Dos dados y un se?or con tirantes para comprar al azar en la Feria del Libro
Un m¨¦todo como otro cualquiera que sirve a la cronista para vivir una feria diferente. As¨ª fue por las casetas guiada por la suerte
Esta cr¨®nica la han escrito un franc¨¦s con bigote y Javier Cansado, el de Faemino.
Ellos no lo saben.
Un poco de contexto. He venido a la Feria del Libro de ni?a con mis padres y de cuarentona con mis hijos. A currar y a darme paseos. Con listas de la compra y a ver qu¨¦ me llamaba la atenci¨®n. Como amiga de autores y como entrevistadora de alguno idiota. La Feria (en el Retiro, por su puesto) forma parte de mi vida. Vengo porque es algo que hago, no espero nada a cambio. Igual que compro loter¨ªa.
Pero este a?o, para achispar esta relaci¨®n de viejas amantes que tenemos, pens¨¦ en Javier Cansado. Cada una, sus fetiches. Una vez le escuch¨¦ contar que por navidades en su casa se regalaban dinero y dos dados, uno normal y otro de 12 caras de esos con los que se juega al rol (¨¦l juega, yo nunca). Luego se iban todos juntos a un centro comercial: la tirada del dado dodecaedro marcaba el piso, el otro dado los minutos (multiplicados por 10) que ten¨ªan para comprar cada uno su regalo. Por ejemplo: si sacaban 7 y 1, ten¨ªan que gastar pongamos 100 euros en la planta 7, ferreter¨ªa, con 10 minutos para decidirse. Me pareci¨® una genialidad y se la copi¨¦ las navidades pasadas. Pero el sobre con 25 euros (yo no salgo por la tele) y los dos dados se quedaron olvidados en un caj¨®n. Hasta ayer, que me puse juguetona con la Feria.?
La Feria (en el Retiro, por su puesto) forma parte de mi vida. Vengo porque es algo que hago, no espero nada a cambio. Igual que compro loter¨ªa.
Entr¨¦ por la caseta 69. No hay dobles sentidos, fue la que me ven¨ªa bien. Tir¨¦ los dados. Sali¨® 9 (el dodecaedro) y 3 (el normal). 9 x 3 = 27. Sum¨¦ 69 y 27. Mi destino ser¨ªa la caseta 96 -que ya es casualidad que sea 69 al contrario-, y all¨¢ me dirig¨ª para comprar un libro, el que fuera. La ¨²nica trampa es que sum¨¦ en vez de restar porque s¨¦ que entre las casetas del principio est¨¢n los ministerios, los facs¨ªmiles y el BOE y tampoco hay que forzar la suerte.?
Pas¨¦ de largo las casetas de las librer¨ªas Rafael Albert¨ª, Juan Rulfo, Mujeres y compa?¨ªa y unas de ni?os mon¨ªsimas... En todas me habr¨ªa parado. Pero el azar era mi ¨²nica gu¨ªa.?
Caseta 96. Alc¨¦ la vista: Atl¨¢ntica, Juegos, Rol, Fantas¨ªa.
?No me jodas, Javier Cansado!
S¨¦ que parece un invent, pero juro que es lo que toc¨®. Tengo fotos para demostrarlo. Rodeada por adolescentes (pero no solo) pidiendo gu¨ªas del Fornite y lo ¨²ltimo de George R. Martin, me sent¨ª incapaz de elegir, ni al azar ni con cabeza, un libro entre tanto rey, tanto drag¨®n y tanta saga. As¨ª que le cont¨¦ mi drama al librero, Borja de Pablo, al que, como buen jugador, no le pudo divertir m¨¢s el hado de mi destino. No tanto lo que le dije luego: "Yo es que no me habr¨ªa parado aqu¨ª ni en mil vidas, a ver, que en el colegio me empec¨¦ El Hobbit de Tolkien y lo tuve que dejar". Mirada fulminante. "Pero he visto Juego de Tronos", le dije para aplacarle. "La gente se cree que el g¨¦nero fant¨¢stico es cosa de frikis, pero hay muy buena narrativa", me contest¨® amable. Me cont¨® tambi¨¦n que el que m¨¢s vende es El nombre del viento, un cl¨¢sico de hace 10 a?os que inici¨® una pentalog¨ªa de ventas millonarias que ha sido n¨²mero uno en The New York Times. Yo no lo hab¨ªa o¨ªdo en mi vida. El que m¨¢s recomienda se llama Imperio Final de?Brandon Sanderson, "porque no hay tanto elfo ni tanto enano y tiene un estilo m¨¢s contempor¨¢neo". Sin embargo, a m¨ª en concreto me recet¨®?Medio Rey de Joe Abercrombie. "Sobre todo porque me gust¨® much¨ªsimo y es m¨¢s cortito", me dijo. En este mundillo cortito significa 379 p¨¢ginas. ?Hay amor¨ªos al menos? "Son vikingos, hay de todo". Compr¨¦ el de los vikingos sin dudar y a¨²n me sobraban 16 euros.?
En este momento de la cr¨®nica, entra en escena el franc¨¦s del bigote del principio.
Se llama Jo?l Henry y le entrevist¨¦ hace 12 a?os por un libro titulado The Lonely Planet Guide to Experimental Travel, que no est¨¢ editado en castellano. Es un librito loqu¨ªsimo, tanto que a¨²n lo recuerdo. Propone una serie de juegos para ser un turista dadaista: elegir el cuadrante K2 del plano de una ciudad para hacerle una visita, recorrer un destino con los ojos vendados, pasar de museos y dirigirse a las ¨²ltimas paradas de metro, coger el tren que salga a las 12:00 y bajarse en la duod¨¦cima parada, ir a las calles que aparecen en el Monopoly local... Y as¨ª todo.?
Con 16 euros en el bolsillo, ayer escog¨ª un juego del libro que consiste en seguir a alguien aleatorio que te cruces por la calle.? Mi instinto fue?stalkear a un guapo, pero eso ya me ha salido mal antes, as¨ª que al final opt¨¦ por un caballero mayor. Pelo blanco, elegante, barba y gafas de sol. Y unos tirante verdes. Para dadaistas, yo.?
Mi reto: "El primer libro que se compre, lo comprar¨¦ tambi¨¦n yo".?
Pas¨® por una infantil, pero ni amago de detenerse. ?Mis queridas biograf¨ªas pop? Tampoco. Se par¨® en Visor. Yo le tengo ganas al de Elvira Sastre, pero otra vez ser¨¢ Elvira. Pas¨® de largo. Creo que empez¨® a sospechar, iba muy cerca, cuando agarr¨®?Serotonina de Houellebecq. Ley¨® la? contraportada entera. Y yo: ?No!, le grit¨¦ en silencio, ?que ese ya lo tengo! El coraz¨®n me iba a mil.
Tras media hora sigui¨¦ndole ¨Cno parec¨ªa tener prisa¨C?cambi¨¦ las reglas, que para eso es mi juego:? "No hace falta que lo compre, el siguiente que toque, lo compro".
M¨¦todo de Lat¨ªn I. ?En serio? ?El paso l¨®gico despu¨¦s de Serotonina???Estamos locos? Volv¨ª a cambiar las reglas. Ser¨ªa el siguiente, que tampoco estoy yo para tirar euros.?
Tirantes verdes se detuvo en Editorial Gadir. Escane¨® las portadas de una colecci¨®n de relatos cortos ilustrados de autores cl¨¢sicos. Tienen pinta de que se los podr¨ªa leer a los ni?os, por cortos y por ilustrados. Estaban Mark Twain y Tolstoi, autores de los dos primeros libros que me hicieron llorar de peque?a (Las aventuras de Tom Sawyer?e Historia de un caballo). "Venga, tirantes verdes, t¨®calos, t¨®calos...", le susurr¨¦ sin aliento. La Feria m¨¢s excitante de mi vida. Su mano, lev¨ªsima acarici¨®?La nariz?de Nikol¨¢i G¨®gol. Este s¨ª sab¨ªa qui¨¦n era (ruso, mediados del XIX, obra culmen Almas muertas) pero no le he le¨ªdo, creo, hay tanto ruso del XIX. El librito (76 p¨¢ginas) trata sobre una nariz que cobra vida propia y es una cr¨ªtica a la vanidad humana, me explic¨® el dependiente cuando le pagu¨¦ 14.40. Y a?adi¨®: "?Qu¨¦ casualidad, la ilustradora es mi sobrina!". Si yo le contara...
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