?ltimas vueltas del camino
Una suerte de retrospectiva de Ulrich R¨¹ckriem en Madrid re¨²ne cinco d¨¦cadas de su obra m¨¢s paradigm¨¢tica
A veces las coincidencias de calendario son iluminadoras: es interesante que casi se hayan superpuesto esta primavera la reapertura del Chillida Leku en el Pa¨ªs Vasco y esta peque?a pero magna ¡°retrospectiva¡± de otro de los grandes escultores del siglo XX europeo, Ulrich R¨¹ckriem (D¨¹sseldorf, 1938). Su trayectoria ha estado muy ligada a Espa?a y su obra es familiar en Madrid gracias a la profesionalidad sostenida del galerista Heinrich Erhardt, ¨ªntimo y c¨®mplice de su trabajo desde los comienzos. Las semejanzas y las divergencias de Chillida y R¨¹ck?riem en su corpus de obras pueden ilustrar los muy diferentes caminos que sigui¨® la escultura europea de posguerra. Ambos partieron del conocimiento a pie de tajo de t¨¦cnicas ligadas a las identidades de sus patrias espirituales: en el caso de Chillida, con el trabajo de forja y fundici¨®n de los herreros vascos de Hernani (y los altos hornos de la cuenca del Bidasoa); en el de R¨¹ckriem, con su formaci¨®n en la Dombau?h¨¹tte, el ilustr¨ªsimo taller de canter¨ªa asociado desde el G¨®tico a la catedral de Colonia y su reconstrucci¨®n tras la guerra.
Los dos se interesaron por las cualidades simb¨®licas de los materiales trabajados hasta lograr expresiones de identidad colectiva, y por algo ambos subrayaron la faceta p¨²blica de su escultura: los ejemplos de Chillida en Euskadi y el resto de Espa?a los conocemos de sobra, y de R¨¹ckriem este pa¨ªs cuenta con un muestrario de intervenciones en espacios urbanos o en plena naturaleza que va de Barcelona y Bilbao hasta Canarias o el imponente e inolvidable grupo de estelas Siglo XX, en las inmediaciones de Abiego y el CDAN, en el Pirineo oscense.
Pero la muestra que ahora se puede ver en Madrid tambi¨¦n permite apreciar las divergencias entre los planteamientos conceptuales de ambos. Porque desde los a?os sesenta, y gracias a la fuerte presencia de los minimalistas anglosajones en galer¨ªas alemanas como la de Konrad Fischer, R¨¹ckriem coteja su pr¨¢ctica con la de autores como Carl Andre, Sol LeWitt o Donald Judd, iniciando un minimalismo supervitaminado de fuerte ra¨ªz teutona y un inter¨¦s por lo aleatorio de los americanos.
Todo se ve y deslumbra en la obra-de-obras que es en realidad la muestra madrile?a de Erhardt. He entrecomillado la palabra ¡°retrospectiva¡± al principio porque The Last Fifty Years es a la vez una reflexi¨®n, una reconstrucci¨®n, una reinstalaci¨®n y una reencarnaci¨®n de hitos de la largu¨ªsima carrera de R¨¹ckriem. ?l mismo monta en la galer¨ªa un di¨¢logo a varias voces entre obras rehechas o ya concebidas y ahora materializadas, que conforman a la vez una pieza nueva y un juego de espejos con la perspectiva y la lucidez de d¨¦cadas de trabajo.
¡®The Last Fifty Years¡¯. Ulrich R¨¹ckriem. Galer¨ªa Heinrich Erdhardt. Madrid. Hasta el 20 de julio.
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