No vengo a hablar de mi libro
Diez autores latinoamericanos nos cuentan qu¨¦ llevan en la maleta. Decenas de referencias cruzadas dibujan los mapas m¨¢s personales de la literatura actual
Reunir a m¨¢s de un centenar de autores en tierras volc¨¢nicas no desata riesgos de se¨ªsmo, aunque uno de grado 6,1 en la escala de Richter nos dio la bienvenida en Costa Rica horas antes de la inauguraci¨®n del festival Centroam¨¦rica Cuenta, el pasado lunes. Pero s¨ª sirve para sacudir estanter¨ªas, revolver t¨ªtulos y levantar un nuevo orden librero entre decenas de referencias nuevas. Nunca se vuelve a casa con el mismo contenido en la maleta, en sentido real o figurado, sino con prop¨®sitos nacidos precisamente en los encuentros y descubrimientos.
Bajo el principio de que no van a hablar de su libro, diez de los autores participantes en el festival nos cuentan qu¨¦ est¨¢n leyendo, qu¨¦ trajeron hasta aqu¨ª o qu¨¦ se llevan a casa. Que es otra forma de conocerlos. El resultado es un sudoku sin soluci¨®n, con nombres nuevos y viejos, importantes reflexiones sobre la mujer y una sorpresa: un futuro Quijote de la mano de Salman Rushdie.
1. Los centroamericanos.
El Quixote de Rushdie es un manuscrito que Gioconda Belli, amiga personal del autor, ha terminado de leer y que califica de "bien m¨¢gica, con reflexiones bell¨ªsimas". No hay novelas de caballer¨ªa ni molinos convertidos en gigantes en la versi¨®n del autor indio-brit¨¢nico, sino una obsesi¨®n por los programas de televisi¨®n y una Dulcinea materializada en una mujer salida de la peque?a pantalla. La autora nicarag¨¹ense tambi¨¦n ha recuperado un libro de Eugenia Rico, La muerte blanca, una reflexi¨®n sobre la p¨¦rdida que defiende como "una meditaci¨®n profunda, de lo mejor que he le¨ªdo".
El salvadore?o Horacio Castellanos Moya, referencia clave en la literatura latinoamericana actual, est¨¢ leyendo El libro contra la muerte, de El¨ªas Canetti, un libro "cargado de aforismos y notas que no ten¨ªa en otros"; la biograf¨ªa Nicanor Parra, rey y mendigo, de Rafael Gumucio "con la peculiaridad de que es un libro de escritor a escritor, sin reverencia"; y un joven peruano, Francisco ?ngeles, Austin,Texas 1979. ¡°Siempre me gusta leer a alg¨²n joven, buscar voces nuevas, y esta es una novela fresca¡±, dice el autor de Moronga.
Sin salir de Centroam¨¦rica, el costarricense Carlos Cort¨¦s tambi¨¦n est¨¢ buceando en una recuperaci¨®n particular. Se dice obseso de las traducciones y por ello est¨¢ devorando la nueva realizada por Lydia K¨²per de Guerra y Paz. Inmerso ¨¦l mismo en la finalizaci¨®n de una novela hist¨®rica, se despeja as¨ª con Tolst¨®i y tambi¨¦n con Paul Celan. Tambi¨¦n acaba de leer Ma?ana tendremos otros nombres, de Patricio Pron, reci¨¦n galardonado con el Premio Alfaguara, que present¨® estos d¨ªas en San Jos¨¦ de Costa Rica y que le ha gustado.
2. En plena gira.
El autor argentino est¨¢ precisamente en un momento lector dif¨ªcil, cuenta, saltando de pa¨ªs en pa¨ªs de promoci¨®n y lejos de sus libros en Madrid. Pero con ¨¦l viajan estos d¨ªas Canciones para el infierno, los cuentos reci¨¦n publicados por Juan Gabriel V¨¢zquez, Rabia, de Sergio Bizzio, recuperada recientemente en Argentina y otras joyitas que ha ido encontrando en su gira americana. Somos luces abismales, de Carolina San¨ªn y un descubrimiento: Un librero, de ?lvaro Castillo, un librero de viejo que narra sus hallazgos en dedicatorias, fajas y curiosidades y que descubri¨® en Colombia.
En un camino inverso, la mexicana Guadalupe Nettel acaba de volver de Italia y Espa?a y anda atrapada en Lectura f¨¢cil, de Cristina Morales, Un apartamento en Urano, del fil¨®sofo trans Paul B. Preciado.Tambi¨¦n se ha tra¨ªdo Esa bruma insensata, el ¨²ltimo de Enrique Vila-Matas.
Tambi¨¦n regresa de Europa la argentina Claudia Pi?eiro, y lo hace con la maleta cargada, como siempre, de libros de aqu¨ª y de all¨¢: Los tiempos del odio, el ¨²ltimo Bruna Husky de Rosa Montero. Los cr¨ªmenes de Alicia, ¨²ltimo premio Nadal, de su compatriota Guillermo Mart¨ªnez, No permitas que mi sangre se derrame, un policial "buen¨ªsimo" de Juan Carr¨¢, y una dosis feminista para una autora, Pi?eiro, que se ha convertido en referente de la lucha por el derecho al aborto en su pa¨ªs: Acoso, ?denuncia leg¨ªtima o victimizaci¨®n?, de Marta Lamas.
3. El c¨ªrculo Luis Chaves.
Pero estamos en Costa Rica y el poeta costarricense Luis Chaves (San Jos¨¦, 1969) es el territorio com¨²n que ha convencido a varios autores de su generaci¨®n que han comprado aqu¨ª sus libros y le citan con expectaci¨®n: los bolivianos Liliana Colanzi y Edmundo Paz Sold¨¢n se llevan Los animales que imaginamos y Falso documental, respectivamente, como el colombiano Juan C¨¢rdenas, que ha comprado Chan Marshall, y la chilena Alejandra Costamagna, que se lleva Vamos a tocar el agua.
Costamagna, flamante finalista del Premio Herralde de Novela con El sistema del tacto, tambi¨¦n cita apasionada un ensayo de Florencia Garramu?o, Mundos en com¨²n, un ensayo sobre el arte contempor¨¢neo en la que las fronteras se vuelven difusas y la literatura dialoga con las artes visuales. Tambi¨¦n lee una antolog¨ªa editada en M¨¦xico, Tsunami, con relatos de Brenda Lozano, Cristina Rivera Garza o Ver¨®nica Gerber que dibuja la dimensi¨®n pol¨ªtica y p¨²blica que ha adquirido la vida privada de la mujer en esta etapa de reajuste y reivindicaci¨®n de la igualdad; Cuaderno de faros, de la mexicana Jazmina Barrera, "un ensayo sobre los faros en distintos puntos del planeta y una reflexi¨®n a partir de ellos sobre la escritura y el ¨²ltimo basti¨®n que nos ilumina".
C¨¢rdenas tambi¨¦n tiene la maleta cargada: Regreso a Reims, Didier Eribon, un te¨®rico de los estudios queer y LGTBI que se da cuenta de que lleva toda la vida reflexionando sobre la verg¨¹enza gay y no sobre la verg¨¹enza de clase; "me ha dejado impresionad¨ªsimo". El diario de sue?os, de Michel Leiris, Bit¨¢cora del SS El Se?ora Ung¨¹ent¨ªn de Stanley Crawford, "que me han regalado aqu¨ª en Costa Rica y me est¨¢ pareciendo espectacular"; y el citado Luis Chaves.
Liliana Colanzi, que ya dio buenas se?ales al alabar en su charla Temporada de huracanes, de Fernanda Melchor, y En el cuerpo una voz, de Maximiliano Barrientos, lee estos d¨ªas Derrame de petr¨®leo en Losotho, de Guillermo Barquero; Paisaje con dromedario, de Carola Saavedra; Mi desamor es una dulzura invaluable, antolog¨ªa de mujeres j¨®venes, Mercurio en primavera, de Byron Salas, adem¨¢s del citado Chaves. Adem¨¢s acaba de leer Women talking, una novela de Miriam Toews sobre violaciones colectivas a mujeres y ni?as en Bolivia. "Plantea preguntas muy relevantes de manera l¨²cida, curiosamente divertida y por momentos sublime".
El marido de Colanzi, el tambi¨¦n boliviano Edmundo Paz Sold¨¢n, se lleva Mar can¨ªbal, de Uriel Quesada, La lucidez del miope, de Carlos Fonseca, y Chaves. Acaba de leer La sexta extinci¨®n, de Elizabeth Kolbert, "un libro tan deprimente como estimulante sobre el cambio clim¨¢tico".
Y 4. Una gestora cultural.
Y he aqu¨ª las lecturas, no precisamente de una autora, sino de una de esas devoradoras de libros que tienen las claves de un pr¨®ximo festival. Si quieren pistas de un futuro Hay de Cartagena, una de las grandes citas anuales junto con este Centroam¨¦rica Cuenta, la FIL de Guadalajara y otras ferias como las de Buenos Aires y Bogot¨¢, conozcan las lecturas de su directora, Cristina Fuentes La Roche: Cambiar de idea, la nueva novela de Aixa de la Cruz; Climate justice, de Mary Robinson; y Verdolatr¨ªa, de Santiago Beruete.
Tal vez estos libros abarroten las maletas del pr¨®ximo festival.
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