Dos por uno, oferta?irrepetible
Tras un a?o en blanco, esta semana se otorgan no uno sino dos premios Nobel de literatura. Apuesto por la paridad chico-chica
1. Academia
Tras el vodevil del pasado a?o, en que los esc¨¢ndalos sexuales del depredador Jean-Claude Arnault (un Weins??tein aclimatado a Escandinavia) sacudieron hasta sus cimientos la m¨¢s c¨¦lebre instituci¨®n nacional (bueno, tras Ikea), la Academia Sueca se encuentra con un aut¨¦ntico chollo: el pr¨®ximo d¨ªa 10 conceder¨¢ no uno, sino dos premios Nobel de literatura, para compensar el vac¨ªo de 2018. Dos galardones que abren distintas posi??bilidades a la purgad¨ªsima Academia: a)?ponerse al d¨ªa premiando a?dos de los eternos candidatos (el nigeriano Ngugi Wa Thiong¡¯o, el sirio Adonis, la canadiense Atwood, el japon¨¦s Murakami, la guada?lupe?a Maryse Cond¨¦, etc¨¦tera); b)?apostar por la paridad chico-chica; c) apuntarse con firmeza al rampante MeToo de nuestro Zeitgeist editorial y, si quieres caldo, dos tazas, es decir, conceder el galard¨®n a sendas damas, y d)?dar el cante de nuevo y conceder el premio a alguien que no figure entre los favoritos de las casas de apuestas. Solo en este ¨²ltimo caso tendr¨ªa chances mi amigo (o eso espero) Javier Mar¨ªas, a quien Nicer Odds sit¨²a en el puesto 16? de los favoritos. La verdad es que, cuando este verano se public¨® en el color¨ªn de The New York Times una estupenda entrevista de seis p¨¢ginas con el autor con motivo de la publicaci¨®n en EE UU de Berta Isla (Knopf), y las librer¨ªas expusieron la novela con honores de alfombra roja, pens¨¦ que ya se hab¨ªan cumplido casi todos los requisitos para que Mar¨ªas se convirtiera en el sexto espa?ol (tras Cela, hace justo 30 a?os, lo que podr¨ªamos considerar justicia po¨¦tica) en obtener el Nobel de Literatura.
Claro que, como le den el de la Paz al chef Jos¨¦ Andr¨¦s ¡ªpresunto rival, apoyado por alg¨²n expresidente norteamericano, de la estrella ascendente Greta Thunberg, que adem¨¢s es sueca¡ª, va a haber demasiada paella para los sensibles intestinos escandinavos. En fin, que de acuerdo con mi siempre falible olfato, y teniendo en cuenta c¨®mo est¨¢n las cosas, me inclino m¨¢s bien por la paridad chico-chica. Y, ya puestos, les confieso que esta vez coincido con la favorita de las apuestas: la magn¨ªfica poeta canadiense Anne Carson, de cuyo sorprendente libro La belleza del marido, subtitulado, Un ensayo narrativo en 29 tangos, acaba de publicar Lumen una nueva traducci¨®n (de Andreu Jaume). En cuanto a su probable partner masculino, lo ¨²nico que les pedir¨ªa respetuosamente a los traumatizados jurados es que procuren no d¨¢rselo a alguien como Jos¨¦ de Echegaray (1904) o Henrik Pontoppidan (1917), olvidables donde los haya.
2. Relevo
No soy (todav¨ªa) ni un autor ¡°aut¨®ctono¡± de Anagrama, ni tampoco uno internacional, ni formo (por ahora) parte del staff de Feltrinelli, su actual propietario. De modo que, cuando llegu¨¦ a la fiesta conmemorativa de su primer medio siglo, hice la cola ante el cartel ¡°colegas y amigos¡±, mucho m¨¢s amplia y atrabiliaria. All¨ª estaban casi todos, incluso apareci¨®, cual dea ex machina, la calidosc¨®pica Ana Colau, a quien el gran William Epson habr¨ªa dedicado con gusto su seminal ensayo Siete clases de ambig¨¹edad (1930, Fondo de Cultura), dado su taimado uso de la dilog¨ªa en el discurso pol¨ªtico. En el Principal del Eixample, antigua residencia de los Carandell, hab¨ªa tanta gente que, por un momento, me vino a la cabeza la multitud que flu¨ªa sobre el puente de Londres en Tierra bald¨ªa, solo que aqu¨ª est¨¢bamos todos bien vivos.
Las estrellas eran Herralde, claro, probablemente el mejor y m¨¢s influyente editor espa?ol vivo (y por muchos a?os), y mi admirada Lali Gubern, que tanto ha contribuido a su ¨¦xito. Lo mejor de ambos es su cat¨¢logo: literalmente, 536 p¨¢ginas ¡ªojo con que se le caiga sobre el pie¡ª en las que se detallan los casi 4.000 libros que han publicado, de los que me llevar¨ªa a una isla desierta al menos el 10% (incluido alguno agotad¨ªsimo de Oscar Masotta y, por supuesto ¡ªya fuera de cat¨¢logo¡ª, los dos o tres archivadores que conservan la sabros¨ªsima correspondencia con Mar¨ªas: en s¨ª mismos, una novela in¨¦dita). Hablaron Carlo Feltrinelli, el boss, Silvia Ses¨¦, la sucesora, que descubri¨® a Stieg Larsson y dio a ganar a Planeta una fortuna, y el propio Herralde, el h¨¦roe de nuestro tiempo. Hac¨ªa calor h¨²medo y barcelon¨¦s y la gente hablaba a gritos entre cava y sushi. Lo que no impidi¨® que muchos nos di¨¦ramos cuenta de que, de alg¨²n modo, la fiesta culminaba la etapa Anagrama-Herralde e inauguraba simb¨®licamente la de Anagrama-Feltrinelli. Aunque, aparentemente, todo siga igual para que (quiz¨¢s) todo cambie, como es la norma. Felicidades, amigos y/o colegas.
3. J¨®venes
Casi no me queda espacio, de modo que, casi telegr¨¢ficamente, les recomiendo dos novelas destinadas, la primera, a lo que en la taxonom¨ªa editorial se conoce como ¡°lectores aut¨®nomos¡±, y la segunda, a j¨®venes adultos, dos sectores del lectorado no siempre bien atendidos. Con La?princesa manca (ahora con ilustraciones de Mo Guti¨¦rrez Serna), Kalandraka recupera (original de 1995) una historia maravillosa de Gustavo Mart¨ªn Garzo en la tradici¨®n de las grandes narraciones infantiles de anta?o. El r¨ªo baja sucio (9 de octubre), de David Trueba, es una estupenda novela de iniciaci¨®n que cuenta retrospectivamente la peripecia de dos amigos durante unas vacaciones familiares de Semana Santa en las que, junto con una serie de personajes muy bien dise?ados (una madre divorciada, otra viuda con novio, un expresidiario misterioso y su hija rebelde), se enfrentan a un caso de corrupci¨®n medioambiental y, de paso, a ese tipo de conflictos que contribuyen a dar un definitivo portazo a la adolescencia y a ingresar en la madurez. Y todo contado con la trabajada sencillez y luminosidad de la prosa de Trueba.
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