Un viaje por la pasi¨®n, el poder y la pol¨ªtica de la ¨®pera
Un exposici¨®n recorre los grandes hitos de la historia de g¨¦nero en el CaixaForum de Madrid
La Venecia desaforada del barroco, el Par¨ªs que encamina la Grandeur. Leningrado bajo el cerco de Stalin; Londres dieciochesco, con la corte en llamas. Barcelona revuelta y encarando el siglo XX; Mil¨¢n conformando mediante la m¨²sica una identidad nacional. Viena alegre, p¨ªcara y espumeante; Dresde, cruzada por la crisis y los traumas colectivos¡ Son ciudades dispares en sus climas, sus idiomas y sus gentes. Pero unidas por los v¨ªnculos de otro lenguaje: la ¨®pera. En ellas y en lo que ocurri¨® en diversos periodos se centra la exposici¨®n ?pera: poder, pasi¨®n y pol¨ªtica, que viaja del Victoria and Albert Museum de Londres al CaixaForum de Madrid y ha sido inaugurada este jueves.
En cada una de las ocho ciudades escogidas ocurri¨® algo que cambi¨® la historia del g¨¦nero. ¡°Una transformaci¨®n a partir de la cual, este arte no volver¨ªa a ser el mismo¡±, asegura Kate Bailey, comisaria de la muestra y conservadora del departamento de artes esc¨¦nicas del museo londinense. ¡°Cuando pensamos en que deb¨ªamos dedicarle una exposici¨®n a la ¨®pera, un mundo tan inmensamente rico, nos cost¨® decidir en qu¨¦ deb¨ªamos centrarnos¡±, comenta Bailey. El eje de estas ocho ciudades sirvi¨® para conformar una visi¨®n amplia y contar a la vez una historia que ha dominado los ¨²ltimos 400 a?os.
No pod¨ªa empezar en otro lugar que no fuera Venecia. All¨ª naci¨® el g¨¦nero de manos, entre otros, de Claudio Monteverdi. La historia suele considerar L¡¯Orfeo el t¨ªtulo de referencia inicial. Pero los organizadores se han centrado en L¡¯incronazione di Poppea (1642). Se trata de una obra que refleja el p¨¢lpito exacerbado de esta ciudad, amante de los excesos. El carnaval veneciano se convirti¨® en la plataforma inicial para consolidar el nuevo arte expresivo. De ah¨ª, con el impulso primero de Monteverdi y una cantera de compositores, figuras, libretistas y empresarios, se irradi¨® al resto del mundo.
Por ejemplo, a Londres, donde a principios del siglo XVIII, Haendel dominaba el panorama y se ha hab¨ªa convertido en el hombre fuerte de la compa?¨ªa del rey en Haymarket. All¨ª estren¨® su Rinaldo en 1711 y es el t¨ªtulo elegido para simbolizar el impulso que imprime a la historia del g¨¦nero la capital brit¨¢nica. Su sombra llega hasta hoy, porque del entonces teatro del rey, Haendel pasa a ocuparse del reci¨¦n inaugurado Covent Garden, hoy la sede principal en la ciudad y uno de los escenarios m¨¢s prestigiosos del mundo.
De dos focos barrocos, el itinerario de la exposici¨®n pasa a la Viena neocl¨¢sica. Y, en medio de esa vor¨¢gine, Mozart, con la genialidad de Las bodas de F¨ªgaro y uno de los pianos del compositor ¡ªel que utiliz¨® para concebir Don Giovanni en Praga¡ª en el centro de la sala. El primero es un t¨ªtulo radicalmente moderno e inspirado en la obra de teatro de Pierre-Agustin de Beaumarchais. Cuenta Lorenzo da Ponte, el libretista, en sus memorias que qued¨® asombrado ante la audacia y el atrevimiento del compositor cuando le hizo la siguiente proposici¨®n: ¡°?Cree usted que podemos convertir esta comedia en un drama?¡±. Condensaba as¨ª Mozart algo que a¨²n se explora en el siglo XXI: el mestizaje de g¨¦neros junto al p¨¢lpito sonoro de una nueva ¨¦poca: la ilustraci¨®n.
Tras dos escalas en el norte y Centroeuropa, el peso de la creaci¨®n regresa al sur: Verdi y Mil¨¢n. Dos nombres que representan el genio individual como transmisi¨®n a un modo de sentir colectivo. Italia bull¨ªa en clave de Risorgimiento y pocas ¨®peras conectan con la emoci¨®n de un pueblo como Nabucco. ¡°A trav¨¦s del coro de los esclavos, Verdi apela y toca profundamente la identidad de una nueva naci¨®n¡±, afirma Kate Bailey.
De Mil¨¢n a Par¨ªs
De Mil¨¢n a Par¨ªs, la muestra da un salto extra?o: ¡°La ciudad juega un elemento pol¨¦mico dentro de la exposici¨®n¡±, anuncia Bailey. M¨¢s all¨¢ de escoger a cualquier compositor de la ¨®pera francesa, han elegido a Wagner con su Tannha¨¹ser para el cap¨ªtulo. Doble pie cambiado: Par¨ªs sin los suyos y el alem¨¢n alejado de su santuario en Bayreuth. La comisaria justifica el descoloque: ¡°El t¨ªtulo se estrena en una d¨¦cada ¡ªla de los sesenta en el siglo XIX¡ª en la que todo cambia, con transformaciones asombrosas y Par¨ªs se convierte en el centro de referencia de la ¨®pera mundial¡±. El paso de Wagner, como en cualquier lugar de Europa donde recalara, fuera Par¨ªs, Leipzig, Dresde, Z¨²rich o Venecia, despleg¨® una red de nuevas autopistas creativas por las que a¨²n transita la m¨²sica.
Tambi¨¦n en Barcelona, donde se conform¨® gracias al gran Teatre del Liceu ¡ªorganizador tambi¨¦n de la exposici¨®n¡ª, uno de los primeros focos wagnerianos de Europa. Como reflejo de la influencia del alem¨¢n en la m¨²sica espa?ola, la muestra se detiene en el estreno en 1896 de Pepita Jim¨¦nez, de Isaac Alb¨¦niz. Tampoco fue ajeno el m¨²sico espa?ol al cicl¨®n wagneriano. Lleg¨® a concebir una especie de tetralog¨ªa con la leyenda art¨²rica como base y el apoyo econ¨®mico de un banquero ingl¨¦s: Francis Money-Coutts. ¡°La ciudad viv¨ªa entonces el impulso del modernismo¡±, asegura Bailey, una influencia que tampoco es ajena a la m¨²sica mestiza y rica en referencias de Alb¨¦niz.
Para terminar, dos miradas a la vanguardia: el Dresde donde Richard Strauss estren¨® Salom¨¦, una ¨®pera donde la mujer cobra relevancia de ruptura definitiva con la tradici¨®n y el Leningrado de Shostak¨®vich, con Lady Macbeth de Mtsensk, todo un referente de los nuevos caminos que acaban pagando el precio cruel de la censura. Strauss simboliza en Salom¨¦ una catarsis freudiana a trav¨¦s de la m¨²sica.?Shostak¨®vich pone a prueba la escasa paciencia de Stalin y la agota hasta el punto de que el compositor, sometido a un acoso real y psicol¨®gico, no escribe m¨¢s ¨®peras. Es una historia que refleja como pocas las tortuosas sombras con las que el poder ha da?ado al arte.
?Un g¨¦nero del siglo XXI?
Con m¨¢s de 400 a?os a las espaldas, a la ¨®pera, ?le queda a¨²n algo nuevo que decir? Esa es la pregunta que, como ep¨ªlogo, plantea la exposici¨®n inaugurada este jueves en el CaixaForum de Madrid. M¨¢s all¨¢ de que el siglo XX fuera de ruptura, diversos t¨ªtulos rompedores se han ido asentando en el repertorio. Por otro lado, algunas tendencias han querido recuperar la complicidad con el p¨²blico y han dotado al g¨¦nero de otras miradas. Entre los m¨¢s radicales queda Karlheinz Stockhausen con obras como Mittwoch aus Licht y, entre los compositores todav¨ªa vivos y ya con cierta preponderancia en el repertorio, Philip Glass, que junto al director de escena Bob Wilson, arrastr¨® a nuevos p¨²blicos con su Eisntein on the Beach. Son casos que, al igual? que los de Benjam¨ªn Britten con su Peter Grimes o Gy?rgy Ligeti con El gran macabro, ocupan un espacio de regeneraci¨®n en el aun inagotable tr¨¢nsito de la ¨®pera.
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