M¨²sica entre amigos
La pianista Rosa Torres-Pardo irradia desenfado y naturalidad
Una ma?ana lluviosa de primavera en Madrid, Rosa Torres-Pardo recibe a unos amigos que llegan a su casa saltando los charcos del jard¨ªn. Prepara un caf¨¦, a continuaci¨®n se sienta al piano y en se?al de bienvenida interpreta para ellos un impromptu de Schubert. La melena corta de la pianista se agita ante la fuerza de sus manos anchas, de sus dedos poderosos en el combate contra el teclado del imponente Steinway. Impromptu es una pieza de piano que se caracteriza por su continua improvisaci¨®n. Cada interpretaci¨®n tiene un nuevo significado, pero si le preguntas a Rosa qu¨¦ quiso expresar Schubert con esa pieza, la pianista vuelve a tocarla con el mismo impulso y contesta: ¡°Esto es lo que el artista quer¨ªa decir. El amor, si sabes explicarlo, ya no es amor. La m¨²sica es lo que sientes mientras suena, los campos que dejas abiertos a la imaginaci¨®n, es el silencio indecible que contiene¡±.
Aquella ma?ana lluviosa el impromptu de Schubert se dilataba por el sal¨®n lleno de afiches y dibujos de artistas en las paredes, de car¨¢tulas de sus discos, de recuerdos de sus conciertos. En la mesa de centro estaba el libro interrumpido en su lectura, La familia Wittgenstein, de Alexander Waugh. El autor de Tractatus dice en su ¨²ltimo aforismo: ¡°De lo que no se puede hablar, es mejor callarse¡±. Se pod¨ªa pensar que se refer¨ªa a la indecible m¨²sica de esta pianista.
El impromptu se produce en otros campos del arte. En literatura es el oleaje de un rapto de inspiraci¨®n, convulso y rom¨¢ntico; en pintura equivale a la action painting mediante la cual Pollock trat¨® de demostrar que la esencia de la pintura consiste solo en la acci¨®n de pintar. Y luego est¨¢ el jazz, que teje y desteje los 70 saltos que da al d¨ªa el coraz¨®n humano.
Tambi¨¦n la personalidad de Rosa Torres-Pardo podr¨ªa someterse a un impromptu psicol¨®gico. Y en este caso ser¨ªa la impresi¨®n que te produce de proximidad, desenfado, naturalidad, como si vivir entre las cotas supremas de la m¨²sica no tuviera m¨¢s importancia que la alegr¨ªa de compartir esta pasi¨®n con los amigos. Si hay un rasgo que la define, es esa sensaci¨®n de que, aun sin conocerla, sabes que es de los nuestros porque si tiras de ella enseguida salen tus amigos, todos, y siempre la encuentras entre los tuyos en los momentos oportunos y en los sitios donde esperas encontrarla.
Naci¨® en Madrid. Su madre era bailarina de danza cl¨¢sica y amaba el canto. De ni?a, el baile y las canciones formaron el sustrato de su vida, pero empez¨® a aprender piano a los 10 a?os, relativamente tarde, con Joaqu¨ªn Soriano. Luego llegaron el premio extraordinario fin de carrera en el conservatorio y la ampliaci¨®n de estudios en el extranjero. ¡°El canto me ha gustado desde necesidades opuestas y siempre me ha quedado esa inquietud. He cantado toda la vida, pero hubo que decidir¡±. Rosa Torres-Pardo est¨¢ inscrita en el circuito internacional de concertistas de piano. Ha obtenido todos los premios, todas las medallas posibles. Ha tocado con las orquestas m¨¢s famosas y en las salas de conciertos m¨¢s exclusivas del mundo, bajo las batutas de los directores m¨¢s insignes.
La m¨²sica amansa a las fieras, pero no a los propios m¨²sicos. Desde 1998, el pintor Eduardo Arroyo cre¨® un festival de verano en el pueblo leon¨¦s de Robles de Laciana solo para que Torres-Pardo tocara para un grupo de amigos, artistas, escritores, poetas y la gente de los pueblos vecinos. Otra vez los amigos. Otra vez la m¨²sica como regalo, lejos de los grandes aplausos. Rosa propuso a Carlos Saura la realizaci¨®n de Iberia, de Alb¨¦niz, y particip¨® en ella descomponi¨¦ndola para sacarle todo lo que llevaba dentro esa m¨²sica espa?ola. Con Arantxa Aguirre realiz¨® el documental Una rosa para Soler, sobre la m¨²sica de este fraile maestro del clavec¨ªn y music¨®logo del siglo XVIII. Y ahora acaba de producir con Jos¨¦ Luis L¨®pez Linares el fascinante documental sobre la vida del compositor Enrique Granados, en el que Arantxa Aguirre ha creado con el lenguaje propio de un guion musical un ensayo sobre la tragedia de este artista que ¨¦l present¨ªa frente a un ansia de triunfo y de inmortalidad.
Ser m¨²sico a finales del siglo XIX significaba bohemia, fr¨ªo, coraje, tuberculosis y hospital. Granados era un rom¨¢ntico, pero dentro de su talento hab¨ªa un aire popular, un creador de m¨²sica para virtuosos, un autor de ¨®peras en catal¨¢n con el poeta Apeles Mestres. En el documental, Torres-Pardo interpreta al piano todos los estados de ¨¢nimo por los que transcurre la vida de este artista. Despu¨¦s del triunfo de Goyescas en Nueva York y de la creaci¨®n en una sola noche de su famoso Intermezzo, Granados regresaba a Par¨ªs desde Inglaterra y el transbordador Sussex en el que viajaba fue torpedeado por un submarino alem¨¢n. Mientras mor¨ªa a los 51 a?os en plena gloria, abrazado a su esposa, ese mismo d¨ªa, 24 de marzo de 1916, en una sala de conciertos de Barcelona el pianista Arthur Rubinstein estaba interpretando El amor y la muerte, de Granados, como en el documental lo hace Rosa Torres-Pardo.
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