El escritor que quer¨ªa vivir por dos
Mushin al Ramli, autor de 'Los jardines del presidente', publica su obra junto a las de su hermano, el llamado Lorca iraqu¨ª, muerto en la horca por orden de Sadam Husein hace casi 30 a?os
Recuerda Muhsin al Ramli que siendo jovencito le dijo un d¨ªa a su padre, todo un im¨¢n y jeque de tribu en Shirqat, ciudad donde naci¨®, en el norte de Irak, que quer¨ªa estudiar teatro. La idea no le gust¨® mucho, no era de provecho. Al Ramli, triste, se fue a orillas del r¨ªo Tigris, a pensar en aquello. All¨ª se encontr¨® con un muy buen amigo que le pregunt¨® si hab¨ªa le¨ªdo Cien a?os de Soledad. Claro que s¨ª, le respondi¨®. ?Y lo has hecho en su versi¨®n original?, le volvi¨® a interpelar. Al Ramli no lo hab¨ªa pensado, pero se puso a ello. As¨ª es como empez¨® a aprender espa?ol, idioma al que ha sido traducida ahora su ¨²ltima obra, Los jardines del presidente (Alianza editorial), dedicada a su pueblo, a su historia m¨¢s reciente bajo el pu?o de acero de aquel dictador cuyo nombre prefiere evitar para "no manchar" su escritura. El presidente se llamaba Sadam Husein y fue quien orden¨® matar en la horca a su hermano, el poeta Hassan Mutlak, conocido como el Lorca iraqu¨ª. Paradojas de la historia, Husein acab¨® sus d¨ªas del mismo modo.
La peque?a gran historia que narra Al Ramli en su ¨²ltimo libro, galardonado con el English Pen Award, empieza un d¨ªa cualquiera de 2006. Al amanecer, aparecen en una calle de Shirqat nueve cajas de pl¨¢tanos con nueve cabezas dentro. "La historia es real", cuenta Al Ramli, de 51 a?os, durante una charla en Casa ?rabe, en Madrid, "pero no sali¨® en los medios, ni siquiera en los locales". Conoc¨ªa a algunos de esos vecinos decapitados. Se sent¨® r¨¢pido a escribir y puso la primera frase de su libro. Ya con el arranque perfilado, se dedic¨® a hablar con los viejos del lugar para poder contar las tripas de la historia. "Para no tratar a las v¨ªctimas como n¨²meros".
Su hermano, Hassan Mutlak, no fue tampoco un muerto m¨¢s. Era un poeta modernista, bien considerado por los intelectuales de la famosa calle Mutanabbi, coraz¨®n de la cultura en Bagdad. A los 29 a?os colabor¨® en una intentona golpista contra Husein. Fracas¨® y fue sentenciado a la horca. Muri¨® el 18 de julio de 1990. "Cuando mataron a mi hermano, yo quise suicidarme", rememora Al Ramli. Era mayor que ¨¦l, su referente. Pero hab¨ªa otra opci¨®n: "Decid¨ª", contin¨²a el escritor, "que mejor pod¨ªa tratar de vivir el doble". Por ¨¦l y por su hermano. Y as¨ª lo hizo.
Aquel fue el verano en el que Husein mand¨® a sus tropas a invadir Kuwait. Al Ramli era jefe de tanque cerca de la frontera sirio-turca. "Con la muerte de mi hermano", cuenta, "ya no ten¨ªa sitio en Irak". Cruz¨® por el sur a Jordania, con 200 d¨®lares en el bolsillo y una licenciatura en filolog¨ªa hisp¨¢nica. Trabaj¨® en lo que pudo hasta que, en 1994, decidi¨® mandar los papeles de inscripci¨®n a la Universidad Aut¨®noma de Madrid. Le cogieron. Hasta hoy, su obsesi¨®n fue doble: ser escritor y, a la vez, que la obra de su hermano siguiera conoci¨¦ndose. Reuni¨® sus escritos y ha conseguido publicar cinco libros bajo la firma de Hassan Mutlak. Sigue siendo el Lorca iraqu¨ª, le¨ªdo en Siria, Egipto, L¨ªbano... "Se ha mezclado su tragedia, la de un poeta contra una dictadura feroz, con el hecho de que es mi hermano". Ahora es Al Ramli el referente.
El escritor, profesor en Madrid en la Universidad de San Luis, tiene novelas, poes¨ªa, cuentos y hasta una traducci¨®n completa al ¨¢rabe de Don Quijote. Le gusta, se nota, lo que ha hecho. "Me han llegado a comparar con Garc¨ªa M¨¢rquez", dice sobre su ¨²ltima obra. Paradojas de la vida. Esos jardines del presidente, podridos de muerte, algo huelen en su narraci¨®n a los Cien a?os de soledad con los que Al Ramli inici¨® su idilio con lo espa?ol. Pero saca m¨¢s pecho cuando, seg¨²n cuenta, lee en prensa o alguien le dice desde su pa¨ªs que su ¨²ltimo libro es obligatorio en algunos rincones de la Administraci¨®n iraqu¨ª.
Una historia de ¨¦xito doble que no se sacude sin embargo la tragedia que persigue a Irak. Al Ramli no vuelve all¨ª desde 2012, a?o en el que empez¨® a publicarse su obra, por temor a alguna represalia. Se ha perdido la ¨²ltima y en¨¦sima crisis b¨¦lica, la que represent¨® y a¨²n lo hace el Estado Isl¨¢mico. Fueron ellos quienes mataron a una sobrina que trabajaba como profesora. De nuevo los muertos de Irak, con nombres y apellidos, de los que quiz¨¢ vuelva a escribir el autor. Su editorial brit¨¢nica, MacLehose, le ha pedido que les env¨ªe la segunda parte. "?Para qu¨¦?", les pregunt¨® Al Ramli. "?Es que no quieres ganar dinero?", le contestaron desde Londres.
Babelia
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