?msterdam ofrece la imagen m¨¢s completa de Rembrandt
El Rijksmuseum expone por primera vez juntas casi todas las obras del maestro del Siglo de Oro que guarda en sus fondos
Las antol¨®gicas reviven en cierto modo al artista que homenajean, y 350 a?os despu¨¦s de la muerte de Rembrandt, el Rijksmuseum de ?msterdam ha tomado una decisi¨®n hist¨®rica. Posee la mayor colecci¨®n del mundo de pinturas del maestro del Siglo de Oro (22 lienzos) y ahora las expone juntas en sus salas. A su lado, ha dispuesto 60 dibujos y m¨¢s de 300 grabados, pr¨¢cticamente Todos los rembrandts -as¨ª se titula la muestra, abierta hasta el 10 de junio- de sus fondos.
La exposici¨®n sigue sus inicios como pintor, ilustra la ¨¦poca de los retratos de familia, recuerda su pasi¨®n por plasmar a las personas de la calle y no se olvida de las escenas b¨ªblicas. Tampoco faltan los autorretratos, que hacen part¨ªcipe al espectador del paso del tiempo, sus alegr¨ªas y desdichas.
Es la vida misma, de la mano del "pintor del pueblo". La expresi¨®n corresponde a Taco Dibbits, director de la pinacoteca, que cifra la atracci¨®n generada por Rembrandt en un hecho: "Nos pinta como somos y nos vemos reflejados en sus caras; por eso le resulta tan cercano a todas las generaciones". Para Dibbits, la evoluci¨®n del pintor va m¨¢s all¨¢ del l¨®gico aprendizaje del oficio a base de tiempo. Muy poco, en este caso, porque a los 28 a?os era ya la firma m¨¢s requerida de Holanda. "Comprende que la gente necesita otro tipo de pincelada. De ah¨ª que en sus telas haya seres humanos aut¨¦nticos, no modelos, y de todas las clases sociales", a?ade.
Su entusiasmo no desentona si se miran los retratos de Maarten y Oopjen Soolmans, el adinerado matrimonio de ?msterdam que en 1634 encarg¨® sendos lienzos de cuerpo entero, del estilo habitual en la nobleza, para presentarse en sociedad. Posaron vestidos de negro brillante y con encajes a¨²n m¨¢s esplendorosos que muestran su condici¨®n de nuevos ricos. Y, con ellos, la ternura de la declaraci¨®n de amor de La novia jud¨ªa (1665). O la tristeza contagiosa de Jerem¨ªas lamentando la destrucci¨®n de Jerusal¨¦n(1630).
El Rijksmuseum conoce el poder de atracci¨®n de los lienzos, pero esta vez apuesta por los dibujos y grabados. Con marcos modernos y paspart¨²s grises, componen un festival en blanco y negro y sepia. Son tan peque?os que es preciso acercarse para comprobar que se trata, por ejemplo, del famoso Autorretrato con los ojos muy abiertos (1630). Reproducido a menudo en gran formato, rebosa expresividad. "Es el artista que m¨¢s se retrata a s¨ª mismo, el modelo m¨¢s f¨¢cil. No le interesa la belleza, sino la verdad, y por eso grab¨® y dibuj¨® sin parar, porque era un perfeccionista", incide Dibbits.
El primer hereje del arte
Para Jonathan Bikker, conservador del museo y autor deRembrandt, biograf¨ªa de un rebelde, "fue el primer hereje del arte, que romp¨ªa las normas y pintaba lo que otros no hac¨ªan", por ejemplo, "mujeres desnudas que no eran diosas griegas, sino lavanderas o ancianas llenas de arrugas". Dibbits apunta que los surcos de la piel "eran el mejor motivo de inspiraci¨®n, aunque choque el reflejo de una vejez sin edulcorar".
La apoteosis de la muestra contrasta con el triste final del creador. Vital, laborioso y gastador, perdi¨® a Saskia, su querida esposa, y a tres de sus hijos. A los 63 a?os estaba arruinado y Tito, el ¨²nico v¨¢stago var¨®n superviviente, abri¨® un negocio de arte y lo contrat¨® como pintor para evitar que su obra acabara embargada por las deudas. Pero eso no le sac¨® de la ruina y, a su muerte en 1669, fue enterrado an¨®nimamente en la iglesia de Westerkerk, en ?msterdam. No ten¨ªa dinero para pagar una l¨¢pida con su nombre y los historiadores creen que puede yacer en alg¨²n lugar de la pared norte del templo junto a su hijo, fallecido apenas 11 meses antes a los 27 a?os.
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