programa profesional¡± propuesto, al parecer, desde Madrit, no he conseguido saber qui¨¦n o qu¨¦ estaba detr¨¢s, pero me dicen que no fue nada del otro mundo. En Liber se present¨® el volumen anual del comercio interior del libro de la FGE, que nunca deja de sorprenderme. El de este a?o, realizado a partir de las respuestas enviadas por el 42,7% de las editoriales agremiadas, constata que se editaron 87.262 t¨ªtulos, un 7% m¨¢s que en 2016. Hasta ah¨ª, tira que te va. Lo que no puedo entender es que, en el mismo estudio se afirme que, de ese total, 47.001 t¨ªtulos corresponden a libros electr¨®nicos, algo a¨²n m¨¢s inconcebible que si el honorable (en vicariato) Torra se empe?ara en pasar por el ojo de una aguja.
Por cierto, que el comercio interior no utiliza las cifras de la agencia ISBN, con la que la FGE comparte piso; se ve que la consulta le queda muy lejos. Claro que no es de extra?ar, porque en este pa¨ªs derrochador y rumboso existen nada menos que ?cuatro! fuentes que vomitan cifras diferentes sobre el libro: el INE, la FGE, la agencia ISBN y el Ministerio de Cultura, todos con metodolog¨ªas propias. Al parecer, los editores necesitar¨ªan un Carlomagno que se decidiera a unificarlos, a ver si de una vez nos enteramos de d¨®nde estamos realmente en esto de la producci¨®n de libros.
3. ?Innombrables?
Observo que Jos¨¦ Manuel Villegas, segundo en el staff de Ciudadanos, no menciona a Vox por su nombre: as¨ª se hace la ilusi¨®n de que no existe. Como hac¨ªa Rajoy precisamente con Ciudadanos, se refiere al nuevo partido ultraderechista con elipsis y per¨ªfrasis. Pero ah¨ª est¨¢, haciendo ruido y creciendo, lo que acongoja y con raz¨®n. Con Am¨¦rica y Europa girando r¨¢pidamente al extremo derecho, tildar de ¡°fascista¡± a lo que representan, por ejemplo, Trump, Alternativa por Alemania, Bolsonaro, Le Pen y Salvini, Viktor Orb¨¢n, Vox y el resto de la cada vez m¨¢s poblada tropa es tan contraproducente como desarmante, como si se diera a entender que la extrema derecha no hubiera aprendido nada desde 1945 o, en nuestro caso, 1975.
En Las nuevas caras de la derecha (Siglo XXI argentina), Enzo Traverso, un influyente historiador y polit¨®logo situado bastante a la izquierda de la socialdemocracia, insiste en caracterizar m¨¢s propiamente a esa derecha rampante como ¡°posfascista¡±. La precisi¨®n no es balad¨ª: se trata de partidos o movimientos que, aunque provengan de matriz fascista, exhiben una ideolog¨ªa fluctuante (carecen de programa fijo), son claramente populistas e ¡°impol¨ªticos¡±, y despliegan una xenofobia ¡°que se ha renovado y enmascarado en el plano ret¨®rico¡± (ya no son antisemitas, sino islam¨®fobos). Entre sus otros ejes de movilizaci¨®n destacan el nacionalismo contra la globalizaci¨®n, el repliegue contra Europa, el antifeminismo, la homofobia m¨¢s o menos enmascarada, la ¡°seguridad¡± ciudadana y el rechazo de los migrantes, el odio a los medios de comunicaci¨®n dem¨®cratas (hay quien, desde su vociferante tribuna radiof¨®nica, llama a este peri¨®dico Izvestia) y una adhesi¨®n bastante clara a las f¨®rmulas m¨¢s radicales de neoliberalismo econ¨®mico de puertas para adentro (v¨¦ase Trump). A¨²n est¨¢n en periodo de consolidaci¨®n y captaci¨®n, por eso para combatirlos eficazmente es tan importante saber exactamente qu¨¦ les une y qu¨¦ les diferencia tanto de las derechas cl¨¢sicas (PP) o nuevas (Ciudadanos) como de los fascismos hist¨®ricos.
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