Cuatro ¡®thrillers¡¯ que no te dejar¨¢n dormir
Una selecci¨®n de lo que m¨¢s nos ha gustado en el g¨¦nero para que puedan elegir. Los cuatro son distintos, buenos y adictivos
En un mundo editorial en el que las apuestas por el thriller no paran de surgir, creo que no est¨¢ mal hacer una peque?a selecci¨®n. Como siempre, no incluye todo lo bueno que hay en el mercado, pero s¨ª lo mejor de lo que me he le¨ªdo ¨²ltimamente. Ya se ha hablado mucho del ¨²ltimo Premio Nadal (aqu¨ª les dejo, por ejemplo, la cr¨ªtica de Babelia) pero resulta que es un excelente homenaje a algunas de las mejores cosas del g¨¦nero. ?Thriller? S¨ª, aunque un poco en los m¨¢rgenes y a otro ritmo. Tambi¨¦n elegimos a uno de los reyes, si no el rey, del g¨¦nero en Francia y a una autora que ha acertado en sus tres apuestas novelescas por el domestic noir. Por ¨²ltimo, uno de los escritores que no falla cada vez que aborda un caso. Son cuatro propuestas adictivas, libros que me han costado horas de sue?o. Espero que les ocurra lo mismo. Pasen y lean.
Una maldita historia, Bernard Minier (Black Salamandra, traducci¨®n de M? Dollors Gallart). Minier abandona aqu¨ª al comisario Servaz que tan buenos resultados literarios y comerciales le ha dado para meterse de lleno en una historia que recuerda a los mejores del g¨¦nero y que homenajea al gran thriller americano. Primera sorpresa: la historia est¨¢ en primera persona y el protagonista es un joven de 16 a?os en una isla al norte de EE UU, en la costa del Pac¨ªfico. El chico discute con su novia en el ferry que les lleva a casa y ella desaparece. ?l se convierte desde el primer momento en el principal sospechoso y ya saben lo que sigue. O eso creen. Porque aqu¨ª todo cambia y para bien. Poco a poco, Minier nos muestra las miserias de la isla, infidelidades, envidias, secretos, cr¨ªmenes. Cuando incluye a un detective letraherido, Noah, un tipo oscuro e inteligente, sorprende que no se eche en brazos de un personaje tan atractivo. Cuando aparece un malo que tiene relaci¨®n con el negocio de la seguridad nacional y el espionaje, la novela coge otra altura, se emparenta con el mejor David Baldacci. Cuando, en cambio, acelera la trama, recuerda al ¨²ltimo Dennis Lehane. Cuando se pone terror¨ªfico te lleva al terreno de Stephen King. ?El objetivo? Clavar un thriller que haga justicia a la palabra. Misi¨®n cumplida, monsieur Minier.
Qu¨¦date conmigo, B. A. Paris (ADN, traducci¨®n de Pilar de la Pe?a). Va otra de mujer desaparecida pero completamente distinta a la anterior. Flynn y Layla son pareja, se quieren, molan. Tienen dinero y buena posici¨®n social. Pero tras parar en una gasolinera ella desaparece. O no. A partir de ah¨ª, un juego tan arriesgado como efectivo, que tan pocas veces funciona pero al que al parecer Paris tiene cogido el truco. Distintas perspectivas y tono para ir cayendo poco a poco en la trampa tejida por esta autora que ya triunf¨® en sus dos primeros domestic noir. Ves o crees ver, justificas a unos y a otros, avanzas. El lado oscuro del personaje masculino no lo es todo. No era f¨¢cil seguir la misma senda tras debutar con el pelotazo que supuso A puerta cerrada, pero en Confusi¨®n (las dos en ADN) sigue apurando, arriesgando y sosteniendo todo en una prosa ante todo efectiva y un gran sentido del ritmo. Son novelas con mujeres que parecen y son v¨ªctimas, pero no solo. Son jugadas arriesgadas, que enganchan, que se olvidan cuando se terminan pero de las que no te despegas mientras est¨¢s metido. En esta se guarda una maldad para la frase final. No dir¨¦ m¨¢s.
Los cr¨ªmenes de Alicia, Guillermo Mart¨ªnez (Destino). Vamos de una mujer desaparecida a otra y de una autora que repite f¨®rmula con acierto a otro. Guillermo Mart¨ªnez se ha llevado el Premio Nadal 2019 por esta novela que sigue la senda abierta por Cr¨ªmenes imperceptibles (Los cr¨ªmenes de Oxford para los lectores espa?oles y amantes del cine). A saber: Oxford y su comunidad cerrada, un delicado tono intelectual, un magistral control del ritmo y personajes muy bien construidos. El argumento ya lo conocen: un alumno de matem¨¢ticas y su sabio profesor tratan de resolver una serie de asesinatos que aparentemente se basan en Alicia en el pa¨ªs de las maravillas. Por medio, un caso real, el hallazgo de las?partes perdidas del diario de Lewis Carroll y la eterna sospecha sobre su comportamiento con ni?os y adolescentes. Se nota que al autor le gusta el escenario (vivi¨® dos a?os all¨ª mientras estudiaba), que adora el g¨¦nero (se permite eliminar de una vez sospechosos que a otros autores les habr¨ªan durado hasta el final). Tampoco tiene miedo a lo intelectual y las referencias a Pierre Menard, a Borges, al Poe de La carta cerrada o a teor¨ªas y juegos matem¨¢ticos son un perfecto acompa?amiento, y nunca un engorro o una exhibici¨®n de saberes, de la trama. Hay veces en las que si no fuera porque aparece un Bentley, qu¨¦ otro coche si no, o se hace referencia a un correo electr¨®nico recibido uno pensar¨ªa que est¨¢ a mediados del siglo XVIII jugando a las matem¨¢ticas y la resoluci¨®n de enigmas con un grupo de ilustrados. Funciona como un thriller literario a la d¨¦cima parte de la velocidad de los otros, pero engancha igual. Una delicia.
La verdad m¨¢s profunda, Michael Koryta (RBA, traducci¨®n de?Montse Trivi?o). Ya habl¨¦ de ¨¦l hace a?os porque me parec¨ªa, y no solo a m¨ª, de lo m¨¢s relevante del panorama mundial de novela negra. Koryta tiene una virtud: parte de planteamientos cl¨¢sicos que revienta por alg¨²n lado, no es estramb¨®tico ni muy original, pero siempre funciona. En este caso nos presenta a un agente del FBI con serios problemas en su pasado familiar que vuelve a su pueblo?¨Call¨ª donde se invocan todos sus males¨C para tratar de resolver la desaparici¨®n de dos j¨®venes. Tiene un sospechoso y el testimonio de una testigo yonqui y poco m¨¢s. Con esos ingredientes, cualquiera con tanto oficio como Koryta habr¨ªa tirado 200 p¨¢ginas pero aqu¨ª el autor se carga el planteamiento y camina por otro lado. La trama criminal se mezcla con la vida de este hombre, prometedor agente marcado por un abuelo maltratador y turbio, y con algo de mucha actualidad: la plaga de adicci¨®n a la hero¨ªna en EE UU. Una pregunta queda en el aire cuando se muestran las distintas versiones, una pregunta que siempre queda tras un buen thriller: ?hasta qu¨¦ punto se puede estar seguro de la verdad?
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