Calvo Serraller, sabio y amante de la vida
T¨ªmido temible, como sol¨ªa autorretratarse, pertenece a esa extraordinaria generaci¨®n de intelectuales e historiadores del arte que rompi¨® los moldes del academicismo
¡°Ven conmigo ¡ªescrib¨ªa un sabio¡ª / donde ya no me busques¡±. Los versos de Edmond Jab¨¨s me los envi¨® ayer un amigo despu¨¦s de lamentar en su hombro la muerte del sabio y amante de la vida y del arte que fue Francisco Calvo Serraller. Le vi el jueves sereno y sonriendo con las bromas de su sobrino Luis, como todos estos ¨²ltimos meses en los que no ha dejado de pensar en nuevos proyectos y en la forma de recompensar a las personas e instituciones del arte que merec¨ªan su respeto. Lo hizo recientemente en la Academia de Bellas Artes San Fernando en un homenaje al fallecido artista Dar¨ªo Villalba y lo hizo tambi¨¦n hace una semana en reconocimiento de la brillante ejecutoria de Manuela Mena en el Prado en un merecido homenaje que ¨¦l mismo inspir¨® a los Amigos del Museo.
Presenci¨¦ este ¨²ltimo aut¨¦ntico manifiesto a favor del ejercicio de la valent¨ªa y la libertad en el Museo del Prado, que dirigi¨® de forma tan fugaz como apasionada, y que sobre todo defendi¨® sin desmayo hasta su ¨²ltimo aliento. Me alegro hoy especialmente de haber promovido antes de dejar el museo la publicaci¨®n antol¨®gica de sus numerosos textos dedicados al Prado (Introducciones al Museo del Prado) editado con esmero por sus tambi¨¦n disc¨ªpulos Javier Port¨²s y Alberto Pancorbo.
T¨ªmido temible, como sol¨ªa autorretratarse, Francisco Calvo Serraller pertenece con Manuela a esa extraordinaria generaci¨®n de intelectuales e historiadores del arte que les correspondi¨® en el seno de la docencia universitaria, la conservaci¨®n en los museos y la cr¨ªtica art¨ªstica, romper los r¨ªgidos moldes del academicismo y abrir nuevos campos y perspectivas de estudio a la historia del arte en nuestro pa¨ªs. Primordial fue la trayectoria del t¨¢ndem que form¨® con ?ngel Gonz¨¢lez en la ya m¨ªtica programaci¨®n de la Galer¨ªa Multitud a finales de los a?os setenta y, no menos, en el nacimiento de la influyente cr¨ªtica art¨ªstica en este diario EL PA?S, algo de lo que se enorgullec¨ªa, al recordar que form¨® parte del peri¨®dico desde su fundaci¨®n.
La inclinaci¨®n natural de su formaci¨®n en filosof¨ªa le facilit¨® el camino de especializaci¨®n en el arte contempor¨¢neo, pero tambi¨¦n le sirvi¨® para explorar los fundamentos te¨®ricos del barroco espa?ol con sus reconocidos trabajos sobre los comentarios a los Di¨¢logos de la pintura de Vicente Carducho y su magna Teor¨ªa de la pintura espa?ola del Siglo de Oro. Los grandes maestros del arte espa?ol ¡ªdel Greco a Picasso y de este a Barcel¨®¡ª, as¨ª como el estudio de algunas de sus obras m¨¢s singulares han sido otra parte importante de su dedicaci¨®n como historiador y cr¨ªtico.
No me gustar¨ªa pasar por alto en este r¨¢pido repaso el fabuloso trabajo desarrollado como comisario de exposiciones, las que disfrutamos juntos en su querido Museo de Bellas Artes Bilbao o las que consagr¨® a Picasso en museos internacionales con la infatigable colaboradora que ha sido Carmen Gim¨¦nez.
Pero adem¨¢s de la historia, a Calvo Serraller le gustaba escribir ¡°la novela del artista¡±, el mano a mano con el arte de su tiempo, con los artistas a los que ha ofrecido una buena parte de su quehacer literario. Si hubiera que nombrar apresuradamente un representante distinguido del gremio este ser¨ªa sin duda el pintor Eduardo Arroyo, sobre quien escribi¨® un nutrido corpus de textos, incluido el dedicado a su memoria en estas p¨¢ginas con motivo de su reciente fallecimiento, donde reconoc¨ªa como uno de sus libros m¨¢s dichosos el Diccionario de ideas recibidas, de Arroyo.
Solo me resta reenviar desde estas mismas l¨ªneas a su familia y a su compa?era Blanca Mu?oz aquel mensaje de un sabio: ¡°Ven conmigo, donde ya no me busques¡±.
Miguel Zugaza es director del Museo Bellas Artes de Bilbao.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.