Mejor el m¨®vil que un libro: as¨ª muere la lectura a los 15
Los ¨²ltimos informes desvelan que los adolescentes han dejado de leer una hora a la semana el ¨²ltimo a?o. Los expertos creen que falta voluntad pol¨ªtica para solucionar este abandono
En la foto una ni?a de diez a?os lee un libro voluminoso. Est¨¢ tumbada en un sof¨¢ y enroscado a sus piernas, su perro. Es una imagen de silencio e intimidad. Es la hija de Paloma Bravo, periodista y autora de la novela?Solos (Alfabia), que ha publicado en su perfil de Instagram ese instante, en el que Sol ha parado su actividad -al menos una hora- para entregarse a la lectura de?Harry Potter (en ingl¨¦s). D¨ªas despu¨¦s, un estudio demuestra que esta foto es una excepci¨®n. La Federaci¨®n de Gremios de Editores de Espa?a (FGGEE) present¨® su informe anual de h¨¢bitos de lectura, en el que desvela que los j¨®venes se retiran de la lectura: una hora menos a la semana que el a?o anterior, a los 10 a?os, la edad de Sol.
Y a los 15 a?os las estad¨ªsticas dibujan un golpe mortal, porque pasan de ser lectores el 70,4% a quedarse en el 44,7%. El bache solo se recupera a partir de los 25 a?os. Los editores tienen una explicaci¨®n ¡°existencialista¡±: ¡°A los 14 hay un cambio de ciclo de vida, donde las preocupaciones vitales y la atm¨®sfera escolar cambia¡±, cuenta en su despacho de la Fundaci¨®n Santillana, Miguel Barrero, presidente de la FGGEE. La frontera es el paso de la Secundaria al Bachillerato, instante recogido por los gr¨¢ficos como deserci¨®n en masa.
Los m¨®viles han desplazado al libro por completo en las nuevas generaciones
Es el momento en que desaparece el entorno escolar como prescriptor. Hasta Primaria se convive con la lectura de manera natural, pero seg¨²n culminan el ciclo de educaci¨®n obligatoria (16 a?os), los libros se transforman en m¨®viles. ¡°Hay que decirlo claro: es mucho m¨¢s atractivo para ellos estar una hora enganchados al m¨®vil, en Instagram y YouTube. Y nos pasa tambi¨¦n a los adultos. Los m¨®viles han desplazado al libro por completo en las nuevas generaciones¡±, habla Cristina Juher, profesora de Lengua y literatura catalana, en el instituto Jaume Vicens Vives (Girona).
Bibliotecas de castigo
Esta profesora se?ala un dato llamativo: ¡°No tenemos buenos prescriptores de lectura en los institutos, necesitamos bibliotecarios que incentiven a los que est¨¢n enganchados y no existen. Las bibliotecas de los centros las tenemos como lugares para el castigo, sala de reuniones o almacenes. Necesitamos una voluntad pol¨ªtica decidida a corregir este abandono y con urgencia. Estamos muy mal¡±, cuenta Juher. Carme Fenoll es bibliotecaria y jefa de gabinete de la Universidad Polit¨¦cnica de Catalunya y confirma la asignatura pendiente con las bibliotecas escolares. Por si fuera poco, ¡°las campa?as de lectura para adolescentes est¨¢n ideadas por adultos aburridos¡±, a?ade.
Miguel Barrero cree que ¡°el h¨¢bito lector se pierde, pero no se abandona¡±. El alumno que tiene buen h¨¢bito lector acaba recuper¨¢ndose a la larga, si se lee en casa: ¡°El nivel de compromiso que tienen los profesores y los bibliotecarios con la lectura es mayor que el que hay en la familia¡±, asegura el m¨¢ximo representante de los editores y especialista en la rama educativa de su sector. Por eso leer en casa es tan importante, porque abre espacios de paz y silencio para la convivencia.
El nivel de compromiso que tienen los profesores y los bibliotecarios con la lectura es mayor que el que hay en la familia
Pantallas contra libros
¡°Hay que invitarles a que descubran que la lectura es un refugio y un espacio propio. Pero no podemos exigirles nada si no practicamos con el ejemplo. Si queremos que lean, deben vernos leer¡±. Las comillas son de Paloma Bravo, que tiene por norma familiar leer antes de dormir. Y apunta el gran enemigo de la lectura en los adolescentes de hoy: las pantallas. Considera que el peligro son los m¨®viles y, de hecho, los informes europeos indican que cuanto m¨¢s formados est¨¢n, m¨¢s uso dan a estas Tecnolog¨ªas de la Informaci¨®n y la Comunicaci¨®n (TIC).
El mayor ¨ªndice de uso de Internet a diario se encuentra entre los j¨®venes de 16 a 19 (de 25 a 29 se reduce levemente). ¡°El uso de las TIC est¨¢ muy extendido entre los ni?os y los j¨®venes y, en algunos casos, est¨¢ llegando a la saturaci¨®n¡±, puede leerse en las conclusiones del informe de Eurostat (Being Young in Europe Today) que retrata a los adolescentes europeos. Seg¨²n este estudio, estos cada vez pasan m¨¢s tiempo consumiendo medios digitales que leyendo libros. Seg¨²n las investigaciones de la Fundaci¨®n Telef¨®nica (en?Sociedad Digital en Espa?a 2017), se indica que la mitad de los j¨®venes espa?oles consumen entre el 90% y el 100% de su tiempo en red sobre la pantalla del m¨®vil.
Junto a la escuela y la familia, los bibliotecarios son un factor clave en el compromiso de acercar los libros a los adolescentes, pero han detectado un fallo en las lecturas curriculares en la escuela. ¡°Son buenas obras, pero totalmente alejadas de sus intereses. Tom Sawyer?nada tiene que ver con nuestros adolescentes¡±, cuenta Pedro Valverde, jefe de la Unidad del Libro y la Lectura de la Comunidad de Madrid. Dice que el c¨®mic es un g¨¦nero que aguanta mejor la deserci¨®n y que en sus centros han creado actividades que contienen la fuga de cerebros de las bibliotecas. Hacen talleres de Instagram o rob¨®tica. ¡°Los llamamos escaparates para que vengan y se relacionen con la lectura¡±, explica.
El uso de las TIC est¨¢ muy extendido entre los ni?os y los j¨®venes y est¨¢ llegando a la saturaci¨®n
Adem¨¢s, a partir de los 14 a?os las tareas y los estudios crecen en tiempo y el momento de ocio se lo entregan a las redes sociales ¡°y esto empieza a ser muy preocupante¡±. Gemma Lluch es profesora de la Universidad de Valencia, en la Facultat de Filologia, Traducci¨® i Comunicaci¨® y alerta de la presencia de la ¡°abducci¨®n digital¡± por la que atraviesan los adolescentes. ¡°Por eso no tienen tiempo para la lectura¡±, comenta. Y, sin embargo, encuentra en los booktubers una comunidad que asienta los h¨¢bitos lectores, porque no hay ni rastro de obligaci¨®n, porque el esfuerzo y la atenci¨®n se camuflan en comunidad. ¡°Las lecturas obligatorias matan la lectura¡±, asegura Mar¨ªa Bohigas, editora de Club Editor, que se?ala c¨®mo cuando llega la adolescencia a la vida de alguien, la influencia familiar desaparece. Algo similar ocurre con el ¨²ltimo estreno de la nueva serie, que acaba con los tiempos de lectura... de los adultos.
Babelia
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