El mecenazgo de los cargadores de Indias resucita en un palacete de El Puerto
Un matrimonio de coleccionistas recupera un edificio gaditano del XVIII como casa y centro de arte contempor¨¢neo
No era por vanidad, sino necesidad. Al comerciante gaditano con las Indias no le daba por decorar su palacio con Goyas o Vel¨¢zquez por simple petulancia, lo hac¨ªa como una exigencia intelectual, como escribi¨® el investigador Ram¨®n Sol¨ªs. Seguro que el C¨¢diz del siglo XVIII era dif¨ªcilmente impresionable ante tales alardes de hedonismo, pero la memoria es fr¨¢gil y ya han pasado m¨¢s de dos centurias de aquello. Por eso sorprende que, en El Puerto de Santa Mar¨ªa de hoy, una familia vuelva a llenar de arte, ahora contempor¨¢neo, uno de esos palacetes del pasado.
La Casa de Indias surge de una motivaci¨®n muy similar a la que podr¨ªa tener uno de esos ricos comerciantes con Am¨¦rica de ser mecenas del arte. Es el gusto de la pareja formada por C¨¦sar Jim¨¦nez y Lola Mart¨ªnez por atesorar, desde hace seis a?os, piezas art¨ªsticas contempor¨¢neas en una colecci¨®n conjunta. Lo que ya se sale de lo corriente es que decidieran compartir sus obras, su sal¨®n, sus pasillos e incluso su dormitorio con el resto sin ¨¢nimo de lucro. O que incluso inviten a artistas a realizar residencias temporales en su palacio.
"Esto es un centro de arte privado que, de cara al exterior, es como abrir las puertas de tu casa", resume Tania Blanco, coordinadora del espacio. Y con esa filosof¨ªa inici¨® su andadura el pasado mes de mayo en una finca de excepci¨®n, el palacete en el que vivi¨® durante a?os el escritor y dramaturgo Pedro Mu?oz Seca (El Puerto, 1879, - Paracuellos del Jarama, 1936). La que tambi¨¦n fue durante a?os sede de su fundaci¨®n es hoy un h¨ªbrido entre un espacio expositivo con colecci¨®n permanente y temporal, la segunda residencia de una familia y un lugar de encuentro para artistas en activo.
Justo al lado de la antigua escalera que sube al primer piso, una obra de la artista saud¨ª Manal Al Dowayan reflexiona sobre el papel de la mujer en el mundo isl¨¢mico sobre unos t¨®tem de tela. En el primer piso -zona visitable con cita previa-, la pesada obra Stave of Frederick Chopin's Nocturnes for the Piano de Idris Khan comparte protagonismo con los suelos hidr¨¢ulicos de la casa. Piezas de ?ngela de la Cruz, Federico Mir¨®, Tito P¨¦rez Mora o Vivian Maier conviven en una casa palacio de tres plantas con patio central porticado y azotea que sigue el cl¨¢sico esquema de una vivienda de un cargador de Indias del siglo XVIII.
El casco hist¨®rico de El Puerto es conocido como 'la ciudad de los 100 palacios' por el abundante patrimonio dom¨¦stico que queda de ese periodo de esplendor mercantil de la Bah¨ªa de C¨¢diz. Es solo un antiguo eslogan que hace referencia a la multitud de casas con portadas barrocas, patios de columnas de m¨¢rmol y azoteas festoneadas con torres miradores que quedan en la zona. De una de esas viviendas -concretamente, la ubicada en la calle Pedro Mu?oz Seca, 48- se encandilaron Jim¨¦nez y Mart¨ªnez, residentes en Madrid, para establecer su segunda residencia.
Pronto se dan cuenta de que "con los 1.000 metros con los que cuenta el edificio les sobraba espacio", rememora Blanco. Es ah¨ª cuando decidieron que su casa podr¨ªa servir como un dinamizador de la cultura contempor¨¢nea que "se vincule y revierta en la Bah¨ªa de C¨¢diz", seg¨²n a?ade la coordinadora. Pero alcanzar el objetivo no fue f¨¢cil. Adaptar el inmueble, castigado por los a?os de decadencia que sobrellevan muchos de estos palacios de El Puerto, requiri¨® un a?o de obras que estuvieron dirigidos por Mart¨ªnez, arquitecta de interiores.
De tal metamorfosis queda testimonio en la obra de P¨¦rez Mora que preside el patio, m¨¢s de 300 kilos en lingotes de plomo y cenizas que se corresponden, antes de quemarla, con el peso que ten¨ªa toda la documentaci¨®n que dejaron las ¨²ltimas cinco familias que habitaron la casa. El resultado de la reforma es tambi¨¦n palpable en un espacio ya operativo de conocimiento e intercambio entre artistas de aqu¨ª y de all¨ª, j¨®venes y consagrados.
La primera exposici¨®n temporal de la Casa de Indias, La Mirada Interior, trajo hasta su sala de exposiciones temporales obras fotogr¨¢ficas de la conocida Marina Abramovi?. Mientras, en los apartamentos de la azotea, los artistas Salim Malla y Uxue Ruiz han disfrutado de la primera residencia art¨ªstica durante dos meses. "Estas oportunidades te dan la oportunidad de dedicarte plenamente a tu producci¨®n", asegura Ruiz.
Tambi¨¦n les dar¨¢ la ocasi¨®n de exponer en la misma sala en la que se expusieron las obras Abramovi? o Maier. Eso ser¨¢ a partir de septiembre porque ahora la Casa de Indias ya ha iniciado una nueva muestra: La Huella del Tiempo, de Coro L¨®pez-Izquierdo. Hasta final de mes, la pintura figurativa de esta artista mostrar¨¢ como los a?os envejecen las fachadas y rincones de las ciudades, entre ellas, las de El Puerto. Porque hace ya demasiado de aquellas d¨¦cadas en las que los palacios relucientes con lujosos interiores cuajados de obras de arte formaban parte de lo usual y cotidiano de C¨¢diz.?
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