Bajo el signo de la noche
El CA2M llena sus tres plantas con una exposici¨®n que se adentra en las tripas de un Madrid subterr¨¢neo con artistas de nuevo corte generacional
Para celebrar el d¨¦cimo aniversario del Centro de Arte Dos de Mayo y dar una idea de conjunto del panorama contempor¨¢neo local, el gran espacio madrile?o de arte contempor¨¢neo en M¨®stoles propone ¡°un largo viaje hacia la noche¡±, en una exposici¨®n de 58 artistas comisariada por Beatriz Alonso y Carlos Fern¨¢ndez-Pello. Como es inevi?table al reunir a tantos artistas cuya voz tiene que limitarse a una presencia escueta, el inter¨¦s de Querer parecer noche reside menos en el valor aut¨®nomo de cada pieza, aunque muchas ¡ªla mayor¨ªa procedentes de las dos colecciones del museo, otras encargadas ex profeso para la ocasi¨®n¡ª tengan una presencia potente y sean emblem¨¢ticas de su creador, que en los reflejos que cada una brinde a las de su entorno. Entre las que mejor juegan con el espacio y destacan por su madurez est¨¢ la tr¨¢quea-columna entre artificial y org¨¢nica, afirmativa de s¨ª misma (okokokok), de Teresa Solar Abboud; el dintel de cer¨¢mica falsamente rom¨¢nico, con suaves protuberancias, de Elena Alonso, y el on¨ªrico v¨ªdeo de Alex Reynolds, a la vez realista y fantasmal.
La exposici¨®n entera converge en el patio central, ocupado por Yabba como closing time de la fiesta: Mar¨ªa Jerez ha transformado en pieza una performance que se pudo ver el a?o pasado en Matadero. Cuando se activa ese conjunto de sedas de colores brillantes y lentejuelas, respira y puede hincharse hasta los ocho metros de altura como un zepel¨ªn ondulante de connotaciones sensuales y sexuales, de formas f¨¢licas y de rincones, pliegues, brillos y columnas de humo.
El t¨ªtulo de la colectiva, Querer parecer noche, alude al esp¨ªritu festivo propio de la juventud y a la edad de oro madrile?a de la movida, que estaba directamente relacionada con la noche, y a una cierta condici¨®n nocturna que el CA2M ha detectado tambi¨¦n como caracter¨ªstica del joven arte local, seg¨²n viene reflejando en el ciclo de veladas Los estudios de la noche. Aqu¨ª esa condici¨®n noct¨¢mbula se expresa a toda potencia orden¨¢ndose las piezas de la exposici¨®n desde la cuarta y ¨²ltima planta hasta el subsuelo en un lento descenso, festivo y de perfiles confusos, hasta la disposici¨®n de algunas piezas que en el subsuelo aluden a las luces de discoteca y los neones en la oscuridad¡
Muchos de los artistas han participado hiperactivamente en el movimiento del 15-M
Como caracter¨ªstica de estos artistas madrile?os (en un sentido laxo e inclusivo), el director del CA2M, Manuel Segade, se?ala que muchos han participado ¡°hiperactivamente¡± en el 15-M, pero a diferencia de las generaciones previas que articularon la escena del arte en los a?os noventa y que ten¨ªan una voluntad directa de activismo, de enfrentamiento sin met¨¢foras, se inclinan por la representaci¨®n en el trabajo del arte y una mayor distancia con lo pol¨ªtico. ¡°Esto es un fen¨®meno interesante porque no cre¨ªamos que alentase en Madrid.¡± En cuanto a procedimientos, muchos comparten el rasgo com¨²n de recurrir a los materiales encontrados.
La referencia a la fiesta y al juego est¨¢ dispersa por todo el espacio; me pareci¨® que de una forma especialmente divertida y juguetona en los garabatos o la ¡°escritura autom¨¢tica¡± que ha dibujado un m¨¦dium en trance en respuesta a las preguntas que el artista ¡ªFerm¨ªn Jim¨¦nez Landa¡ª le hac¨ªa al esp¨ªritu de F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente, el famoso naturalista e influyente divulgador televisivo de El hombre y la tierra. O en el ¨¢rea de geomancia y las grageas de Javier Fresneda que contienen (supuestamente) una pizca de polvo de ruinas mayas pulverizadas y encapsuladas, y que el visitante puede llevarse y consumir en casa, oficiando una ceremonia de simb¨®lica comuni¨®n con la cultura de Mesoam¨¦rica¡
Veinte de los artistas participantes han creado piezas espec¨ªficas para la exposici¨®n, otros han adaptado obras anteriores. La mayor¨ªa nacieron en torno a 1970 y el m¨¢s joven es de 1990. Les acompa?an, por motivos de discurso, de referencia hist¨®rica o de paralelismos sugestivos con la creatividad contempor¨¢nea, una docena de joyas de las colecciones del centro, y en alg¨²n caso prestadas, de figuras mayores ya consagradas por el canon como Palazuelo, Valdelomar, Calder, Maruja Mallo; un mir¨® cuya simbolog¨ªa y colores juegan admirablemente con las piezas de Antonio Ballester Moreno (Madrid, 1977), y algunas delicias de collage kitsch de Gregorio Prieto. Resulta estupendo reencontrar aqu¨ª y all¨¢ sus figuras tutelares.
Es una muestra de energ¨ªa y de variedad exaltantes, inabarcable en una visita, cuya alegr¨ªa invita a volver
Reforzando esa conexi¨®n entre la tradici¨®n y la actividad art¨ªstica de ahora, Cristina Garrido ha encomendado a Rom¨¢n Bl¨¢zquez, uno de los copistas autorizados m¨¢s antiguos del Museo del Prado, que pinte una serie de ¡°vistas¡± de la exposici¨®n que a su vez se incorporar¨¢n a esta.
En fin, estas que acabo de mencionar, piezas, cosas, gestos, son algunas de las que a m¨ª me gustaron m¨¢s en un primer vistazo a un conjunto desbordante de energ¨ªa y de variedad exaltantes, inabarcable en una sola visita, cuya alegr¨ªa invita a volver.
¡®Querer parecer noche¡¯. Centro de Arte Dos de Mayo. M¨®stoles (Madrid). Hasta el 27 de enero de 2019.
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