Cicatrices invisibles, legado de una infancia bajo el ISIS
Proclamada la era post-ISIS, miles de v¨ªctimas menores de edad se enfrentan a las secuelas de abusos f¨ªsicos, sexuales y psicol¨®gicos conforme los ni?os soldado cumplen pena
Siete de cada 10 ni?os en Siria sufren estr¨¦s postraum¨¢tico, reza un informe de la ONG Save The Children. En lo que queda del n¨²cleo familiar de Ramz¨ªa, las estad¨ªsticas fallan. Sus cuatro hermanos manifiestan severos s¨ªntomas de trauma, legado de su pasaje por el califato del Estado Isl¨¢mico (ISIS, por sus siglas en ingl¨¦s). Ramz¨ªa ten¨ªa cinco a?os cuando fue secuestrada junto a sus hermanos y padres por el ISIS. Se la llevaron de noche y por sorpresa aquel fat¨ªdico 3 de agosto de 2014. Derribaron la puerta de su casa en el poblado de Guerzele, de la regi¨®n iraqu¨ª de Sinyar.
Degollaron a su padre y hermano mayor ante sus ojos y a las mujeres se las llevaron como esclavas sexuales. Al igual que asesinaron a otros entre 2.000 y 5.500 vecinos tambi¨¦n miembros de la minor¨ªa religiosa yazid¨ª. Sin tiempo para duelos, comenz¨® un calvario que habr¨ªa de alargarse durante 16 meses. Ramz¨ªa y los suyos fueron comprados y vendidos hasta en tres ocasiones. Desde Sinjar a Mosul y de ah¨ª a Raqa, en Siria, y la entonces capital del hoy defenestrado califato. Para los secuaces del ISIS, los yazid¨ªes son paganos, ganado que vender en el mercado y esclavizar en casa. Su ¨²ltimo due?o fue Abu Shuyaa. Pag¨® 10.000 d¨®lares ¡ª8.841 y 14 c¨¦ntimos de euro¡ª por la libertad de la peque?a y de cada menor. El doble por su madre.
¡°Abu Shuyaa era un comerciante iraqu¨ª que hac¨ªa tiempo recorr¨ªa el trayecto entre Mosul y Raqa, as¨ª que ten¨ªa relaciones con gente del ISIS por lo que las familias recurr¨ªan a ¨¦l para comprar a los parientes que lograban localizar¡±, explica en una video llamada de Whatsapp Audi Aris Suleim¨¢n, director del orfanato Ain Sifini, sito en la provincia iraqu¨ª de Mosul. Las ultrajantes vivencias de Ramzia no son ¨²nicas en este centro donde otros 40 hu¨¦rfanos de 2 a 18 a?os asisten a clase y reciben un techo, alimentos y ropa. La ONU estima que unos 6.000 yazid¨ªes fueron secuestrados. Centenares de esas mujeres y ni?os siguen en paradero desconocido.
Ramz¨ªa lleva el pelo recogido en una trenza. Su t¨ªmida sonrisa no logra disimular las profundas ojeras sobre las que reposan unos esquivos ojos. ¡°?No me acuerdo!¡±, grita la peque?a en cuanto el director comienza el relato de la fat¨ªdica noche. Dejando caer el m¨®vil, sale disparada en direcci¨®n a lo que parecen unos columpios. A pesar de que el orfanato asegura contar con la asistencia de psic¨®logos, las heridas de estos ni?os son muy profundas y en su entorno inmediato el umbral de tolerancia hacia los relatos de violencia se antoja demasiado elevado.
Centenares de mujeres y ni?os yazid¨ªes siguen en paradero desconocido
En la guerra siria, como en todas las guerras, los ni?os siguen siendo el eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil. Los defensores de los derechos humanos hablan de "la generaci¨®n perdida" que no ha pisado un aula en ocho a?os. O de la generaci¨®n ap¨¢trida, por ese medio mill¨®n de reci¨¦n nacidos, refugiados de facto, en los pa¨ªses lim¨ªtrofes. En los informes se denuncia la normalizaci¨®n del matrimonio infantil para ellas, o del abuso de los menores forzados a trabajar o mendigar, para ellos. Luego est¨¢n los que vivieron el califato bajo un ej¨¦rcito de 150.000 radicales en un territorio de 100.000 kil¨®metros cuadrados a horcajadas entre Siria e Irak. Seg¨²n los datos que maneja la Coalici¨®n internacional liderada por EEUU, el ISIS rein¨® sobre una poblaci¨®n de 7,7 millones de personas, la mitad de ellos menores.
¡°Ramz¨ªa fue diariamente apaleada y sospechamos que fue abusada sexualmente como sus hermanas y madre¡±, contin¨²a impert¨¦rrito Suleim¨¢n. ¡°Otras fueron separadas de sus padres y no sabemos qu¨¦ ha sido de ellas¡±, apostilla. ¡°Cada ni?o externaliza el dolor de una forma distinta¡±, precisa la siria Whifa Shellaby, psic¨®loga en un pu?ado de asentamientos informales del Valle de la Bekaa, en L¨ªbano donde el ISIS instaur¨® un mini califato durante tres a?os. ¡°Algunos ni?os tienen incontinencia y se orinan encima al o¨ªr un estruendo, otros se vuelven agresivos¡±, agrega.
Basta pasar una noche en un campo de desplazados en Siria o de refugiados en L¨ªbano, Jordania o Turqu¨ªa para percatarse de que lo peor que les ha ocurrido a estos ni?os es precisamente lo que no dicen, lo que no recuerdan. Durante el d¨ªa los caminos de los campos son un continuo traj¨ªn de risas y carreras. Por las noches, los inconsolables llantos destierran el silencio y, con ¨¦l, el descanso hasta que los sollozos ponen fin a reincidentes pesadillas. Los relatos de las madres sirias se repiten de L¨ªbano a Turqu¨ªa con hijos que perdieron el habla ¡°de repente¡± tras un bombardeo en Raqa o al ver la cabeza de un hombre rodar por el suelo. O aquellos ni?os que lucen un mech¨®n de pelo canoso en la parte delantera del cr¨¢neo ¡°por el miedo¡±.
De v¨ªctimas a verdugos
A Fawaz, hermano mayor de Ramz¨ªa, lo decapitaron en su casa. A muchos otros j¨®venes de su edad se los llevaron para engrosar las filas del ej¨¦rcito negro. Convertidos en verdugos por el ISIS, cerca de un centenar de ni?os soldado cumplen penas en el correccional Hori de la regi¨®n kurda de Qamishli, en el noreste sirio. ¡°Tienen entre 12 y 17 a?os y han sido condenados a entre tres y siete a?os de c¨¢rcel¡±, cuenta al tel¨¦fono y desde Qamishli Nuyan, del centro medi¨¢tico del centro. Lo gestionan las Fuerzas Democr¨¢ticas Sirias (FDS, un compendio de milicias lideradas por los kurdos y principales aliados de Washington en suelo sirio). En las instalaciones no hay ning¨²n ciudadano espa?ol, asegura la portavoz, pero por sus literas han pasado ¡°europeos, rusos y paquistan¨ªes¡±.
Es en las aulas donde los psic¨®logos aseguran que los menores tienen mayores oportunidades para cerrar las heridas infligidas por el ISIS
Algunos adolescentes del centro son hijos de muyahidines extranjeros. Otros, son simplemente v¨ªctimas de la pobreza o de la geograf¨ªa, ora secuestrados, ora entregados por sus progenitores a cambio de sueldos mensuales de 80 a 200 euros. ¡°Las cortes locales [vinculadas a las FDS] solo juzgan a los muyahidines ¨¢rabes [por sirios e iraqu¨ªes]¡±, a?ade para despu¨¦s explicar que no existe un procedimiento claro para el resto de menores occidentales que lucharon con el ISIS. No logramos hablar con uno de los j¨®venes que ha de cumplir 18, como estaba previsto, debido a las ¡°nuevas ¨®rdenes de arriba que proh¨ªben dar entrevistas a la prensa extranjera¡±. Los que cumplen la mayor¨ªa de edad son trasladados a c¨¢rceles.
¡°Todo comienza en la escuela¡±, se lee en la p¨¢gina 33 del n¨²mero 12 de la Revista Dabiq, el instrumento de propaganda del califato. En las siguientes l¨ªneas llama a sus seguidores a retirar a sus hijos de las escuelas?kufar (paganas) para insertarlos en las del ISIS. Para Ramz¨ªa todo parece terminar en la escuela, all¨ª donde las clases de dibujo y los juegos en los columpios se convierten en v¨¢lvula de escape para digerir el pasado a tan corta edad. 'A problemas globales, respuestas locales' parece ser la filosof¨ªa que siguen los kurdos en Siria, y los yazid¨ªes en Irak. A los ni?os soldados en el correccional sirio les quedan los ensayos de obras de teatro y las clases de alg¨²n oficio como el de barbero. Es en las aulas donde los psic¨®logos aseguran que los menores tienen mayores oportunidades para cerrar las heridas infligidas por el ISIS.
Los cachorros del ISIS crecen entre rejas
Al menos 1.500 menores extranjeros de entre 9 y 15 a?os han sido formateados en los campos de entrenamiento del califato, bautizados como "los cachorros del ISIS" y se les ha robado no solo la infancia sino hasta el derecho de ser v¨ªctimas de guerra. Los Gobiernos occidentales temen que el retorno de las familias de sus yihadistas se convierta en un caballo de Troya del terrorismo en suelo europeo o norteamericano. Y, sin embargo, los soci¨®logos coinciden en que la 'exclusi¨®n social' ha sido el factor detonante para que decenas de menores europeos se sumaran a las filas del ISIS.
Los m¨¢s afortunados del correccional Hori en la norte?a ciudad kurda de Qamisli, reciben una visita semanal. "Algunas de sus familias est¨¢n en el campo", puntualiza la portavoz del centro. Por "campo" hace referencia a los tres centros edificados en el norte de Siria donde las FDS mantienen recluidas a las familias de los yihadistas extranjeros a la espera de instrucciones.
La agencia de noticias AFP eleva a 150 el n¨²mero de menores de nacionalidad francesa (la mayor¨ªa por debajo de los seis a?os de edad) que permanecen recluidos en los campos de Siria. Par¨ªs asegura que los menores podr¨¢n ser repatriados, pero que sus madres habr¨¢n de ser juzgadas en Siria e Irak. El que las autoridades europeas dejen en manos de entidades no reconocidas como Estados, como las milicias de las FDS, o de pa¨ªses como Irak, donde est¨¢ en vigor la pena de muerte, ha desatado las cr¨ªticas de organizaciones defensoras de los derechos humanos.
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter y Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra newsletter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.