M¨²sica a bordo, vino heroico y un buey de nombre secreto
El 17? Ribeira Sacra Festival cuelga el cartel de completo en su primer fin de semana con Kevin Johansen, Jonathan Wilson y Los Enemigos en medio de catas, debates sobre patrimonio y rutas en barco por el Ca?¨®n del Sil
"Tranquilo, que aqu¨ª el mar est¨¢ calmo", le dice la empleada del catamar¨¢n a un hombre con sombrero de paja y camisa de flores cuando, con cara de preocupaci¨®n, pone el pie en la cubierta del barco del "concierto sorpresa". Todos se r¨ªen, porque, en realidad, esto es el Sil, que en este lugar discurre cachazudo por el ca?¨®n que forman las laderas tapizadas de vi?edos de la Ribeira Sacra, entre las provincias de Lugo y Ourense, y no hay riesgo de naufragio si no es en el alcohol que se sirve. A decir verdad, la pista del sombrero de paja (y la camisa) no es un gran acierto si de lo que se trata es de identificar a un hombre concreto en este ambiente, porque al menos el 60% de los pasajeros lo llevan. Es casi como un distintivo tribal del p¨²blico de entre treinta y tantos y cuarenta y pico, la mayor¨ªa procedentes de la mitad norte de Espa?a, y muchos de Madrid, que han agotado los 500 abonos del primer fin de semana del 17? Ribeira Sacra Festival.
"?17?? ?Y por qu¨¦ en tantos a?os no he o¨ªdo hablar jam¨¢s de esto?", se preguntar¨¢ alguno. Porque 17 no es el n¨²mero de la edici¨®n, que a¨²n va por la tercera. Sino "el grado de inclinaci¨®n de las pendientes" (aclara una portavoz de la organizaci¨®n) que hacen de este coraz¨®n de Galicia un enclave "¨²nico para el cultivo" en terrazas del vino de Amandi, con una esforzada vendimia bautizada como "heroica", que ya se practicaba en tiempos de los romanos.
En aquel entonces, los caldos de la zona se transportaban hasta Roma en vasijas de Gundiv¨®s (Sober), y ya empezaba a ser un problema la gesti¨®n de los residuos, as¨ª que las ¨¢nforas se acumulaban rotas en un vertedero tan grande que acab¨® convirti¨¦ndose en el monte Testaccio o monte dei Cocci, en cuyas entra?as, seg¨²n el alfarero El¨ªas Gonz¨¢lez Prieto (¨²ltimo eslab¨®n de una tradici¨®n milenaria), hoy todav¨ªa se encuentran los a?icos de la cer¨¢mica gallega.
Y la rectoral donde vive y trabaja El¨ªas es, precisamente, uno de los puntos destacados del mapa por el que discurre este festival diferente, que va de la artesan¨ªa ancestral a las exhibiciones culinarias; de los conciertos en monumentos y bodegas a la m¨²sica a bordo de un catamar¨¢n; de las catas musicadas a las catas a ciegas, con la en¨®loga de Burdeos Blandine Philibert; del senderismo a los debates bajo techo sobre los "territorios patrimonio", ahora que la Ribeira Sacra es candidata por Espa?a al t¨ªtulo de la Unesco para 2021. Son seis d¨ªas de actividades sin tregua repartidas en dos fines de semana (del jueves 18 al s¨¢bado 27 de julio), con Kevin Johansen, Jonathan Wilson y Los Enemigos (ayer por la noche, en el Parador de Monforte) y los gallegos Xabier D¨ªaz & Adufeiras do Salitre (el 27 en el castillo de Castro Caldelas) como cabezas de cartel. En total, una veintena de solistas y grupos poniendo banda sonora a una naturaleza descomunal que despu¨¦s que los romanos eligieron los monjes y los anacoretas, y que est¨¢ vertebrada por el Sil y el Mi?o a su paso por 21 ayuntamientos.
El dise?ador de la arruga bella experimenta en el monasterio
Superado con el letrero de completo el fin de semana m¨¢s internacional, la organizaci¨®n encara las dos ¨²ltimas jornadas con un programa aut¨®ctono. Senderismo por el ca?¨®n del r¨ªo Mao o rutas guiadas por el monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil y Castro Caldelas se suman a un cartel galaico encabezado por el cantante y rastreador de m¨²sicas tradicionales Xabier D¨ªaz en comuni¨®n con Adufeiras do Salitre.
Pero una de las citas m¨¢s extra?as ser¨¢ A Porta M¨¢xica, la "intervenci¨®n art¨ªstica" con m¨²sica, luz y lectura ideada para la ocasi¨®n por el dise?ador de "la arruga es bella", Adolfo Dom¨ªnguez, en el Parador de Santo Estevo (Ribas de Sil). La organizaci¨®n no da m¨¢s detalles, solo dice que el espect¨¢culo ser¨¢ un experimento "sorprendente".
Adem¨¢s, en el castillo de Castro Caldelas, junto a Xabier D¨ªaz & Adufeiras, sonar¨¢n Os Amigos dos M¨²sicos y Aldaolado; en el catamar¨¢n, el dj Isaac Pedrouzo; Allova en A F¨¢brica da Luz; Benjam¨ªn Otero & Germ¨¢n D¨ªaz en el monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil y Mar¨ªa Jos¨¦ Llergo en el de Santo Estevo.
El "concierto sorpresa" resulta ser de ?ngel Carmona, cazador de grupos indies y presentador de Hoy empieza todo (Radio 3). Al zarpar, uno de los sombreros de paja que ayudan a soportar el sol de justicia levanta el vuelo desde una cabeza del p¨²blico y acaba en el agua, r¨ªo abajo, alej¨¢ndose lentamente del catamar¨¢n. "Yo no existo", se presenta el locutor jerezano mientras va rasgando su guitarra. "Veis mi camisa hawaiana pero yo no estoy. He preparado un repertorio invisible para que solo divis¨¦is los parajes. Olvidaos del calor. Imaginaos que est¨¢is en el lugar m¨¢s bello de Galicia, tom¨¢ndoos una cerveza de puta madre en un concierto restringido a 30 personas en un d¨ªa de julio, porque la imaginaci¨®n y la realidad no se diferencian".
Carmona interpreta a Jo?o Gilberto, y a Josele Santiago: "Est¨¢s cuando te vas / y te vas cuando est¨¢s / est¨¢s cuando te vas / cuando no est¨¢s si est¨¢s te vas". Y al final del viaje plantea una votaci¨®n. Los pasajeros deben elegir entre Johnny Cash, Bob Marley o Iv¨¢n Ferreiro. Ganan por notable mayor¨ªa el primero y su The man comes arround, pero el presentador radiof¨®nico no se resiste a homenajear a los tres. Y el periplo acaba con Turnedo de Ferreiro y un bis del p¨²blico puesto en pie, a voz en grito, antes de bajar al pantal¨¢n. Todo el mundo se sabe la letra, incluso el italiano Luca Sorgentone, que ha venido al festival desde A Coru?a: "?Qui¨¦n no tiene valor para marcharse? / ?Qui¨¦n prefiere quedarse y aguantar?". En la apoteosis final se suma al c¨¢ntico con su graznido el ¨²nico pato que vive en el embarcadero desde hace a?os.
Pero el m¨¢s yey¨¦ de todos los presentes observa extra?ado, ca?a en mano, desde la orilla. Es Antonio L¨®pez Exp¨®sito, que por encargo de su esposa ha bajado "a ver si pica un black-bass para la cena", un pez invasor que prospera y engorda en las aguas encorsetadas entre los embalses del Sil. Antonio no sabe que estos d¨ªas se celebra el festival ni conoce a los m¨²sicos contratados, pero de ni?o empez¨® tocando el acorde¨®n, se pas¨® a los teclados y acab¨® "ganando mucho dinero en un mont¨®n de grupos" entre los 60 y los 70. Saca de un bolsillo el m¨®vil y ense?a su colecci¨®n de fotos en blanco y negro: "Los Sauces, Los Dados, Los Sherpas, Anagrama...", va citando mientras arrastra el dedo por la pantalla. ?l es el chaval moderno de las gafas de pasta. "Llegu¨¦ a formar parte del grupo de Andr¨¦s do Barro", presume rememorando al artista pop, muerto prematuramente, que aquellos a?os col¨® sus temas en gallego en las listas de ¨¦xito espa?olas y luego march¨® a M¨¦xico con el sue?o de hacer carrera.
Y mientras otra treintena de asistentes al programa parte en otra ruta en catamar¨¢n con la chilena Soledad V¨¦lez como artista-capit¨¢n a bordo, el equipo de cocina de ?lvaro Villasante, due?o del restaurante lucense Paprica, se lanza al agua para refrescarse despu¨¦s de servir "comida de festival" con ingredientes de la provincia: sushi de bonito de Burela "elegido por el ojeador de la lonja"; pizza de quesos gallegos "con aceite de Quiroga", una exquisitez "a 50 euros el litro"; y hamburguesas del primer ceb¨®n que crio y mat¨® Diego, el hermano del chef, que es veterinario en Palas de Rei (Lugo).
Villasante es el responsable de alimentar a los asistentes a los conciertos en diferentes escenarios e insiste en que siempre lo hace con "productos honestos y ecol¨®gicos". Y entre lo que despacha en Regina Viarum, la lujosa bodega encaramada sobre el Sil del expresidente del Celta Horacio G¨®mez, est¨¢n las hamburguesas de ese buey joven y protagonista del que, por m¨¢s que se le pregunta, el cocinero se resiste a revelar el nombre por eso de la "pena" que pueda despertar el animal sacrificado. Pesaba 600 kilos, la mitad de los que llegar¨ªa a alcanzar de adulto, y "dio para 1.500 burguers" contundentes, a ocho euros la unidad.
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