Cuando Garc¨ªa M¨¢rquez quiso ser corresponsal en Madrid
Una carta descubierta en un archivo estadounidense desvela que el escritor, de cuya muerte se cumplen cinco a?os, pidi¨® instalarse en la ciudad al director de ¡®El Espectador¡¯ tras su salida de Colombia en 1955
Cuando el joven periodista?Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez tuvo que dejar Colombia en 1955 ¡ªhab¨ªa hecho enfurecer al Gobierno del dictador Rojas Pinilla por una serie de reportajes en la que vinculaba con el contrabando el accidente de un barco lleno de militares¡ª comenz¨® una etapa de exilio errante por Europa, que le llev¨®, entre otras ciudades, a Ginebra, Roma y, sobre todo, a Par¨ªs, asegura el bi¨®grafo del Nobel Dasso Sald¨ªvar. Pero tambi¨¦n pas¨® por Madrid, la capital de otra dictadura, la franquista, donde pidi¨®, aquel mismo a?o de 1955, al peri¨®dico El Espectador de Bogot¨¢ quedarse como corresponsal.
¡°Fue una de las ideas que les propuso a sus jefes en Colombia por aquella ¨¦poca. Es algo todav¨ªa un poco difuso y que habr¨¢ que estudiar m¨¢s, pero parece que Garc¨ªa M¨¢rquez pudo haberse establecido profesionalmente en Madrid¡±, cuenta el investigador del Whitman College ?lvaro Santana Acu?a sobre una carta fechada en 1955 y conservada por el Centro Harry Ransom de Humanidades de la Universidad de Texas, en Austin. Se trata, sin duda, de una de las sorpresas que ha encontrado al estudiar la correspondencia que mantuvo durante a?os el escritor con Guillermo Cano, director?de El Espectador?asesinado por sicarios de Pablo Escobar en 1986. ¡°Garc¨ªa M¨¢rquez estuvo en Madrid y le propuso a Cano una columna de temas espa?oles, como por ejemplo un reportaje sobre P¨ªo Baroja¡±, a?ade el investigador.
Las cartas de Garc¨ªa M¨¢rquez a Cano fueron adquiridas a finales del a?o pasado por el Harry Ransom para seguir nutriendo sus ya gigantescos fondos sobre el autor, que incluyen desde finales de 2014 el archivo personal de Garc¨ªa M¨¢rquez, que naci¨® en Aracataca (Colombia) en marzo de 1927 y muri¨® en M¨¦xico en abril de 2014, hace hoy exactamente cinco a?os.
La correspondencia con Cano, cuenta Santana Acu?a, llena un hueco muy importante en la biograf¨ªa del escritor, sobre sus penurias econ¨®micas en Par¨ªs o los reportajes que escribi¨® durante aquellos a?os en la Europa del Este: ¡°Algunos de ellos, sobre la vida en los pa¨ªses comunistas, pensaba que eran de sus mejores reportajes¡±, apunta el especialista. Pero tambi¨¦n incluye una misiva en la que Garc¨ªa M¨¢rquez le explica a Cano que est¨¢ escribiendo una novela titulada Cien a?os de soledad y le env¨ªa un fragmento que se public¨® en El Espectador en 1966. ¡°En la carta reconoce que es la primera vez en su vida que publica un fragmento de una novela que todav¨ªa no se ha publicado y que lo hace precisamente un poco siguiendo la pauta que hab¨ªan marcado algunos de los grandes escritores de la ¨¦poca, como Carlos Fuentes o Mario Vargas Llosa¡±, explica Santana Acu?a.
Este hecho ¡ªdespu¨¦s publicar¨ªa otros siete fragmentos m¨¢s en distintos medios que se distribu¨ªan en Latinoam¨¦rica, Norteam¨¦rica y Europa para pulsar la acogida de los mismos¡ª es fundamental para entender el proceso de profesionalizaci¨®n como escritor de Garc¨ªa M¨¢rquez, que es a su vez la base del libro que este investigador canario publicar¨¢ el a?o que viene sobre los descubrimientos que ha hecho estudiando la ingente documentaci¨®n del Harry Ransom: solo del archivo personal son 78 cajas de documentos, 43 ¨¢lbumes de fotos y 22 cuadernos de recortes y notas, parcialmente digitalizado y abierto para consulta. Unos documentos que le permiten ¡°reconstruir el proceso por el que Garc¨ªa M¨¢rquez pasa de ser un talentoso escritor colombiano a un escritor latinoamericano y global¡±, asegura.
Ese modo de trabajar tiene mucho que ver con una casi obsesiva b¨²squeda de opiniones externas y correcciones de los textos que, en el caso de Cien a?os de soledad, se concreta en los fragmentos anticipados en distintos medios, adem¨¢s de permanentes consultas a amigos, colegas y cr¨ªticos. Entre ellos, se cuentan el poeta ?lvaro Mutis, la actriz Mar¨ªa Luisa El¨ªo y su marido, el cineasta Jomi Garc¨ªa Ascot (a quienes le¨ªa el libro, seg¨²n lo iba escribiendo, casi a tiempo real), el cr¨ªtico Emmanuel Carballo y el escritor Carlos Fuentes (a quien envi¨® las primeras 80 p¨¢ginas) y sus amigos del grupo literario de Barranquilla.
Los tachones de los manuscritos del autor dan fe de ese procedimiento de mejora, pero tambi¨¦n el hecho de que entre el primer cap¨ªtulo que se public¨® en mayo de 1966 en El Espectador y el de la edici¨®n final de 1967 ¡°hay hasta 42 cambios significativos¡±. Un ejemplo: las casas de Macondo que al principio eran de ¡°adobe¡± acabaron siendo de ¡°de barro y ca?abrava¡±.
Documentos in¨¦ditos
Ese proceso tambi¨¦n estar¨¢ en el centro de la exposici¨®n que ¨¦l mismo est¨¢ dirigiendo como comisario y que se podr¨¢ ver a partir de febrero del a?o que viene en el Harry Ransom en Austin, Texas, bajo el t¨ªtulo Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, la creaci¨®n de un escritor global. El investigador promete ¡°documentos in¨¦ditos y poco conocidos¡± y explica que habr¨¢ una secci¨®n que mostrar¨¢ los distintos momentos de su vida, otra dedicada exclusivamente a la creaci¨®n de Cien a?os de soledad y a su impacto, otra sobre su activismo pol¨ªtico y una m¨¢s dedicada a los manuscritos de otras obras como El amor en los tiempos del c¨®lera o Cr¨®nica de una muerte anunciada, ¡°para que se vean diferentes cambios en el proceso de trabajo a lo largo de su vida¡±.
Tambi¨¦n habr¨¢ una parte dedicada a la trascendencia global de su obra, con ejemplos de aquellos escritores a los que ha influido en todo el mundo (desde Toni Morrison a Haruki Murakami) y tambi¨¦n de los que se nutri¨® el colombiano. ¡°En el Harry Ransom hay documentaci¨®n que vamos a poder mostrar, por ejemplo, de James Joyce, Jorge Luis Borges o William Faulkner, y tambi¨¦n estamos en conversaciones para que se pueda exhibir el manuscrito de Rayuela, de Cort¨¢zar¡±, se?ala Santana Acu?a.
Se pondr¨¢n en di¨¢logo recursos narrativos como el mon¨®logo de varias p¨¢ginas de Fernanda del Carpio tras enfadarse con su marido en Cien a?os de soledad y el de Molly Bloom al final del Ulises, de Joyce. O la t¨¦cnica de los narradores y las perspectivas m¨²ltiples de Mientras agonizo y La hojarasca. O las relaciones estil¨ªsticas entre El viejo y el mar, de Hemingway, y Relato de un n¨¢ufrago (el libro en el que Gabo reuni¨® en 1971 la serie de reportajes que le cost¨® en 1955 la enemistad con el Gobierno colombiano del dictador Rojas Pinilla).
La inauguraci¨®n de la exposici¨®n est¨¢ prevista para los primeros d¨ªas de febrero de 2020, para permanecer en el centro de Austin hasta junio. Despu¨¦s, los organizadores ya est¨¢n en conversaciones con museos de M¨¦xico para que la exposici¨®n viaje all¨ª a principios de verano.
Un festival de periodismo en Barcelona para celebrar a Gabo
Barcelona trabaja para acoger en la primavera de 2020 un festival de periodismo organizado por la Fundaci¨®n Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), fundada por Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez en 1995. Jaime Abello, su director general, explica que la idea es hacer una r¨¦plica, m¨¢s peque?a, del festival que la organizaci¨®n celebra en oto?o en la ciudad colombiana de Medell¨ªn, con debates y ponencias sobre los retos y el futuro de la profesi¨®n period¨ªstica. En 2018 reuni¨® a unos 15.000 asistentes. Uno de los principales objetivos de la fundaci¨®n con estos encuentros es devolver a la sociedad la confianza en el periodismo de calidad.
Entre todas las ciudades en las que residi¨® el Premio Nobel de Literatura, Barcelona siempre ocup¨® un lugar especial para el escritor. All¨ª vivi¨® entre 1967 y 1975 y despu¨¦s nunca dej¨® de visitarla.
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