¡°Esto es una tomadura de pelo¡±
Hace 15 d¨ªas el artista Luis Camnitzer pidi¨® a los visitantes de su exposici¨®n en el Museo Reina Sof¨ªa que se expresaran libremente en las paredes de una sala. ?ste es el resultado
Si no hay alegr¨ªa, no hay utop¨ªa. Alguien agarra el lapicero que cuelga de una cuerda de la pared blanca e inmaculada del museo y escribe donde puede: ¡°Esto es una tomadura de pelo¡±. As¨ª, sin exclamaciones. Es la prueba evidente de que el mal humor y la falta de iron¨ªa no cambiar¨¢ ni una l¨ªnea del mundo que conocemos. Pero es una excepci¨®n. Hay miles de garabatos, frases, dibujos, retratos, corazones, cuentas de Instagram para seguir, saludos en los idiomas m¨¢s ex¨®ticos... y ni un pene gigante en medio del tsunami de espontaneidad que ha provocado el artista uruguayo de origen alem¨¢n, Luis Camnitzer, con tres paredes del Museo Reina Sof¨ªa y 16 lapiceros liberados.
Hace 15 d¨ªas el artista inaugur¨® una de las exposiciones m¨¢s divertidas del a?o, en la que su mayor pretensi¨®n es convertir al visitante en participante. Como le dijo a la periodista Bea Espejo el propio Camnitzer: ¡°Mi mayor af¨¢n es que la obra suceda en el espectador, que se convierta en autor y no me necesite. Mientras tenga que hacer arte soy un fracasado. El ¨¦xito vendr¨¢ cuando no tenga que hacerlo porque la gente lo hace sola. Por eso digo que soy un intermediario, como el profesor que logra independizar al alumno¡±. Por eso fulmina la posici¨®n del artista/profesor para reemplazarla con la del artista/aprendiz.
Cuando hizo estas declaraciones a EL PA?S, las paredes de la sala en la que dej¨® colgando las armas de expresi¨®n masiva estaban impecables. Dos semanas despu¨¦s, no cabe un alma. La propuesta es la siguiente: el artista pide al p¨²blico que se exprese, le propone unas ideas sobre las que reflexionar y este espera la reacci¨®n. Por ejemplo, pide que dibujen lo que separa pensamiento de ilusi¨®n y que lo hagan, eso s¨ª, ¡°con la mayor precisi¨®n posible¡±. Alguien responde: ¡°Es lo mismo¡±. En otro lugar ha clavado a la pared una peque?a rama y pide que le pongan un t¨ªtulo: ¡°Naturaleza muerta¡±; ¡°Donde se juntan las cosas¡±; ¡°La uni¨®n entre dos planos¡±; ¡°Textura sobre muro¡±; ¡°Inteligencia abandonada¡±; la frase comentada que titula este art¨ªculo y una reivindicaci¨®n que dispara al coraz¨®n del artista: ¡°Menos concepto y m¨¢s pintura¡±.
¡°Afuera nada existe, s¨®lo adentro¡±
Sin embargo, eso es precisamente lo que ha logrado hacer con la ayuda de los dem¨¢s Camnitzer, pasar de lo abstracto a lo concreto, romper con la ausencia de cuerpo del arte conceptual, gracias a la necesidad que tienen todas las personas que pasan por aqu¨ª de decir algo, de exponerse, de dejar constancia, de opinar libremente. Bastan un par de horas en la sala de estos Cuadernos de ejercicios para comprobar que muy pocos visitantes se resisten a hacerlo. Todas las ma?anas, un operario con bata blanca revisa los lapiceros y les saca punta. Listos para que dejen su impronta, para que el p¨²blico se deleite con lo que ha hecho el p¨²blico. Y s¨ª, el artista desaparece, pero no el inter¨¦s por acercarse y saber del otro.
¡°Afuera y adentro son punto de partida para el cambio de posici¨®n¡±, aparece escrito en el c¨ªrculo en el que el artista reclama que se piense ¡°por un momento¡± en los conceptos ¡°adentro¡± y ¡°afuera¡±. ¡°Ub¨ªquese en uno de ellos y explique su elecci¨®n¡±, dice la chapa de metal en la que ha quedado inscrita el sarcasmo de Camnitzer. ¡°Afuera siempre es adentro de ti¡±. Otro: "Me quedo dentro, que no s¨¦ estar sola y fuera no s¨¦ qui¨¦n soy¡±. Desde luego este ejercicio, junto con el que pregunta sobre la existencia de dios, es el que mejores reflexiones contiene. ¡°B¨²scate adentro y mu¨¦strate afuera¡±, ha escrito alguien. Muchos coinciden con que el ¡°afuera¡± es la libertad, otros niegan y aseguran que ¡°afuera nada existe, s¨®lo adentro¡±. Y otro para nota sobresaliente en existencialismo: ¡°Existen dos mundos infinitos y uno vive en ellos sin llegar a pertenecer a alguno¡±.
No se trataba de romper la cuarta pared, sino de dibujarla y hacer de un espacio sagrado una blasfemia an¨®nima sobre el mercado del arte, la creatividad o la felicidad. Y as¨ª el p¨²blico, seg¨²n pasan los d¨ªas, acapara y domina el espacio que, hasta el momento, solo era propiedad del artista. Este espacio ha dinamitado la jerarqu¨ªa con solo invitar a escribir, a responder. A que ocurra algo capaz de acabar con el espectador (por definici¨®n, distante). Porque para Camnitzer el arte no es tanto el medio de producci¨®n como una parte esencial del aprendizaje ciudadano: ¡°Aqu¨ª trato de emprender un di¨¢logo y una investigaci¨®n colectiva en vez de comunicar solo a trav¨¦s de un mon¨®logo¡±.
As¨ª, el escenario es compartido, en un ejercicio de plena libertad, asumiendo exabruptos: ¡°Menuda basura¡± puede leerse sobre el mont¨®n de basura que el artista ha depositado en el suelo. ¡°Museo = Vertedero¡±. Otro: ¡°Por fin expongo en el Reina Sof¨ªa algo m¨¢s que mierda¡±. Y el m¨¢s afilado de todos los contrarios al sentido del humor de las utop¨ªas: ¡°Hola. Este a?o no tengo presupuesto para poner una exposici¨®n y con un l¨¢piz y muchos tontos, los tengo entretenidos. El director¡±. En estas paredes an¨®nimas est¨¢ lo mejor y lo peor de cada uno, y desde luego la demostraci¨®n de que la cultura no amansa a las fieras, aunque las distrae. Uno se queja de que no hay sacapuntas. ?C¨®mo lo habr¨¢ escrito?
¡°?Willy Toledo es dios!¡±. Estaba cantado. En la ¨²ltima de las paradas de este v¨ªa crucis de las paredes blancas a Luis Camnitzer se le ha ocurrido pedir lo siguiente: ¡°Utilizando como referencia la zona enmarcada, confirme y explique la existencia o no de dios¡±. Aluvi¨®n. ¡°Dios no cre¨® al hombre, el hombre cre¨® a dios¡±; ¡°Dios ha muerto!¡± y le responde otra: ¡°Y Nietzsche tambi¨¦n¡±. Una revisi¨®n de este: ¡°Dios: Nietzsche ha muerto¡±. Alguien se lanza a rezar: ¡°En el nombre del padel, del pijo y del esp¨ªritu santo¡±. Un cl¨¢sico: ¡°God is real because he died on the cross so we can live today¡±. Los hay que caminan entre la espiritualidad y la autoayuda: ¡°T¨² no tienes una vida, t¨² eres la vida. T¨² eres, siempre has sido y siempre ser¨¢s, la vida¡±. Ahora que ya sabemos que todos quieren ser artista, tertuliano y fil¨®sofo por un instante, Camnitzer ha logrado darle la vuelta a la negaci¨®n para dejar caer que quiz¨¢ la tomadura de pelo sea lo otro.
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