El gueto de la excelencia

Como en un episodio de Black mirror que quisiera entrar no ya en el lado m¨¢s tenebroso de las tecnolog¨ªas sino en las consecuencias m¨¢s siniestras de ciertos sistemas educativos, en un futuro que desde ya forma parte del presente, La ¨²ltima lecci¨®n, segunda pel¨ªcula de S¨¦bastien Marnier, contiene una fascinante fusi¨®n de g¨¦neros que el director franc¨¦s expone a trav¨¦s de una mirada persuasiva e intrigante dentro de un ambiente naturalista y cercano a los modos del cine de autor. Una obra distinta y radical, que no acaba de redondear, pero con planteamientos sociales de seductora ambig¨¹edad.

En la primera secuencia, un profesor de secundaria se tira por la ventana del colegio. A su sustituto y protagonista, un interino de mediana edad, le encargan la clase de la que era tutor el suicida: la de la excelencia; 12 alumnos con notas y nivel prodigiosos que han sido separados del resto. Fr¨ªos, soberbios, inteligent¨ªsimos, brillantes y con nula empat¨ªa. ¡°La verdad es que yo soy m¨¢s partidario de la inclusi¨®n¡±, dice el nuevo educador, alej¨¢ndose de las teor¨ªas de un colegio de ¨¦lite en el que todos, alumnos y dirigentes, parecen esconder algo, ser part¨ªcipes de un siniestro compl¨®.

Sin perder nunca el realismo, Marnier va articulando su historia, libremente inspirada en una novela de Christophe Duffos¨¦, con las esencias del cine de g¨¦nero, como un fantastique que no evita el encontronazo social: ¡°Los mediocres nos tienen envidia¡±, viene a decir la chica m¨¢s perversa, capitana de un grupo que ha decidido autoexcluirse de una sociedad que le viene peque?a. Y, eso s¨ª, con la compa?¨ªa de simbolismos (insectos, visiones¡­) y de una direcci¨®n de int¨¦rpretes (la de los chicos del grupo del ilustre grupo de chavales) que llevan a la pel¨ªcula tanto a territorios fronterizos, los de ciertas obras de Roman Polanski, como a la pura ciencia ficci¨®n, la de El pueblo de los malditos. Una fusi¨®n, con banda sonora del grupo franc¨¦s de electr¨®nica Zombie Zombie, que tiene su cima en la espeluznante interpretaci¨®n de la canci¨®n de Patti Smith Pissing in a river por parte de los chicos en el muy especial coro del colegio: ¡°?Debo seguir un camino tan retorcido?¡±.

Sin embargo, Marnier se va dispersando y, conforme avanza el relato, se confirma que la perturbadora sucesi¨®n de secuencias no acaba de conformar un discurso homog¨¦neo y totalmente inteligible. Deliberadamente opaca en su apocal¨ªptica parte final, La ¨²ltima lecci¨®n queda as¨ª como una experiencia social de angustiosa energ¨ªa y libertad, que quiz¨¢ hubiese necesitado de una concreci¨®n mayor para que su poderosa ambig¨¹edad fuera m¨¢s terror¨ªfica que equ¨ªvoca.