De la narcoviolencia a la cultura pop
Un term¨®metro de la literatura mexicana que viene a partir de la selecci¨®n de ocho autores de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara
La narcoviolencia en el norte de M¨¦xico, pero contada desde un prisma muy personal. Cuestiones de g¨¦nero que apuntan y disparan a la lacra de los feminicidios y, al mismo tiempo, devuelven el erotismo a la literatura. Un mundo rural que se abre paso frente al tradicional fen¨®meno urbano de escritores hombres y de clase media. El realismo cr¨ªtico contin¨²a vigente, pero las vivencias personales cobran especial relevancia entre los nuevos literatos mexicanos. La cultura pop contempor¨¢nea, los g¨¦neros mixtos e Internet se suman a este c¨®ctel de tendencias de una nueva oleada de creadores que a¨²n tienen mucho por probar.
La Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) ha reunido en su 32? edici¨®n a ocho ¡°talentos¡± mexicanos en un ciclo que pretende servir de ¡°escaparate para que grandes firmas los fichen¡±, explica Melina Flores, organizadora del evento. ¡°Todos ellos tienen ya una trayectoria, cuentan con obra publicada y han ganado algunos premios. Lo que les falta es, quiz¨¢, esto: sentarlos en una mesa para que los pueda ver el editor, el agente, otros colegas...¡±, considera el escritor mexicano Antonio Ortu?o, que tambi¨¦n particip¨® a?os atr¨¢s en un encuentro similar y que hoy, ya consagrado, visita la FIL para presentar su nuevo libro El ojo de vidrio.
Llama la atenci¨®n la gran dispersi¨®n tem¨¢tica y la frescura de los autores. Tambi¨¦n sus acentos, diferentes entre s¨ª, que lejos de ser relegados a un segundo plano proporcionan el tempo a su escritura. Aunque el norte del pa¨ªs sigue estando muy representado, a trav¨¦s de una nueva narcoliteratura, relatada desde ¡°esas sutilezas de la vida privada de cada uno¡±, explica la escritora e investigadora Liliana Pedroza (Chihuahua, 1976), y del g¨¦nero transfronterizo, cobran relevancia tem¨¢ticas como el feminismo de Mariel Iribe (Veracruz, 1983). ¡°Ella pone ¨¦nfasis en un erotismo casi liberador, cuando los feminicidios son cosa de todos los d¨ªas y esto implica una problematizaci¨®n de la sexualidad y de las pr¨¢cticas sexuales¡±, analiza la escritora mexicana Cristina Rivera Garza, dos veces ganadora, en 2001 y 2009, del premio Sor Juana In¨¦s de la Cruz, con el que reconoce la FIL a literatas, y hoy madrina de la muestra.
Uno de los m¨¢s jovenes entre los seleccionados es Josu¨¦ S¨¢nchez (Veracruz, 1989) y aporta un toque de actualidad sobre el movimiento cultural en M¨¦xico. Sobre las tem¨¢ticas que trata el veracruzano reflexiona Ortu?o: ¡°Hay mayor presencia de cultura pop, muchas referencias de m¨²sica, de cine, de la Red y una mayor presencia de ciertos subg¨¦neros de fantas¨ªa. A m¨ª todav¨ªa me da pudor hablar de cosas de Internet en un libro, pero ya hay ah¨ª una generaci¨®n que es absolutamente digital¡±, confiesa. Ese es, precisamente, uno de los signos de distinci¨®n del novel autor. ¡°Tengo una obsesi¨®n por lo que hay detr¨¢s de las pantallas, por cosas grabadas hace 10 a?os¡±, relata S¨¢nchez. No obstante, es de los que prefieren todav¨ªa, de alguna manera, el papel. ¡°No es lo mismo ver que tienes 700 visitas en un blog a que alguien te pida una firma de tu libro. Esa interacci¨®n f¨ªsica¡¡±.
Gabriel Rodr¨ªguez Liceaga (1980) es el ¨²nico representante de Ciudad de M¨¦xico y se centra en ¡°la vida contempor¨¢nea en la ciudad no centrada en la violencia¡±, seg¨²n tambi¨¦n Ortu?o. Una de sus obras versa sobre el estadio Azul, del equipo maldito Cruz Azul, un emblem¨¢tico edificio de la capital mexicana, punto de referencia desde el cielo antes del aterrizaje en su aeropuerto, sobre el que pende su demolici¨®n.
La mayor¨ªa de los seleccionados son pluriempleados. Abril Posas (Jalisco, 1982) trabaja como camarera, Alejandro V¨¢zquez (Nuevo Le¨®n, 1984) se gana la vida en un desguace, Dar¨ªo Zapala (Michoac¨¢n, 1990), como asesor pol¨ªtico, y Laura Baeza (Campeche, 1988) es adem¨¢s publicista. Son, por ahora, escritores a tiempo parcial. Y aunque tambi¨¦n la mayor¨ªa de ellos defienden que estos trabajos les enriquecen y les dan, en muchos casos, la materia prima para sus historias, su padrino en la ficci¨®n, Ortu?o, insiste: ¡°Es mucho m¨¢s dif¨ªcil construir ese gran libro cuando tienes que estar metido en la oficina nueve horas al d¨ªa. Un narrador necesita espacio y disciplina, sentarse a escribir, si se puede, todos los d¨ªas¡±.
Rivera Garza observa tambi¨¦n en todos ellos una manera de contar que podr¨ªa ser caracter¨ªstica de la nueva generaci¨®n que viene. ¡°Hay una atenci¨®n al cuerpo menos como un t¨®pico y m¨¢s como algo que atraviesa la literatura: un ¨¦nfasis en la materialidad de la experiencia y de la escritura¡±, explica. Relatos muy personales, ¡°pero en los que no rige el registro que se ve a s¨ª mismo y se encierra, sino que est¨¢ abocado a dirigirse hacia fuera¡±. Mientras se forma o no una nueva generaci¨®n literaria, autores como Fernanda Melchor, Emiliano Monge, Ver¨®nica Gerber, Guadalupe Nettel ya defienden a capa y espada la narrativa mexicana actual. La historia de los noveles est¨¢ a¨²n por escribirse.
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