Anne Hidalgo: ¡°La fuerza de la catedral de Notre Dame va m¨¢s all¨¢ de lo religioso¡±
La alcaldesa de Par¨ªs recuerda las horas del incendio del hist¨®rico edificio y reflexiona sobre su impacto
Anne Hidalgo lleva cinco a?os al mando de Par¨ªs y, en esta posici¨®n, ha vivido momentos de dureza extrema como los atentados terroristas de 2015. Pero hay cosas que no dejan de sorprenderle. ¡°Lo que ocurre aqu¨ª crea una emoci¨®n universal, planetaria. Soy la alcaldesa de esta ciudad y, cada vez, me conmueve y me fascina¡±, dijo ayer en una entrevista con los corresponsales del grupo de diarios europeos LENA. Acaso el autor decimon¨®nico que escribi¨® la gran novela de la catedral de Par¨ªs lo explic¨® mejor que nadie. ¡°Victor Hugo dec¨ªa que Par¨ªs pertenece al g¨¦nero humano¡±, recuerda.
Hidalgo (San Fernando, C¨¢diz, 1959) mira por la ventana de su despacho en el Ayuntamiento. ¡°Yo estaba aqu¨ª cuando vimos los primeros humos¡±, recuerda. Enfrente, Notre Dame, o lo que queda de ella. Ah¨ª est¨¢n las dos torres, supervivientes de las llamas que el lunes destrozaron el tejado de la catedral y derribaron el pin¨¢culo. En seguida Hidalgo y su equipo se desplazaron a la isla de la Cit¨¦, donde se eleva el templo. De aquella noche, dice, recuerda la angustia, las l¨¢grimas contenidas, la impotencia, ¡°aunque los bomberos estaban ah¨ª, y cuando los bomberos de Par¨ªs llegan, sabemos que todo estar¨¢ bajo control¡±.
No han pasado 48 horas desde que, poco antes de las siete de la tarde, se declar¨® el incendio, pero la alcaldesa de Par¨ªs sabe que, de aquella noche larga e incierta en la que lleg¨® a temerse por el derrumbe de todo el edificio, le quedar¨¢ grabada una imagen. Hidalgo se encontraba en una sala de la prefectura de la polic¨ªa, junto a Notre Dame. Junto a ella, el presidente Emmanuel Macron, el primer ministro ?douard Philippe, el arzobispo de Par¨ªs, Michel Aupetit, y el rector de la catedral, Patrick Chauvet. Tambi¨¦n el general de los bomberos, Jean-Claude Gallet.
¡°El general dijo que, para salvar las torres, hab¨ªa que intervenir y hacer subir a diez hombres, con un riesgo consentido. Es decir, diez hombres que no sab¨ªamos si volver¨ªan a bajar. Fue un momento¡ Nadie habla, todos confiamos en ¨¦l¡±, relata en tiempo presente. ¡°Todos recordaremos este momento: su rostro y el rostro de todos nosotros, en una especie de recogimiento¡±. Despu¨¦s se dirigieron a la plaza frente a la catedral. Les llegaban las im¨¢genes a¨¦reas de los drones, una ayuda valiosa en la operaci¨®n. En la pantalla los bomberos eran lucecitas que se mov¨ªan por la torre mientras intentaban salvarla de las llamas. ¡°Era extremadamente peligroso. Pero entraron. Y ganaron¡±.
La victoria es indudable. Ning¨²n muerto. Dos polic¨ªas y un bombero heridos leves. Y Notre Dame, aunque disminuida, se mantiene en pie, como puede verse desde este inmenso despacho del Ayuntamiento: una vecina casi milenaria y achacosa, siempre ah¨ª. Ahora el debate es doble. Primero, sobre si podr¨ªa haberse evitado el incendio. ¡°Es demasiado temprano para decirlo. Sabemos que estos edificios son vulnerables, en general, cuando hay obras¡±, afirma la alcaldesa. Este era el caso de Notre Dame.
El segundo debate: c¨®mo reconstruirla. Macron ha fijado un plazo de cinco a?os. ?Suficiente? ¡°Pienso que s¨ª, sin duda¡±, sostiene Hidalgo. ¡°Con frecuencia, en este tipo de situaciones, lo que es muy dif¨ªcil es recaudar fondos y disponer de los medios para la reconstrucci¨®n¡±, a?ade. Y recuerda que hace unos a?os se firm¨® un acuerdo entre la ciudad de Par¨ªs, Notre Dame y el Estado franc¨¦s, que es propietario de la catedral, para levantar fondos para renovarla. Las obras empezaron con seis millones, aportadas a partes iguales, muy lejos de los cerca de 900 millones recaudados tras el incendio. ¡°Ahora la solidaridad nacional e internacional es tal, que pienso que no habr¨¢ problemas para poner en marcha la renovaci¨®n¡±, dice.
Hidalgo, la pol¨ªtica socialista m¨¢s relevante hoy en Francia, es consciente de las cr¨ªticas a los multimillonarios que se han agolpado a donar decenas de millones para las piedras de Notre Dame. No las comparte. ¡°Ya saben que estoy a favor de las pol¨ªticas redistributivas y que soy una socialdem¨®crata que considera que vivimos en un pa¨ªs y en una Europa en la que no hay suficiente justicia social¡±, dice. ¡°Pero encuentro importante que las personas que tienen m¨¢s medios, las grandes fortunas de Francia y del mundo, decidan aportar sus medios¡±. ¡°?Saben? Creo que la historia y el patrimonio es lo que nos une¡±, contin¨²a. ¡°En la defensa del patrimonio hay valores humanistas, y si se expresan as¨ª, tanto mejor¡±.
Par¨ªs conmueve al mundo, pero tambi¨¦n conmueve Notre Dame, un templo cat¨®lico en el pa¨ªs donde el catolicismo est¨¢ en crisis y que tiene en la laicidad ¡ªla separaci¨®n estricta entre iglesias y Estado y el respeto a la libertad de culto¡ª una se?a de identidad irrenunciable. ¡°Los papeles del poder religioso y pol¨ªtico en Francia est¨¢n muy claros. Y hoy la fuerza de Notre Dame va m¨¢s all¨¢ de lo religioso¡±, responde Hidalgo. ¡°Es quiz¨¢ la madre de todas las iglesias, una referencia en todo el mundo, con Bel¨¦n, el Santo Sepulcro y Roma, claro. Pero, m¨¢s all¨¢ de esto, es un monumento y un lugar que pertenece a todos y todas los que aman Par¨ªs y aman esta historia¡±. No le sorprende que las ventas de Nuestra Se?ora de Par¨ªs, la novela de Victor Hugo que en parte cre¨® el mito de Notre Dame, se haya disparado. ¡°Es ¨¦l quien hizo que esta historia se convierta en la nuestra¡±.
La 'resiliencia' de Par¨ªs
Nacida en Espa?a e hija de inmigrantes en Francia, la alcaldesa Anne Hidalgo es un ejemplo de la capacidad de integraci¨®n de la Rep¨²blica, hoy tan cuestionada, y de la fuerza de los nuevos franceses para construirla. Quiz¨¢ por este motivo, como muchas personas con un pie en m¨¢s de un pa¨ªs, mantiene una mirada sobre esta sociedad a la vez muy cercana y a media distancia. Hoy constata, como ocurri¨® tras los atentados yihadistas de enero y noviembre de 2015 en la capital francesa y salvando las distancias con aquellas matanzas, la capacidad de resistencia de los parisinos. Es el fluctuat nec mergitur, lema en lat¨ªn de Par¨ªs que puede traducirse se tambalea pero no se hunde. "S¨ª, la resiliencia aparece en seguida. Pero es que creo que la sociedad francesa es as¨ª. Es gente que quiere intercambiar, abierta al mundo, que quiere una vida m¨¢s bella para ellos y sus hijos. No es tal como se la describe, ni como se describe a s¨ª misma, como algo fracturado y permanentemente dividido", dice. Los momentos como el incendio en Notre Dame, o los atentados, provocan una especie de comuni¨®n nacional, como se?al¨® en presidente Emmanuel Macron en un discurso el martes. Hidalgo cree permiten a los franceses descubrir "que nos quieren y que quiz¨¢ nosotros no nos queremos lo suficiente".
Babelia
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