La campa?a electoral de la SGAE arranca con el caos
Una quincena de m¨²sicos conocidos retira su candidatura a los comicios en protesta contra el presidente
Los fuegos artificiales suelen sellar el final de un acto. En la SGAE, en cambio, han estallado justo al principio. Una quincena de los candidatos m¨¢s conocidos a las elecciones, de Kiko Veneno a Jota, de Los Planetas, de ?lvaro Urquijo a Jorge de Los Ilegales, pidieron por escrito hoy, jueves, a la entidad que retire sus nombres de las listas electorales, justo el d¨ªa en que arranca la campa?a para los comicios del pr¨®ximo 26 de octubre. Justifican su paso atr¨¢s por la ausencia de voto electr¨®nico y por la gesti¨®n del presidente, Jos¨¦ Miguel Fern¨¢ndez Sastr¨®n. Este, sin embargo, resta importancia a la decisi¨®n y mantiene que sigue habiendo m¨¢s de 90 candidatos para 39 asientos en la junta directiva, de ah¨ª que la legitimidad de la convocatoria est¨¦ garantizada, y que estos m¨²sicos muestran falta de ¡°¨¦tica y lealtad¡± hacia la SGAE.
En medio, otros socios que tambi¨¦n optan a los comicios lamentan que los c¨¢nticos de guerra cubren su voz y sus intentos de buscar otras v¨ªas. La campa?a electoral apenas lleva unas horas, pero ya registra alerta roja de terremotos.
¡°La SGAE es un monstruo que se alimenta a s¨ª mismo¡±, denunci¨® Amaro Ferreiro, uno de los m¨²sicos opositores, en un encuentro con periodistas convocado justo despu¨¦s de la rueda de prensa de Sastr¨®n. Otra prueba de que, en la nueva batalla por la entidad, cada detalle cuenta. Ferreiro y sus compa?eros (tambi¨¦n se retiraron Noni, de Lori Meyers, o Luis Mart¨ªn, de Los Ronaldos, entre otros) acusan a la SGAE de recaudar dinero sin criterios ni repartos objetivos y de tutelar a la llamada rueda, un presunto fraude que investiga la justicia por el que varios socios de la entidad y empleados de televisi¨®n se embolsaban millones gracias a la m¨²sica emitida en programas nocturnos con el 1% de audiencia. Tres editores tambi¨¦n confirmaron ayer su retirada a EL PA?S. Y los opositores sostienen que al menos una docena m¨¢s de miembros (tambi¨¦n del sector audiovisual, de las artes esc¨¦nicas y entre los editores) est¨¢ tramitando su abandono.
Por ello, aseguran que no reconocer¨¢n el resultado de las elecciones, animan al Ministerio de Cultura a intervenir la entidad y amenazan con retirar de la SGAE su repertorio a partir de enero, si las cosas no cambian. Patacho Recio, otro de los disidentes, reconoci¨® que los tiempos del adi¨®s respond¨ªan a una estrategia. Porque ser candidato permite dirigir mensajes por correo electr¨®nico a todos los socios del mismo colegio profesional. As¨ª que, parad¨®jicamente, Recio aprovech¨® un canal electoral para pedir a los dem¨¢s m¨²sicos que no voten. Inmediatamente despu¨¦s, retir¨® su candidatura.
¡°Una picaresca censurable¡±, seg¨²n Sastr¨®n. Otros socios defienden incluso que el env¨ªo masivo de correos de Recio es ilegal, pero la actual junta, en funciones, no va a tomar cartas en el asunto. Ser¨¢ la siguiente la que decida si meterse en ese avispero, y en muchos otros. Sastr¨®n, en todo caso, volvi¨® a defender que las elecciones se celebran en las mismas condiciones que en 2015 ¨C¡°no hay ninguna merma democr¨¢tica¡±-, que los estatutos de la SGAE no obligan a implementar el voto electr¨®nico y puso en duda lo que considera un ¡°empe?o¡± repentino por esa opci¨®n. ¡°Parece que est¨¢ floreciendo, pero hab¨ªa cuatro a?os para pedirle a la junta que lo desarrollara¡±, asegur¨®.
Por las mismas razones, el presidente en funciones de la SGAE cuestiona que el Ministerio de Cultura insista en el voto electr¨®nico, hasta el punto de que envi¨® hace dos semanas un apercibimiento a la SGAE con un plazo de tres meses para arreglar ese asunto, su sistema de reparto y sus estatutos y ¡°cumplir la ley¡±, bajo la amenaza de una intervenci¨®n. ¡°No me consta que Cultura lo haya pedido a otras entidades que tambi¨¦n votar¨¢n con f¨®rmulas parecidas. Tal vez espere a que empiecen las elecciones. Me preocupa que el Gobierno, sin tener raz¨®n, hiciera algo que da?ara a la SGAE¡±, agreg¨® Sastr¨®n. El presidente, que ya super¨® el l¨ªmite de dos mandatos en la junta y no puede participar en las elecciones, subray¨® que deja como legado un aumento de la recaudaci¨®n y que volver¨¢ a dedicarse a la m¨²sica. Desminti¨® que le espere un cargo t¨¦cnico en la entidad, aunque los rumores en ese sentido suenan desde hace semanas.
Luis Mart¨ªn opina todo lo contrario sobre la herencia de Sastr¨®n: ¡°Parece que quiere destruir la SGAE¡±. Es decir, al fin y al cabo, y pese a inmovilismo y disputas internas, un coloso con 124.000 socios y unos 300 millones de recaudaci¨®n anual. Por ello los m¨²sicos rebeldes reiteran que el adi¨®s a la SGAE es su ¨²ltima opci¨®n, pero no la excluyen. La reciente apertura del derecho de autor hacia el libre mercado les permitir¨ªa fundar una nueva entidad o llevarse su repertorio a una de las existentes, espa?ola o extranjera.
Adem¨¢s de enredarse, el camino hacia las elecciones tambi¨¦n tropez¨® con un error. La SGAE remiti¨® a los miembros del colegio de Gran Derecho (las artes esc¨¦nicas) las papeletas sin el nombre de la candidata Ana Graciani. Tres d¨ªas despu¨¦s, detect¨® el fallo y envi¨® de nuevo la lista, corregida. As¨ª que los socios tendr¨¢n que volver a rellenar y mandar sus preferencias. Los votos emitidos mientras tanto, por correo, ser¨¢n declarados nulos.
Claves del sistema electoral
La SGAE tiene 124.040 socios: 113.460 autores, 2.410 editores musicales y 8.170 herederos. Sin embargo, solo 18.970 tienen derecho a votar: b¨¢sicamente, los que recaudan a partir de una cierta cifra. Aunque en las ¨²ltimas elecciones, en 2015, apenas participaron 2.834 socios.
Para contar con al menos un voto, los ingresos del autor en los ¨²ltimos cuatro a?os deben igualar el salario m¨ªnimo interprofesional mensual (735,90 euros en 2018). Editores y herederos, en cambio, necesitan cuadruplicar esa cantidad para poder expresar sus preferencias. Se puede sumar hasta un m¨¢ximo de 31 votos por persona, seg¨²n la recaudaci¨®n generada.
Las elecciones se celebran el pr¨®ximo 26 de octubre. Se puede votar en persona en Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Bilbao y Santiago, y por correo. Los socios han de elegir a los 39 miembros de la junta directiva, cada uno en su propio colegio profesional: Gran Derecho (artes esc¨¦nicas y m¨²sica sinf¨®nica) tiene seis esca?os; Peque?o Derecho (compositores y letristas), 16; Audiovisuales nombra a nueve directivos y los editores a ocho. Todos ellos escoger¨¢n al nuevo presidente de la entidad.
Unos 90 candidatos participan, a falta de eventuales retiradas, en los comicios. Entre otros nombres, Hevia, Arc¨¢ngel o Eduardo Teddy Bautista, presidente de la SGAE hasta 2011, pendiente de un juicio por presunta apropiaci¨®n indebida, adorado por muchos socios y odiado por otros, a quien algunos ven como favorito para volver a dirigir la entidad.
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