El lugar en el que se cruzan poes¨ªa y publicidad
Una mesa redonda en la RAE analiza la relaci¨®n entre ambos mundos
Pocas reglas son aplicables a la poes¨ªa y a la publicidad por igual. El mensaje plasmado en un enorme cartel a la entrada de una gran ciudad y los poemarios disponibles en los escaparates de las librer¨ªas siguen procesos de creaci¨®n distintos. Sin embargo, alguna extra?a relaci¨®n enlaza ambos mundos, tal y como constat¨® ayer la mesa de debate Los poetas y los publicitarios ante las normas del idioma, celebrada en la sede madrile?a de la Real Academia Espa?ola (RAE) con la presencia de dos acad¨¦micos y dos publicistas.
Jos¨¦ Luis Moro, publicista, desvel¨® ante la audiencia lo que ¨¦l entiende como la frontera entre ambos ¨¢mbitos: mensajes como ¡°Rosa Mari Suare, como te coja, be r¨¢¡±, ¡°Emosido enga?ados¡± o ¡°Dios bibe¡± se sucedieron en una de las salas nobles del edificio que vela por la pureza del lenguaje. Ante alguna que otra mirada perpleja, Moro argument¨® que las pintadas callejeras que rompen ¡°con inteligencia¡± con el idioma son el ¡°g¨¦nero¡± al que se aproxima el lenguaje publicitario. Su opini¨®n fue quiz¨¢ la m¨¢s radical de las expuestas. Los participantes coincidieron en que ni los creativos publicitarios deben rehuir a los creadores literarios ni estos descartar la publicidad como ¨¢mbito de expresi¨®n. El escritor y acad¨¦mico Luis Mateo D¨ªez pint¨® un panorama negativo, tambi¨¦n para la publicidad, por la ¡°enorme compulsi¨®n de presente¡± en que est¨¢ sumida la sociedad.
La aspiraci¨®n de que el lenguaje publicitario no quede rebajado a una versi¨®n simple y limitada del g¨¦nero po¨¦tico lati¨® en la intervenci¨®n de la redactora publicitaria y escritora Xisela L¨®pez, que defendi¨® la necesidad de incorporar al sector a m¨¢s creadores literarios. L¨®pez expuso un anuncio de Coca Cola que parodia la poes¨ªa (Se necesitan malos poetas / buenas personas pero poetas malos / cada uno con su orgullo / todos ellos armados con su poemita impublicable) y otro de Cruzcampo que ¡°homenajea¡± un poema de Lorca. Ambos ejemplos son, defendi¨®, paradigm¨¢ticos de las dos visiones con que conviven a diario los creativos.
Moro tambi¨¦n aludi¨® a un anuncio de rebajas de 2017 de El Corte Ingl¨¦s en el que un hombre bailando invita a comprar en esos grandes almacenes al tiempo que repite pegadizamente la expresi¨®n ¡°qui¨¦reteme¡±. La RAE solvent¨® entonces las dudas sobre si era correcta la expresi¨®n: ¡°Es una combinaci¨®n de qui¨¦rete con un dativo ¨¦tico¡±. ¡°En realidad es del todo irrelevante¡±, defendi¨® Moro, m¨¢s favorable a las rupturas con la sintaxis ortodoxa. El publicista abog¨®, no obstante, por la necesidad de una extensa formaci¨®n interdisciplinar en su sector.
La escritora Carme Riera se remont¨®, por su parte, a la poes¨ªa popular de Quevedo para justificar que, como la publicidad, el g¨¦nero po¨¦tico ¡°tambi¨¦n emplea todos los recursos¡±. La acad¨¦mica traz¨® una dif¨ªcil analog¨ªa cuando apel¨® a Ant¨ªfona, un conocido poema de Manuel Machado en el que un poeta se dirige a una prostituta como compa?era de fatigas. El verso final, en el que el sevillano clama ¡°?Hetairas y poetas somos hermanos!¡± le sirvi¨® a la acad¨¦mica para presentar la relaci¨®n que habr¨ªan de mantener publicitarios y creadores.
Tambi¨¦n D¨ªez cit¨® a otro poeta, Joan Margarit,?recientemente galardonado con el Reina Sof¨ªa, y record¨® la reflexi¨®n que sobre este asunto realiz¨® el poeta catal¨¢n: ¡°Las palabras no pueden mentir. El enga?o siempre acaba sabiendo¡±. Y agreg¨®: ¡°Yo no s¨¦ si miente la publicidad, pero desde luego embauca¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.