Maxime Solera se da una vuelta al ruedo en su presentaci¨®n en Madrid
Destacaron dos buenos novillos en un desigual encierro de la ganader¨ªa de Dolores Aguirre
¡°Maxime Solera dio una vuelta al ruedo este domingo en Madrid¡±. Este titular, tan cierto como enga?oso, pasar¨¢ a la posteridad y encabezar¨¢, muy probablemente, el curr¨ªculum de este novillero franc¨¦s, que se presentaba en Las Ventas. Sin embargo, si se quiere ser m¨¢s exacto, el titular deber¨ªa ser el siguiente: ¡°Maxime Solera se dio una vuelta al ruedo este domingo en Madrid¡±. Este es el ejemplo de c¨®mo una sola palabra, ¡°se¡±, puede cambiar completamente el sentido de una frase. Fascinante.
Y s¨ª, aunque no la merec¨ªa y pese a que algunos aficionados se lo recriminaron, Solera se dio la vuelta al ruedo. Ya lo hab¨ªa intentado en su primero. Empezaba a avanzar por el tercio cuando, a su pesar y obligado por las protestas, decidi¨® darse media vuelta y meterse al callej¨®n. As¨ª que en el otro no lo dud¨®. De haber tenido m¨¢s torer¨ªa, y teniendo en cuenta que se dej¨® marchar un novillo de triunfo, se lo habr¨ªa pensado dos veces.
AGUIRRE/SOTOS, SOLERA, HERMOSILLA
Novillos de Dolores Aguirre, bien presentados y de juego desigual. La mayor¨ªa, mansos. Destacaron el noble cuarto, que cumpli¨® en varas, y el encastado quinto, ambos aplaudidos en el arrastre.
Mario Sotos: estocada muy trasera y tres descabellos (silencio); dos pinchazos y bajonazo (silencio).
Maxime Solera, que se presentaba: _aviso_ estocada corta baja y perpendicular (saludos); estocada desprendida, atravesada y perpendicular _aviso_ (vuelta con protestas tras leve petici¨®n de oreja).
Jos¨¦ Mar¨ªa Hermosilla, que se presentaba: pinchazo _aviso_ y media estocada desprendida (palmas y sale a saludar); pinchazo y estocada trasera (silencio).
Plaza de toros de Las Ventas. Domingo, 18 de agosto. Menos de un quinto de entrada (5.084 espectadores, seg¨²n la empresa).
Esa vuelta al ruedo deber¨ªa haberla dado con las dos orejas de ese quinto, Langosto, un utrero de Dolores Aguirre que cant¨® la gallina en el primer tercio, pero que embisti¨® con casta y transmisi¨®n hasta que se raj¨®. En el centro del ruedo, con la muleta en la mano derecha, lo cit¨® Solera y como una centella se arranc¨® Langosto -honorable nombre del encaste Atanasio-.
A partir de ah¨ª, quien mand¨® fue el animal. Con alegr¨ªa se movi¨® y con profundidad tom¨® el enga?o, especialmente por el pit¨®n izquierdo. Maxime Solera, acelerado, sobrepasado por la casta de su enemigo, dio pases, pero no tore¨®. Con la voluntad, esa que ya hab¨ªa mostrado frente al noble segundo, m¨¢s justito de fondo, no fue suficiente.
Otro buen novillo fue el cuarto, Botero, al que le dieron de lo lindo en el caballo. Entre eso y el encimismo de Mario Sotos, la calidad del animal se fue diluyendo. Al contrario que su compa?ero, que s¨ª acert¨® al dar distancia entre tanda y tanda, Sotos se puso encima, anduvo vulgar y sufri¨® repetidos enganchones. Desconfiado, ante el primero, otro manso encastado que tuvo una docena de buenas embestidas, ech¨® mano de oficio.
Para el mexicano Jos¨¦ Mar¨ªa Hermosilla tambi¨¦n era su primera actuaci¨®n en Madrid. Y casi cae herido. En el ep¨ªlogo de su labor ante el noble y blando tercero, de gran fijeza, sufri¨® una fea cogida, afortunadamente sin consecuencias. Antes del susto, vislumbr¨® firmeza y un buen concepto del toreo, virtudes que no pudo confirmar frente al ¨²ltimo, un manso sin casta que se lleg¨® a echar un par de veces antes de que el novillero entrara a matar.
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