La lecci¨®n de Carlton Banks
Todos tenemos derecho a bailar en casa nuestro 'It's Not Unusual' particular
Carlton Banks echa un buen vistazo para asegurarse de que no hay nadie en casa. Cuando confirma que est¨¢ disfrutando de cierta tranquilidad, pone un ced¨¦ y empieza a sonar It's Not Unusual, de Tom Jones. Entonces arranca a bailar usando una vela como micr¨®fono improvisado y se convierte, probablemente, en la persona m¨¢s feliz de la historia de la civilizaci¨®n occidental.
La primera vez que el primo de Will Smith bail¨® este temazo fue en la tercera temporada de El pr¨ªncipe de Bel-Air, una serie que, remasterizada, ha vuelto a Neox y a Netflix. Antes de que Antena 3 se entregara a Los Simpson, esta era la serie cuyos cap¨ªtulos se repet¨ªan una y otra vez. Tanto, que no me extra?ar¨ªa que el remasterizado se deba a que la cadena desgastara las cintas originales de tanto usarlas.
La serie se ve anticuada. Normal, la hicieron en pesetas. Se estren¨® en Espa?a en 1991, cuando Felipe Gonz¨¢lez era presidente y faltaba un a?o para los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona. Pero esta es la principal baza que tiene hoy en d¨ªa: que puede jugar con la nostalgia. Muchos nos recordamos ri¨¦ndonos a mediod¨ªa con esos doblajes que met¨ªan a Chiquito con calzador para que pill¨¢ramos la referencia, o alegr¨¢ndonos cuando ¡ªpor fin¡ª pill¨¢bamos un episodio que no hubi¨¦ramos visto ya unas setenta y nueve veces.
No hay mucho m¨¢s, la verdad. Con una excepci¨®n: esta escena de Carlton Banks siendo feliz por poco menos de un minuto. La coreograf¨ªa, seg¨²n explic¨® el propio actor, Alfonso Ribeiro, tiene dos fuentes de inspiraci¨®n: el baile de Courteney Cox en el videoclip de Dancing in the Dark, de Bruce Springsteen, y la imitaci¨®n de un blanco bailando que hac¨ªa Eddie Murphy.
Murphy expon¨ªa en su mon¨®logo una verdad inc¨®moda: los blancos no sabemos bailar. Por eso Cox se mov¨ªa en el videoclip como si saliera de una operaci¨®n de espalda. Tenemos dos movimientos b¨¢sicos y si salimos de ah¨ª todo son pisotones, tobillos dislocados y carreras a urgencias.
Ribeiro coge este estereotipo y lo estiliza. Se convierte en tu t¨ªo en todas las bodas, pero con una sorprendente elegancia y agilidad. Como si a tu t¨ªo le hubiera mordido un John Travolta radiactivo y usara sus poderes para ense?ar a los chavales c¨®mo se bailaba en su ¨¦poca. "Esto lo pon¨ªan en la Bikini y me quedaba solo". Claro que te quedabas solo. Si se acercaba alguien le part¨ªas la mand¨ªbula de un codazo.
La felicidad de Carlton es contagiosa. Incluso m¨¢s que la de tu t¨ªo, porque Carlton baila bien (a pesar de lo rid¨ªculo) y sabes que nadie corre peligro de acabar en el hospital. Adem¨¢s, es una de las pocas escenas en las que se le ve contento.
Pero le dura poco: enseguida baja su primo Will, que supuestamente llegaba a Bel-Air a desbaratar la rutina de sus estirados parientes con su espontaneidad y su sentido del humor, y le juzga con la mirada. Sin soltar una sola palabra, obliga a Carlton a apagar la m¨²sica y a entregarle el micr¨®fono, es decir, la vela. Carlton sale de la habitaci¨®n, intentando simular cierta dignidad, pero visiblemente avergonzado tras haber sido descubierto por la polic¨ªa del baile.
Cuando uno ve esa escena a?os despu¨¦s, confirma lo que siempre ha sospechado: el primo bueno de la serie, el h¨¦roe, es Carlton. Will es el villano. Parece traer libertad, pero solo ofrece otra tiran¨ªa peor: no puedes hacer lo que te gusta, tienes que hacer lo que de verdad mola. Nada de jers¨¦is de punto y pop brit¨¢nico. Viste mis camisetas y escucha la m¨²sica que te digo que hay que escuchar. No bailes as¨ª. No hables as¨ª. No pienses as¨ª. Qu¨¦ haces, suelta eso. Eso no es un micro. Eso es una vela. Qui¨¦n te ha dado vela en esta fiesta.
Hay que ser m¨¢s como Carlton y menos como el esnob de su primo. Todos tenemos derecho a bailar en casa nuestro It's Not Unusual particular. Y a quien no le guste, puerta y que se vaya a su amada Filadelfia.
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