Pedro S¨¢nchez busca el apoyo del mundo de la cultura para las elecciones
El presidente reivindica la importancia de las artes en un acto en Moncloa al que asisten creadores como Pepe Viyuela, Rosa Montero o Gerardo Vera
Una biblioteca o un quir¨®fano. La decisi¨®n es obligada: hay que cerrar uno. Pero ?cu¨¢l? Pedro S¨¢nchez lo tuvo claro: ¡°Ninguno de los dos¡±. El presidente del Gobierno resolvi¨® as¨ª el dilema que ¨¦l mismo hab¨ªa planteado. ¡°La renuncia nos amputar¨ªa por igual. La cultura no puede ser la hermana pobre de las crisis econ¨®micas¡±, agreg¨®. Sus palabras sonaron como una caricia para los creadores que asist¨ªan al acto. Otra, en el fondo, ya fue su presencia. ¡°Los representantes de la cultura pocas veces tenemos la oportunidad de estar frente al presidente del Gobierno¡±, afirm¨® Jes¨²s Cimarro, director del festival de teatro cl¨¢sico de M¨¦rida. La ocasi¨®n, en teor¨ªa, era un encuentro para reivindicar el rol de las artes en la Agenda 2030 de la ONU para un futuro sostenible. En la pr¨¢ctica, la cita quiso m¨¢s bien mostrar la sinton¨ªa entre el Gobierno y los artistas que acudieron a su llamada a Moncloa. Solo falta un mes y medio para las elecciones del 28 de abril.
Lo cierto, de hecho, es que la cultura ni siquiera aparece entre las claves de la Agenda 2030. El proyecto ¡ªun compromiso promovido por las Naciones Unidas en 2015 para alcanzar un planeta m¨¢s justo y vivible¡ª se levanta sobre 17 objetivos, como el ¡°hambre cero¡±, la igualdad de g¨¦nero o la protecci¨®n de la vida submarina. Para las artes, ni una menci¨®n. Eso s¨ª, la cultura se cita muchas veces en la letra peque?a del plan, donde se detalla su desarrollo, como fuerza transversal necesaria y fundamental en muchas de las pol¨ªticas previstas. Aunque S¨¢nchez fue m¨¢s all¨¢. ¡°Los tres pilares de la agenda son la lucha contra la pobreza, la desigualdad y el cambio clim¨¢tico. Pero la cultura es el cuarto¡±, asegur¨® el presidente del Gobierno. Antes, el ministro de Cultura, Jos¨¦ Guirao, ya hab¨ªa defendido que el sector art¨ªstico es ¡°una corriente a la vez visible y subterr¨¢nea¡± que fluye por todo el proyecto de la ONU.
Desde las butacas, escuchaban creadores como Rosa Montero, Sergio del Molino, Carlos Hip¨®lito, Pepe Viyuela, Alicia Mart¨ªn, Gerardo Vera, Antonio Resines, Elvira Lindo, Carme Portaceli, Emilio Guti¨¦rrez Caba o Carme Riera. En septiembre, el presidente ya hab¨ªa contado con otras caras conocidas, en un acto que sellaba sus 100 d¨ªas de Gobierno: Concha Velasco, Lorenzo Silva o los Javis. Tal vez, los responsables del Ejecutivo buscaran recuperar el abrazo del que disfrut¨® el anterior mandatario del PSOE, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, ante la campa?a electoral de 2008. Por aquel entonces, estrellas como Joaqu¨ªn Sabina, Joan Manuel Serrat, Ana Bel¨¦n, Miguel R¨ªos, Pedro Almod¨®var, Miquel Barcel¨®, Jos¨¦ Luis Cuerda, Juan Goytisolo o Marisa Paredes conformaron incluso la Plataforma PAZ, que reuni¨® 22.000 firmas bajo un manifiesto que instaba a votar por el candidato socialista. Hasta Daniel Barenboim, Carlos Fuentes, Jos¨¦ Saramago o Bernardo Bertolucci acabaron secundando el proyecto. Algunos de estos creadores, mientras, han fallecido. De los otros, ninguno se dej¨® ver por Moncloa.
S¨ª estuvo ?ngela Armero, guionista de series como Velvet u Hospital Central. Nerviosa, ya que normalmente los jueves anda ¡°en casa escribiendo¡± y no hablando en p¨²blico, pero satisfecha por los avances: en la aprobaci¨®n del Estatuto del Artista, por ejemplo, o en el ¨¦xito del audiovisual nacional. ¡°Antes se dec¨ªa que una pel¨ªcula o una serie no parec¨ªan espa?olas, para alabarlas¡±, record¨®. Aunque tanto ella como los otros tres creadores que desfilaron ante el micr¨®fono (Cimarro, la acad¨¦mica de la RAE Carme Riera y la programadora de videojuegos Valeria Castro) pidieron al Ejecutivo un esfuerzo ulterior, por la protecci¨®n de la propiedad intelectual y de su sector. Cimarro aprovech¨® para reiterar su tradicional caballo de batalla: un pacto de Estado por la cultura. Obtuvo, de momento, la promesa de S¨¢nchez de sumarse a ello y de que el acuerdo incluya el compromiso de que el ministerio correspondiente nunca desaparezca, ¡°gobierne quien gobierne¡±. El presidente tambi¨¦n escuch¨® como Castro le instaba a un mayor compromiso: ¡°El videojuego es joven y nadie lo ha apadrinado todav¨ªa culturalmente. Podemos ser exportadores, o meros consumidores¡±.
Todos, eso s¨ª, subrayaron el valor tanto econ¨®mico como social y abstracto de la cultura. S¨¢nchez record¨® que supone el 3,3% del PIB ¡ªsi se suman las actividades vinculadas a la propiedad intelectual¡ª y que su Gobierno recuper¨® un ministerio ad hoc para las artes. En los Presupuestos que el Ejecutivo propuso y el Congreso tumb¨®, el sector subi¨® un 10% su dotaci¨®n, pero supon¨ªa casi lo mismo que en los ¨²ltimos a?os del PP: el 0,3% del gasto total. Se habl¨® tambi¨¦n de la importancia de la ¡°industria cultural¡± y de que es tan necesaria como el genio creativo: actualmente, los datos oficiales muestran que el 60% de las empresas culturales son simplemente una persona f¨ªsica y el 93,3% oscila entre ninguno y cinco asalariados.
¡°Picasso dec¨ªa que la pintura no est¨¢ hecha para decorar una habitaci¨®n. La cultura tambi¨¦n es acci¨®n: ayuda a construir una sociedad cr¨ªtica, la transforma para bien. No podemos imaginar un mundo sin artistas¡±, agreg¨® el presidente. Defendi¨® la necesidad de una mayor igualdad y diversidad, y c¨®mo los creadores y sus obras pueden contribuir a ello, y a?adi¨®: ¡°La cultura contribuye a generar un mundo menos contradictorio y m¨¢s humano¡±. Donde no cierren los quir¨®fanos, pero tampoco las bibliotecas.
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