Nuevos episodios nacionales: las turbias aventuras de Rodrigo Rato
Dos parejas brillantes: Pablo Rem¨®n y Roberto Mart¨ªn Maiztegui narran los problemas legales del expol¨ªtico del PP, espl¨¦ndidamente interpretadas por Javier Lara y Juan Ceacero. Un ¡®tour de force¡¯
Disfrutando Sue?os y visiones de Rodrigo Rato, de Pablo Rem¨®n y Roberto Mart¨ªn Maiztegui, en el Ambig¨² del Pav¨®n Teatro Kamikaze, se me ocurri¨® una idea (ven¨ªa cantada) para una serie televisiva. En el peque?o escenario del piso superior cabe todo, porque a Raquel Alarc¨®n, que hasta ahora hab¨ªa sido ayudante de Rem¨®n y firma con ¨¦xito su primera puesta, le bastan cuatro sillones para multiplicar la imaginaci¨®n.
La acci¨®n arranca en febrero de 2017, a la salida de la Audiencia Nacional. Rato acaba de declarar en el juicio de las tarjetas black. Hablo de la desnudez del decorado, pero no hay que olvidar la riqueza del texto. Ni a los dos soberbios actores, claro. Javier Lara es Rodrigo Rato. Juan Ceacero encarna a todos los dem¨¢s, que no son pocos, desde Fraga hasta Aznar, pasando por el discotequero Chimo Bayo. La serie podr¨ªa llamarse Nuevos episodios nacionales y ya tiene varios episodios firmados (y estrenados teatralmente) por Rem¨®n: por ejemplo, 40 a?os de paz, Los mariachis y El tratamiento. Y Sue?os y visiones, obviamente. Me vino tambi¨¦n a la cabeza otra semejanza, o eco, o versi¨®n surreal: ante la fuerza, la gracia, la locura y el brillo de Lara y Ceacero, desfilaron por mi imaginaci¨®n los mejores momentos de Animalario, encabezados (y hay mucho para elegir) por el estilo de Alberto San Juan y Guillermo Toledo.
Sue?os y visiones es el nuevo t¨ªtulo. El a?o pasado se llam¨® El milagro espa?ol y gan¨® el XXVI Premio SGAE de Teatro Jardiel Poncela (2017). Naci¨® en torno al auge y desplome del ladrillo en Espa?a. Me gust¨® mucho la primera versi¨®n del texto; ahora me gusta m¨¢s todav¨ªa. Raquel Alarc¨®n parece tenerle tomado el punto, el eco, la m¨²sica y el tono a los autores. ¡°Esta es una obra de ficci¨®n inspirada en la realidad¡±, dijo Rem¨®n con tanta sorna como certidumbre. Tambi¨¦n le he le¨ªdo otra que la redondea: ¡°La realidad de este pa¨ªs dif¨ªcilmente se puede contar desde el realismo. A veces, la fantas¨ªa revela verdades m¨¢s profundas que la realidad¡±.
En apenas poco m¨¢s de una hora, la funci¨®n cuenta muchas cosas. Rem¨®n y Mart¨ªn no se muerden la lengua, como est¨¢ mandado. Conocemos las declaraciones de Rato, sus casos de apropiaci¨®n indebida, el asunto de Bankia, los fraudes fiscales y un largo etc¨¦tera, pero el texto no cae en el panfleto. Otra frase certera de Rem¨®n: ¡°Rato representa como nadie dos caras de la moneda: la fiesta y la resaca¡±. Tambi¨¦n me llam¨® la atenci¨®n el momento en el que Rodrigo Rato recita, sorprendentemente, el final de La carretera, de Cormac McCarthy, ¡°para sentar el tono de la obra¡±. Hay un intento de los autores de buscar lo que llaman ¡°el punto ciego¡±: tiende a aparecer en los momentos m¨¢s inesperados y otorga mayor intensidad tanto al protagonista como a personajes que pod¨ªan haber ca¨ªdo en el clich¨¦. Ha crecido el plantel de personajes, como es el caso del bisabuelo de Rato, Faustino Rodr¨ªguez-San Pedro, ¡°cuatro veces ministro de Alfonso XIII y alcalde de Madrid¡±, que queda definido con un di¨¢logo nocturno, nevera de por medio, en el que chocan las costumbres de dos siglos. El humor es a menudo surreal, poderoso, o incluso roza una sorprendente ternura, como en la escena del careo entre Aznar y Rato en el telef¨¦rico. Hablando de Aznar, es una joya su obsesi¨®n con la manada de llamas que viven en La Moncloa, regalo ver¨ªdico del presidente de Bolivia a Felipe Gonz¨¢lez, y que detona esta creciente sensaci¨®n de burla: ¡°Se estaba riendo de m¨ª, Rodrigo. Y de ti. De todo el Partido Popular. Porque a pesar de la corrupci¨®n, a pesar de Amedo, de Dom¨ªnguez, de Filesa y de Rold¨¢n, la gente les sigue votando. Y esa condenada llama socialista lo sab¨ªa¡±, delira Aznar. Algunos de mis momentos favoritos, en esa l¨ªnea. Lo bien que le sienta C¨®mo han pasado los a?os, de Julio Iglesias, a la separaci¨®n entre Aznar y Rato. Y el di¨¢logo y la extra?a cercan¨ªa entre Rodrigo Rato y Chimo Bayo, renacido como taxista. Dice uno de los narradores: ¡°Esto no es verdad-verdad. Esto es, directamente, mentira. Pero es imaginable¡±. La enorme ¨²ltima escena, en la que el pol¨ªtico y el discotequero aparecen unidos por la Ruta Destroy. O cuando Rato se niega a revivir la escena de la ca¨ªda de Bankia. Y, sorpresa (y al parecer ¡°verdad-verdad¡±), cuando se niega a ir a Irak.
Recomiendo intensamente el ¡°selecto programa doble¡±, como dec¨ªan los cines de anta?o, en este caso teatros: a las 18.30, no perderse Sue?os y visiones de Rodrigo Rato, y a las 20.30, Las canciones, sensacional funci¨®n de Pablo Messiez.
Sue?os y visiones de Rodrigo Rato. Roberto Mart¨ªn Maiztegui y Pablo Rem¨®n. El Pav¨®n Teatro Kamikaze, Madrid. Del 6 al 21 de septiembre.
Las canciones. Pablo Messiez. El Pav¨®n Teatro Kamikaze, Madrid. Del 29 de agosto al 6 de octubre.
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